El desempleo juvenil en el país para el 2016 llegó al 11%, muy por encima de la tasa en adultos.
El Paraguay tiene más de dos tercios de su población con menos de 35 años, y más del 50% con menos de 30 años. Sin embargo, actualmente los jóvenes paraguayos experimentan dificultades en encontrar trabajo, sobre todo de buena calidad y en su área de formación.
Para no desaprovechar el actual bono demográfico se requiere la intervención urgente de políticas públicas que garanticen mejores oportunidades para este segmento de la población, plantea Fernando Ovando del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya en su publicación “Desafíos del Empleo Juvenil en Paraguay”.
De acuerdo con los datos analizados, la tasa de desempleo juvenil total llega al 11%, siendo mayor el de la zona urbana con un promedio en el período estudiado del 14%, duplicando a la tasa de desempleo total del país, (7%), mientras que el subempleo afecta al 26 de la población joven, frente al 15% de los adultos. Al desagregar dicha tasa de desempleo juvenil se observan diferencias importantes según el sexo. Mientras la tasa promedio de desempleo de los hombres es de 10,8% durante el periodo analizado, la tasa de desempleo de las mujeres alcanza un promedio de 17,3%.
En lo que respecta a la tasa de subempleo específicamente en el segmento urbano se ha reducido bastante, pasando del 30% en el 2010 al 15% para fines del 2016.
Precariedad laboral Por otra parte, el reporte refleja la precariedad de los empleos a través de ciertos indicadores que tienen relación con la estabilidad laboral y la seguridad social. Así, alrededor del 50% de los jóvenes del área urbana que están ocupados no tienen contrato de trabajo.
El reporte de Cadep indica que el porcentaje de jóvenes con contratos indefinidos se ha duplicado en el período considerado, lo que se encuentra indicando mejoras en las condiciones laborales, aunque todavía queda mucho por avanzar.
En términos de la jubilación, datos de la Encuesta Permanente de Hogares del 2016 indica que en promedio el 69% de los jóvenes ocupados no han aportado a ninguna caja de pensiones entre el 2010 y 2016, lo que también habla de un aspecto preocupante en términos de la precariedad laboral.
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