Por Maribel R. Coronel, Periodista en temas de economía y salud para el Economista.
La forma en que un paciente es atendido para minar sus dolores depende del país donde vive y ello es indicador claro del nivel de inequidad que existe entre la humanidad.
En todo el mundo se distribuyen unas 298 toneladas de morfina oral. De éstas, la gran mayoría se consume en los países más desarrollados y sólo 10,8 toneladas (el 3,6%) están destinadas a los países de ingreso bajo y mediano.
Resulta que la gran mayoría de las muertes con dolor ocurren en países en vías de desarrollo.
En unos 100 países, de bajo y mediano ingreso económico, la mayoría en desarrollo, brindan poco o ningún alivio para pacientes con severo dolor. Pacientes con enfermedades como VIH, cáncer, tuberculosis, fiebre hemorrágica, enfermedad del pulmón y del hígado, lesiones de desnutrición, demencia y lesiones traumáticas como quemaduras terminan muriendo con mucho dolor.
Son puntos planteados en un informe sobre el tema publicado el pasado viernes en The Lancet, una de las publicaciones científicas de mayor prestigio internacional.
El problema principal, según dicho informe, está en ocho de los países con mayor población mundial. Hace ver que es una situación prioritaria para la salud global, sobre todo ante la meta de alcanzar la cobertura universal en salud en el marco de las Metas del Desarrollo Sustentable.
Todo esto es parte de una comisión creada por The Lancet -The Lancet Commission on Global Access to Palliative Care and Pain Control - para dar cuenta de este desafío y de las prácticas globales en materia de cuidados paliativos y control de dolor.
En dicho informe la situación de México fue uno de los casos de estudio que aportó más información por la importancia del tema en la agenda de salud en el país. También porque entre los participantes de la Comisión y la realización del informe están varios miembros de la Academía Nacional de Medicina de México, como los doctores María Elena Medina Mora, actual director del Instituto Nacional de Psiquiatría, Silvia Allende, una de las principales promotoras y difusoras de la medicina paliativa y cuidados paliativos desde el Instituto Nacional de Cancerología, y el exsecretario de Salud Julio Frenk, actual presidente de la Universidad de Miami.
Asimismo, la doctora Felicia Knaul, otro miembro activo de la Academia Nacional de Medicina –quien aparte es economista principal de la Fundación para la Salud (FUNSALUD), profesora de la Facultad de Medicina Leonard M. Miller y directora del Instituto de Estudios Avanzados para Las Américas de la Universidad de Miami- ha estado entre quienes han empujado el tema en México haciendo ver que el tratamiento al dolor y los cuidados paliativos están condicionados a la disponibilidad de especialistas bien capacitados y a la disponibilidad limitada de medicamentos para el control del dolor, especialmente los de bajo costo, como la morfina.
Los resultados de la Comisión de The Lancet, con énfasis en el caso mexicano, serán presentados en México este lunes el Palacio de la Escuela de Medicina donde participarán, aparte de los doctores Frenk y Knaul, el ministro José Ramón Cossio Díaz -otro miembro del Colegio Nacional y de la Academia Nacional de Medicina y la doctora Liliana De Lima, directora ejecutiva de la International Association for Hospice and Palliative Care.
El presidente del Banco Mundial, el Dr. Jim Yong Kim, dice que la falta de dinero es sólo parte del problema. El punto principal de esa inequidad en el manejo del dolor es el fracaso de los sistemas de salud en los países pobres, y lo más terrible es que 90% de las muertes con dolor son por causas evitables.