Antonio Dávila, de IESE Business School, habla de inspiración y transpiración en este negocio.
Cómo conciliar la creatividad propia de la innovación, junto al rigor y la disciplina de la gestión, es una de las preguntas de esta entrevista al PhD de Harvard, Antonio Dávila, un académico español de IESE Business School, experto en iniciativa emprendedora y diseño de organizaciones innovadoras, y autor de publicaciones como “The creative enterprise: Managing innovative organizations and people”.
- Usted afirma que el control de la gestión no tiene por qué ser un instrumento de estandarización, ¿a qué se refiere con esta afirmación?
Muchas veces el control de gestión se ve como hace 50 años, es decir, como una herramienta para ejecutar un plan predeterminado que penaliza las desviaciones. El control era visto como un elemento para eliminar la iniciativa de las personas, favoreciendo la estandarización. Sin embargo, el concepto, tal y como se entiende en el mundo de hoy, está compuesto por herramientas que facilitan la iniciativa. Estabilizando ciertos aspectos del entorno de las personas, es posible que éstas sean mucho más creativas, ya que de este modo se eliminan incertidumbres que paralizan debido al riesgo percibido.
- ¿Es la gestión empresarial una herramienta fundamental para innovar?
La gestión es fundamental para empresas con más de 50 empleados. Las empresas más pequeñas se pueden gestionar de forma informal o -como lo describió un directivo de una empresa joven de alto crecimiento- a través de una “gestión por personalidad”, pues con pocos trabajadores es posible ejercer una supervisión directa. A partir de 50 personas, la gestión se torna más compleja y se requiere de otras herramientas que permitan a la dirección delegar de forma eficaz, gestionar por excepción y así dedicar su tiempo a aquellos aspectos donde su esfuerzo es más útil. Del mismo modo, permite a las personas de la empresa tomar más decisiones, con más libertad y hacer aportes.
- Usted trabaja en el diseño de organizaciones innovadoras ¿en qué consiste esa labor?
Una organización innovadora es una organización que aprovecha la creatividad de todas las personas que la componen y que se relacionan con ella, para generar y desarrollar oportunidades de valor, ya sea social o económico. De este modo se desarrollan procesos para aprovechar esta creatividad y constantemente estar usando toda esta materia gris con el propósito de hacer mejoras incrementales, e incluso, para tomar riesgos y llegar a innovaciones más radicales.
- ¿Puede reinventarse una empresa antigua para convertirla en innovadora?
Una empresa no tiene que ser joven para que sea innovadora. Sin embargo, quienes ya están establecidos, tienen fijadas maneras de actuar por lo que siempre es más difícil dejarlas. En cambio, al crear una empresa, el asunto se facilita si se tiene claro cuánta innovación necesita la empresa en cada momento, y si la dirección está comprometida con una cultura donde se aprecie la creación de valor a través de lo nuevo, tomar riesgos y crear los procesos necesarios para que la empresa empiece a estimular y aprovechar la creatividad de las personas.
- ¿Cuál es la relación entre diseño e innovación?
En su acepción común, el diseño es un aspecto de la innovación, una forma de innovar, pues trabaja con los conceptos y el sentido que las personas y grupos sociales dan a los objetos. Hay mucha innovación que ocurre en esta dimensión conceptual, donde lo importante no es la funcionalidad del objeto sino el sentido. Los diseñadores más reconocidos son capaces de sintetizar las grandes tendencias sociales en diseños que reflejan estos nuevos significados que la sociedad está creando.
Ahora, hay otra connotación del diseño, que es de carácter organizacional, mediante la cual es posible conformar un modo de organizar la innovación. Diseño, en este caso, se refiere a cómo estructurar el proceso de innovación para ser más sensible a las necesidades de los usuarios finales. Y también es innovación.
- ¿Es fundamental ser creativo para innovar?
La innovación sin creatividad no existe, pero ésta también debe necesariamente conducirse a generar y desarrollar oportunidades de creación de valor. Así, la innovación no es sólo creatividad, sino también disciplina. Parafraseando a Thomas Edison, se podría decir que innovar tiene un 1% de creatividad y 99% de trabajo.
- ¿Es la innovación garantía de crecimiento empresarial?
No existe ninguna receta que asegure el crecimiento. Lo que sí es cierto es que la destrucción creativa de las sociedades humanas acaba haciendo desaparecer las organizaciones que no innovan. En industrias que evolucionan lentamente, este momento se puede demorar, pero en industrias dinámicas este momento llega antes que después. La innovación es la única opción para sobrevivir en el largo plazo. Pero no asegura el crecimiento. De hecho, la innovación está íntimamente asociada con el riesgo. Son dos caras de la misma moneda. Algunas organizaciones tendrán resultados más favorables que otras simplemente por suerte, pero aquellas que gestionen mejor su innovación, tendrán más opciones de ser las elegidas para crecer.
- ¿Cómo se enseña a ser innovador?
Se trata que los estudiantes aprendan a gestionar el proceso de transformación de la creatividad en valor. Como cualquier otro proceso de gestión, se pueden enseñar los conceptos existentes que lo facilitan. También es un campo donde está existiendo una evolución importante y por tanto es importante estar al día. En ese sentido, la enseñanza es comparable a cualquier otra. Se transmiten conceptos que se ilustran con ejemplos de empresas que han avanzado en el proceso y después se trabaja de forma individual en talleres, para desarrollar proyectos, los que cuentan con apoyos externos, ya sea a través del contraste con casos de otras organizaciones o consultando a personas expertas en el tema.