Según un estudio, las personas con títulos artísticos tenían un 90% más de probabilidades de ser hospitalizados por esquizofrenia que los graduados de otras carreras.
Vincent van Gogh, Edvard Munch y Adolf Wölfli, tres de los grandes pintores de la modernidad, compartieron una tragedia común: cuando estaban en la plenitud de su carrera artística fueron diagnosticados con esquizofrenia. A Edgar Allan Poe y Virginia Woolf les pasó lo mismo. Syd Barrett, el cantante de Pink Floyd, y el compositor de jazz Tom Harrell también sufrieron los delirios de la enfermedad.
La esquizofrenia ha sido una constante compañera del talento. Sin embargo, hasta ahora esta relación no tenía bases científicas sólidas y era sólo una hipótesis, una sospecha basada en múltiples coincidencias. La ciencia aún no había establecido un vínculo directo y confiable entre inteligencia, creatividad y enfermedades mentales.
Pero un nuevo estudio publicado en The British Journal of Psychiatry concluyó que las personas creativas son más propensas a sufrir esquizofrenia, trastorno bipolar y depresión que el resto de la población. Para llegar a este resultado, los investigadores liderados por James MacCabe del King's College London cruzaron los datos del total de la población de Suecia, cerca de 4,5 millones de personas, con los estudiantes de carreras artísticas de todas las universidades del país y con los registros de personas internadas en hospitales psiquiátricos.
Los científicos encontraron que los jóvenes que habían cursado asignaturas artísticas en la universidad, sobre todo pintura, escultura y artes visuales, corrían un mayor riesgo de desarrollar estas dolencias en la edad adulta.
De acuerdo con la investigación, los individuos con títulos artísticos tenían un 90 % más de probabilidades de ser hospitalizados por esquizofrenia que los graduados de otras carreras. Estas hospitalizaciones tenían más probabilidades de ocurrir en algún momento durante los treinta años.
La investigación reveló, además, que los artistas tienen 62 % más de probabilidades de sufrir un trastorno bipolar y 39 % más de probabilidades de ir a un hospital por depresión.
Para James MacCabe, el estudio ayuda a demostrar que la genética detrás de la creatividad también podría ser la responsable de la salud mental.
“La creatividad a menudo implica vincular ideas o conceptos de maneras que otras personas no pensarían. Pero eso es similar a como funcionan las ilusiones, por ejemplo, ver una conexión entre el color de la ropa de alguien y ser parte de una conspiración”, le dijo MacCabe a la revista New Scientist.