Durante 2021, la economía mexicana mostró signos de recuperación con respecto a 2020, que por obvias razones fue un año muy complicado para todos y en el que nuestro país no fue la excepción. Si bien no se registró una completa recuperación respecto de la caída sufrida en 2020, el crecimiento en 2021 fue del orden del 4.8%[1]. Además de una mejoría parcial debido a la eliminación de algunas restricciones impuestas con motivo del covid-19, otro de los motivos de la recuperación es también el crecimiento que experimentó la economía de los Estados Unidos. Se ha mantenido el interés de compañías extranjeras en ciertos sectores, encabezadas por compañías de los Estados Unidos, en hacer operaciones en nuestro país.
De acuerdo con el Reporte Anual de 2021 para México emitido por Transactional Track Record (TTR), en 2021 se llevaron a cabo un total de 398 operaciones de M&A. De dicho total, se registraron 114 operaciones en el sector de tecnología, 105 operaciones en el sector de servicios financieros, 45 operaciones en el sector de distribución y retail, y 44 operaciones en el sector de internet. De acuerdo, con la información ofrecida por TTR, una parte importante de las operaciones señaladas se han llevado a cabo en relación con compañías localizadas en estados que comparten o están muy cerca de la frontera con Estados Unidos, por ejemplo, Nuevo León, Chihuahua, Sonora y Baja California.
Por otro lado, en las operaciones inbound, el primer lugar como inversionista extranjero lo tienen las compañías o inversionistas de los Estados Unidos, con un 55% de las operaciones, seguido en un segundo y tercer lugar por inversionistas de Gran Bretaña y de España respectivamente, cabe señalar, como dato interesante, que dentro del top 10, existe un buen número de operaciones en los que los inversionistas provienen de otros países de Latinoamérica, en concreto de Brasil, Argentina y Chile. Por ultimo, dentro de las operaciones outbound, se destacaron que los inversionistas mexicanos han buscado como principales destinos de inversión los Estados Unidos, Chile y España, en ese orden respectivamente.
Para las compañías e inversionistas provenientes de países que forman parte del T-MEC y principalmente para Estados Unidos, nuestro país continúa siendo un destino atractivo para establecer instalaciones de manufactura dada la cercanía geográfica, los bajos costos de transporte en comparación con países de Asia o Europa, el costo de la mano de obra y los bajos aranceles o la eliminación de los mismos en virtud del tratado comercial ya mencionado. Al mismo tiempo, para los inversionistas o compañías europeas y de algunos países de Sudamérica resulta atractivo establecer subsidiarias o adquirir compañías en México en virtud de los tratados de libre comercio que México tiene suscritos, por ejemplo, con la Unión Europea, con Colombia o Chile; así como acuerdos para la protección recíproca de inversiones (APRI) con varios países. De esta forma, una vez que dichas compañías se establecen en México, pueden a su vez aprovechar las ventajas para exportar sus productos hacia los países del T-MEC, siempre y cuando, desde luego, cumplan con las reglas de origen establecidas en dicho tratado.
Como se señaló anteriormente, las inversiones se pueden materializar de diversas formas. Desde el establecimiento de nuevas subsidiarias y la instalación de plantas que puedan marcar el inicio de operaciones en México para algunas de las compañías interesadas; la inversión en subsidiarias que ya están establecidas pero que requieren ampliar sus operaciones, lo cual implica llevar a cabo aumentos de capital, en ocasiones préstamos corporativos y un seguimiento adecuado para cumplir con las disposiciones fiscales aplicables; hasta operaciones de M&A en las que las compañías inversionistas pueden buscar y adquirir negocios que ya están en marcha. En este último caso, la ruta elegida puede incluir una asociación con los antiguos accionistas del negocio adquirido o la compra al 100% de dichos negocios.
Además de las ventajas ya señaladas, México continúa siendo un país con reglas sencillas en cuanto a repatriación de capitales a otros países, siempre y cuando, como señalamos, se cumplan las disposiciones fiscales aplicables; y con menor regulación en muchos aspectos contractuales (p. ej. contratos de distribución, prestamos), societarios y de operaciones internacionales en general, muchas veces entre compañías que pertenecen a un mismo grupo corporativo.
[1] Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Gobierno de México.