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Inteligencia emocional, ¿se puede enseñar en las escuelas?
Martes, Febrero 18, 2020 - 15:47

El director fundador del Centro de Inteligencia Emocional de Yale, Marc Brackett, apunta a que una política educativa es clave para sustentar el cambio.

Marc Brackett asegura que la educación en inteligencia emocional es para toda la vida. Así, tal cual. La clave dice, es que la enfrentemos como verdaderos científicos, involucrando a quienes nos rodean sin importar los diversos contextos. 

El director fundador del Centro de Inteligencia Emocional de Yale y profesor en el Child Study Center, fue parte de la sexta edición del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE), organizado por el Tec de Monterrey, ubicado en dicha ciudad mexicana.

Uno de los focos más relevantes de su presentación fue Ruler, el cual ha desarrollado. Se trata de un enfoque sistemático basado en evidenvia para el aprendizaje social y emocional que ha sido adoptado a la fecha por más de 2.000 escuelas de Estados Unidos y otros países. 

Entendiendo que actualmente la inteligencia emocional es un aspecto clave en la educación, ¿por qué no se enseña en más escuelas alrededor del mundo? ¿No ayudarían estas habilidades a bajar los niveles de violencia o bullying? Pero, ¿cómo podría ser enseñado como una materia más?  

"Si no hay una política educativa que sustente este cambio, no pasará", dice Brackett. Lo entrevistamos para profundizar en el tema. 

- La falta de inteligencia emocional en la escuela, ¿podría ser una de las principales causas del bullying?

No creo que sea la causa principal. Las personas agresivas o que ejercen el bullying a otros, efectivamente tienen una falta de empatía, de reconocer y regular sus emociones, pero creo que la clave está en cambiar las normas de la escuela, es decir, que si nosotros en conjunto establecemos una serie de normas que permitan a las personas conectarse mejor, relacionarse, tratar mejor a los compañeros, posiblemente se pueden prevenir muchos problemas de agresividad y comportamiento disruptivo en el contexto educativo.

- Con el auge de las redes sociales y la proliferación del acoso, ¿cómo aplicar la IE para educar y generar un ambiente más sano dentro de las RRSS?

Creo que esto es muy importante. Una investigación arrojó que los adolescentes americanos pasan al menos 6 horas usando redes sociales y sabemos además, que los estudios están demostrando que ese uso está relacionado con problemas de salud mental, puntualmente, ansiedad y depresión. Por tanto, estamos en un escenario nuevo, donde tenemos que aprender a jugar en un contexto donde nunca antes se había estado y eso implica a los adultos, a las familias. Sabemos que las familias usan la tecnología como una herramienta de regulación o manejo para tenerlos distraidos, pero no son conscientes del impacto que eso puede tener en su salud mental. De hecho, hay niños con menos de un año que pasan una hora al día usando dispositivos electrónicos.

Lo primero es que las familias sean conocedoras del impacto que eso puede tener en la vida de un estudiante. Lo segundo es enseñar a los profesores valores digitales. Estamos frente a un escenario desconocido al que nunca nos habíamos enfrentado, por tanto, es fundamental que los profesores tengan conocimiento sobre cómo prodecer en un contexto diferente, como es el hecho de que un alumno esté escribiendo un mensaje cruel o dañino a otro compañero, y no en el patio del colegio, sino en un sitio que no podemos controlar. Es fundamental generar esa alfabetización.

- ¿En las escuelas tendría que enseñarse la IE y a través de qué método?

Efectivamente cuando enseñamos educación emocional, una de las primeras cosas que tenemos que entender es la instrucción directa, entonces, sí podemos hacer que en nuestras clases haya una instrucción directa en habilidad para reconocer emociones, regularlas para comprenderlas y por tanto, podemos diseñar las metodologías que nos van a permitir incluir este tipo de educación. Por ejemplo, podemos hacer que existan espacios cooperativos que trabajen en grupos que impliquen un incremento de las habilidades emocionales o, si estás trabajando con personas de la historia, que los alumnos detecten cómo se sintió ese personaje o un poeta o escritor, lo que sea en que estés trabajando.

Luego, otro aspecto importante, es el trabajo con los adultos, es decir, el adulto es el que tiene que enseñar y por tanto, debe haber una transferencia entre las habilidades que posee el propio adulto que enseña hacia los estudiantes. Por tanto, habrían tres aspectos fundamentales: el papel del adulto, el tipo de técnica que se utilice en clases y la instrucción directa en esas habilidades para reconocer y regular las emociones.

También son importantes las políticas educativas que se lleven a cabo, que podamos contar con ellas para poder incorporar la salud emocional porque si realmente no hay una política educativa que sustente este cambio, no pasará.

- Siguiendo con la línea, ¿consideras que los profesores están preparados para impartir IE?

Todavía no, porque no es parte de su entrenamiento. En Ruler, durante el primer año solamente trabajamos con los maestros, no esperamos que trabajen directamente con los alumnos. Contamos con un año para enseñarles a los profesores a reconocer, comprender, etiquetar, expresar y regular las emociones.

- ¿En qué países consideras que se está enseñando mejor la educación emocional?

El campo de la educación emocional nació en Estados Unidos y ahí es donde existe muchísimo avance en términos de políticas educativas, donde instituciones adoptan la educación emocional dentro de sus sistemas. No obstante, hay un interés global con respecto a la IE a excepción de pequeñas zonas, pero realmente se están haciendo trabajos interesantes porque la gente cada vez está tomando más consciencia de la importancia de la educación emocional e integrarla como un aspecto crítico en el desarrollo de los niños. Existe mucha iniciativa en Australia, España, Italia, Reino Unido, etc.

- ¿Cómo reconocer a un coach que realmente tenga reales conocimientos de IE?

Lo primero es entrenarlos en cómo detectar una buena educación emocional o un buen entrenamiento en IE y diferenciar, que es lo más importante, lo que es la ciencia de lo que la popularización, la opinión o la propaganda. Efectivamente en mi libro, hago referencia a más de mil citas con base científica que apoyan los argumentos, y de hecho, la documentación en cuanto a literatura científica que apoya la IE en interminable. Nos encontramos habitualmente con personas carismáticas, con gran personalidad, que logran convencer, pero que no tienen conocimientos profundos de este tipo de inteligencia. Lo primero de todo, es diferenciar la ciencia de una opinión o popularización del término.

Lo otro es manejar la promesa. Cuando los coach te aseguran que con esto vas a triunfar o tener éxito, es fundamental entender que desarrollar nuestras habilidades emocionales requiere tiempo, requiere esfuerzo, es un aprendizaje que dura toda la vida, y efectivamente por esa razón es que debemos saber manejar muy bien lo que nos venden y no creer en todo.

Otro punto importante es poder manejar los conceptos que componen la IE. La realidad es que mucha gente piensa que la IE es empatía y puede haber muchas personas con empatía y nula IE. Eso ocurre con la empatía, con la personalidad. La IE no tiene relación con la personalidad. Otro concepto con el que se confunde es la autoestima. Diferenciar los conceptos es la clave, y los conceptos con los que trabajo son un conjunto de habilidades que están relacionadas con el reconocimiento de las emociones en uno mismo y en los demás, a través de la expresión facial, el tono de voz, la fisiología, los pensamientos, la comprensión de las emociones, el vocabulario emocional, la expresión de esas emociones según el contexto y por último, la regulación, tener la capacidad de gestionar esas emocionales acorde a un objetivo.

FOTO: PEXELS.COM

Autores

Josefina Martínez