Por Lorena Palacios, profesora de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey.
Hace más de un año se cerraron las fronteras de muchos países y con ellas las posibilidades de miles de estudiantes para tener su experiencia de intercambio internacional. Las instituciones de educación, además de repensarse en las actividades curriculares, han tenido que buscar alternativas para formar integralmente a estudiantes con competencias globales duraderas, que muchas veces van más allá del currículo.
Antes de la pandemia las razones para profundizar la internacionalización en casa se fundamentaban en complementar el tradicional intercambio, las pasantías, los dobles títulos entre otras actividades. Pero para países en desarrollo, los altos costos y las dificultades varias para viajar a otro país podrían ser incluso razones más fuertes que justifiquen promover la internacionalización en casa.
Teniendo en cuenta el reto que la pandemia actual significó para muchos de estos procesos en la educación internacional, se intensificó la transformación digital, así como en otros sectores, y por ende se potencializó todo aquello que fuera posible a través de medios virtuales y usara tecnologías de la información y las comunicaciones.
Es aquí donde la estrategia del aprendizaje colaborativo internacional en línea pone a profesores y estudiantes de un país a interactuar a través de medios digitales con sus pares en otra parte del mundo, con actividades que deben completarse en un tiempo determinado e incluye aprendizaje e interacción intercultural.
COIL es una estrategia probada que tiene sus pasos esenciales, los cuáles se van adaptando sobre la marcha de acuerdo con la dinámica del grupo y el avance en las actividades. La primera etapa consiste en encontrar el socio internacional, el cual puede ser definido por el profesor líder o puede encontrarse gracias al apoyo de la respectiva oficina de internacionalización dentro de la institución. Una vez coinciden, además de crear confianza deben alinearse sus intereses académicos objetivos y resultados de aprendizaje. De una buena planeación con el par dependerá, en mucho, el éxito de la experiencia.
En un segundo momento, se debe hacer explícita y clara la actividad a completar durante el tiempo definido para la colaboración. Con el proyecto en mano sigue el momento de transmitirlo a los alumnos, los cuáles pueden mostrarse animados, aburridos o indiferentes. En este sentido, la generación de confianza entre pares profesores y pares alumnos, es esencial para que los animados sean la mayoría (quizás todos). Adicionalmente, las actividades para romper el hielo son claves para conectar, dejar fluir la confianza y asegurar la calidad del trabajo solicitado.
Desde mi experiencia, sugiero que, una vez puesto en ejecución el proyecto, se siga el plan. Hay que esperar contingencias (las técnicas son muy usuales), pero por suerte la virtualidad permite el ejercicio asincrónico y que los estudiantes desarrollen autónomamente soluciones a problemas, de forma incluso más eficiente que el profesor. Para el beneficio tanto de docentes como de estudiantes es fundamental contar con un equipo logístico de apoyo con experiencia en esta práctica.
En el tiempo del proyecto también se debe estar atento a la retroalimentación y revisión efectiva de los avances. Dependiendo del tipo de trabajo que se le solicite al alumno, a través de un video es posible corroborar que un concepto ha sido comprendido y además puede ser aplicado si la explicación así lo demuestra. Adicionalmente, esta es una excelente oportunidad para conocer más a los alumnos y ponerle cara al nombre que usualmente solo acompaña una foto o un recuadro negro (porque en el ambiente virtual pocas veces prenden la cámara).
Dentro de los beneficios de esta práctica están la posibilidad de desarrollar un trabajo en equipo con personas de contextos y realidades distintas. En este sentido, los estudiantes salen de su zona de confort y deben buscar estrategias colaborativas y de solución de problemas en tiempo récord y pertinentes a su aprendizaje en el marco del currículo.
De forma complementaria, al conversar con personas de otros países es posible reforzar o modificar estereotipos y cambiar percepciones por realidad. Finalmente, también aumenta la empatía al comprender que estudiantes a nivel mundial también pueden enfrentarse a problemas que a veces se perciben como exclusivamente locales. Desde el punto de vista del profesor, se fomenta la creatividad en el diseño de actividades y búsqueda de espacios de coincidencia para un compartir sincrónico y virtual.
Vale la pena destacar que, si bien hay elementos de la educación virtual que aún deben ser ajustados y rediseñados, la estrategia COIL es un ejemplo de práctica que traspasa las fronteras físicas y apoya la calidad e internacionalización de cada institución. Además, es incluyente, porque requiere una inversión mucho menor que un viaje, conservando un impacto en cuanto a percepción cultural y aprendizaje de contenido. Espero que esta experiencia sirva como inspiración y sean más las iniciativas que surjan en aras de proveer un aprendizaje integral, innovador e internacional para los participantes.