Por Ana Lucia Campos Pita, profesora de la BSP–Business School São Paulo, con un Máster en Comunicación y Semiótica PUCSP.
Estamos viviendo una época en que las tecnologías de vanguardia facilitan y permiten la rápida expansión del conocimiento, pero al mismo tiempo “aprisionan” el comportamiento. Por eso, sólo si actuamos de forma creativa lograremos finalmente innovar.
Por lo tanto, es fundamental que los profesionales liberen, desarrollen y expandan sus habilidades creativas, observando críticamente este mundo que los rodea para poder sobrevivir exitosamente, impulsando nuevas prácticas y estrategias capaces de satisfacer las actuales exigencias del mercado.
Con esto en mente, en este artículo hablaremos sobre las habilidades creativas, para que se pueda descubrir y entender el mundo de manera crítica, sintiéndose estimulados a practicar tales habilidades.
Creatividad: ¿qué es esto?
Creatividad es la traducción de los talentos humanos natos para una realidad exterior que sea nueva y útil dentro de un contexto individual, social y cultural. Por lo tanto, es una habilidad que genera novedad y con esto, ideas y soluciones útiles para resolver los problemas y desafíos del día a día.
Las empresas necesitan de personas creativas para encontrar nuevas soluciones de problemas antiguos, crear nuevos productos, desarrollar mejor que la competencia, encontrar nuevos caminos entre planes y resultados, atraer al cliente, adivinar lo que el cliente desea, aumentar su participación en el mercado o hacer algo que ninguna empresa pensó en hacer antes.
Sin embargo, por más paradoxal que parezca, creatividad está relacionada con simplicidad. Nada o poco tiene que ver con conocimiento e inteligencia, aquella del C.I. Todos nosotros, potencialmente, somos creativos, nacemos creativos, pero necesitamos estimular y perfeccionar esta habilidad.
Creatividad es por lo tanto, un “estado de espíritu” que necesita encontrar un ambiente propicio para aflorar. ¡Es necesario ver el mundo tal como es y no como creemos que sea!
Lamentablemente, dejamos de ser lo que éramos cuando fuimos niños: ¡”buenos “filósofos”! Y ser un buen filósofo es permitirse observar las cosas. Observarlas tales como ellas son, sin prejuicios ni convencionalismos, sin paradigmas.
El tema de la creatividad está siendo discutido desde hace mucho tiempo, tomando en consideración aspectos sociales, psicológicos y recientemente han surgido de las ciencias cognitivas algunos intentos de conceptuarla. De acuerdo con investigaciones de Sergio Navega, director fundador de Intelliwise Research and Training:
Bajo el punto de vista humano:
Creatividad es obtener nueva colocación de ideas y conceptos ya existentes formando nuevas tácticas o estructuras que resuelvan un problema de forma atípica u obtengan resultados de valor para un individuo o una sociedad. Creatividad también mostrar resultados de valor estético o perceptual que tengan como característica principal una fuerte distinción con relación a las “ideas convencionales”.
Bajo el punto de vista cognitivo:
Es el nombre dado a un grupo de procesos que busca variaciones en un espacio de conceptos, con la finalidad de obtener nuevas e inéditas formas de agrupamiento, generalmente seleccionadas por valor (es decir, tienen un valor superior al de las estructuras ya disponibles, cuando son consideradas separadamente). También pueden tener un valor similar a las cosas que ya se tenían antes, pero representan áreas inexploradas del espacio conceptual (nunca antes usadas).
Bajo el punto de vista neurocientífico:
Conjunto de actividades ejercidas por el cerebro en busca de normas que provoquen la identificación perceptual de nuevos objetos que incluso usando "pedazos" de estructuras perceptuales antiguas, presenten una peculiar resonancia, caracterizadora del "nuevo valioso", digno de atención.
Hoy en día, más y más personas reconocen que ser creativo es algo fundamental para la felicidad y el éxito profesional. Las personas creativas son aquellas que se anticipan en lo que hacen, inician nuevos negocios, inventan productos, construyen, proyectan, producen y hacen cosas de gran belleza.
Generalmente las personas creativas son aquellas que llevan una vida social excitante y estimulante por estar constantemente aprendiendo y haciendo. Las personas creativas acaban ocupando altos cargos, tornándose líderes, son personas que entienden cómo solucionar los problemas o inspiran a otras para que se perfeccionen.
Tener ideas es descubrir nuevas relaciones entre cosas conocidas. Por este motivo decimos que las ideas más simples son las mejores. La simplicidad forma parte de la creatividad y muchas veces la solución por ser tan obvia, no es vista con tanta facilidad. El proceso creativo es de dominio público, inherente a cada uno de nosotros. Y consciente o inconscientemente, nacemos con habilidades creativas.
Necesitamos, por lo tanto, aprender a trabajar tales habilidades y desarrollar nuestro “vivir creativo”. Para esto, concluiremos con la indicación de las cuatro cualidades indispensables para que seamos creativos y llevar una vida creativa: curiosidad: la fuerza inquisitiva; abertura: flexibilidad y respeto por lo nuevo; tolerancia al riesgo: el coraje de abandonar el “confort” de lo conocido; y finalmente el ánimo: combustible indispensable para la creatividad.