La situación contrasta con el repunte de pequeñas ciudades que se erigen como polos de inversión en diversos rubros, según The Economist.
La inversión exterior en Shanghai cayó en 2017 por primera vez en 18 años debido a las medidas de control introducidas en los sectores de la propiedad y los servicios financieros.
La ciudad, centro financiero y de negocios de China, recibió 17.000 millones de dólares de inversión procedente del exterior el año pasado, lo que representa un descenso del 8 por ciento con respecto a 2016, informó hoy jueves la Comisión Municipal de Comercio de Shanghai.
La inversión extranjera en los sectores inmobiliario y de servicios financieros se redujo un 40 y un 23 por ciento, respectivamente, de acuerdo con la comisión.
El sector de los servicios de negocios, liderado por las sedes regionales de corporaciones multinacionales, atrajo cerca de 5.000 millones de dólares de inversión extranjera, lo que supone un aumento del 5 por ciento interanual y que represente el 29 por ciento del total.
En 2017 Shanghai sumó 45 sedes regionales de multinacionales y 15 centros de investigación y desarrollo de capital foráneo.
Además, la zona de libre comercio de la ciudad recibió 6.000 millones de dólares de inversión extranjera, un 6 por ciento más. El año pasado se abrieron más actividades del sector servicios a las inversiones del exterior.
El sector servicios de Shanghai acumuló el 95 por ciento de la inversión total, un porcentaje que supone un récord, agregó la misma fuente.
La inversión extranjera en Shanghai subió 17 años consecutivos hasta 2016, cuando registró un ascenso del 0,3 por ciento.
Pequeñas ciudades. En el otro lado de la vereda, se espera que sean las pequeñas ciudades las que experimenten un crecimiento económico más fuerte en los años venideros, según un informe de Economist Intelligence Unit (EIU), unidad de negocios del grupo The Economist.
Apoyadas en el desarrollo de la infraestructura, las ciudades del centro del país han logrado un progreso sostenido en el desarrollo de sus economías industriales, lo que, a su vez, ha ralentizado el flujo de trabajadores migrantes hacia otras regiones, de acuerdo con el Escalafón de Ciudades Emergentes de China, publicado por EIU.
Dos de esas ciudades, Nanyang, en la provincina de Henan, y Xiangyang, en Hubei, encabezaron la edición más reciente de la clasificación, seguidas de varias otras ubicadas en regiones relativamente subdesarrolladas de provincias costeras, como Suqian, en Hubei, y Putian, en Fujian.
El ranking elaborado por EIU se basa en una variedad de indicadores para medir el crecimiento, como el producto interno bruto real, la población urbana, los gastos en consumo, la inversión en activos fijos y el área urbana construida.
Identificar estos epicentros urbanos emergentes es importante para las compañías que operan en el mercado, señala el estudio.
"China está experimentando una nueva ola de urbanización, en la que las ciudades de tercera y cuarta categoría están empezando a emerger como clústeres urbanos de un tamaño considerable. Ahora que no hay duda de que las megaciudades están llegando a sus límites, y que cada vez más gente se queja de la calidad de vida que se puede tener en ellas, las ciudades más pequeñas tienen una oportunidad de competir por talento y recursos", dijo Wang Dan, analista para China de EIU.
La firma vaticinó que las ciudades de primer nivel se expandirán de forma estable en términos de población netamente metropolitana, aun a pesar de los esfuerzos gubernamentales para limitar los niveles de población. Los principales crecimientos de población en términos absolutos aún tendrán lugar en megaciudades como Beijing, Shanghai y Shenzhen, aunque la magnitud de dichos crecimientos será mucho menor que en el pasado, señala el informe.
En contraste, un número importante de ciudades verá reducir su población urbana de aquí a 2030, especialmente en el noreste del país, debido al envejecimiento de la población, pronostica el estudio.