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Invertir en arte, ¿qué considerar?
Martes, Febrero 12, 2013 - 15:53

Con un panorama económico que favorece a América Latina, el perfil del coleccionista de arte se está ampliando para dar cabida a que más personas puedan invertir en este. Pero iniciarse no es sencillo, se requiere de conocimiento del mercado, como primer requisito, de cierta estrategia y orientación profesional.

Puede que el contexto económico a partir de 2008 haya perjudicado a algunos sectores comerciales, sin embargo, cuando se habla de lujo, donde el arte ocupa un lugar relevante, este raramente es afectado, incluso, en regiones donde el descalabro económico golpea con mayor fuerza, como es en Europa. 

Y son los coleccionistas particulares quienes más compran piezas en este momento, a diferencia de las grandes instituciones que prefieren hacerlo en momentos de pujanza económica.

Con excepción de la recesión entre 1990 y 1992, “históricamente se ha visto cómo los precios de las obras de arte se logran mantener o incluso aumentar en períodos de recesión económica y de caída de las bolsas de valores”, explica Urbi Garay, profesor de Finanzas en IESA. Esto es así, pues “en tiempos de crisis hay valores refugio que no suelen ser afectados por lo vaivenes económicos, y que por lo tanto son valores seguros”, dice Antonio Montes, director de Relaciones Estratégicas de IE Business School.

Sin embargo, se trata de un activo que requiere de un plazo extenso para dar un buen porcentaje de rentabilidad. “Un estudio reciente de Credit Suisse daba cuenta de que el índice AMR 100, el cual incluye a 100 artistas contemporáneos populares, ofreció una rentabilidad de 10% al año entre 1985 y 2011, mientras que un índice de acciones global registró un rendimiento de 6% anual durante ese período y con más riesgo”, dice Garay, aunque aclara se trata de obras muy costosas y no todos los coleccionistas o inversionistas pueden tener acceso a estas.

Nuevos fondos de inversión y coleccionistas

Son aquellos coleccionistas particulares de países emergentes, sobre todo provenientes de los BRICS, quienes más están invirtiendo en arte por estos días. Y ya no es necesario ser poseedor de una gran riqueza. En cuanto al comportamiento de los inversionistas y coleccionistas según localización, América Latina está a un buen nivel. Así lo observa Garay, quien establece que “en la región, con excepción de Argentina y Venezuela, se han estado experimentando alzas récord en estos años de dificultad”. Además, la particularidad de los inversionistas latinoamericanos es que prefieren el arte, en comparación con otras culturas como la asiática, quienes “tienden a invertir más en joyas, a pesar del creciente interés que muestran los nuevos millonarios y billonarios chinos por la inversión en arte chino y contemporáneo”, agrega el acádemico del IESA.

Quizá es coincidencia, pero a las ansias de inversión en arte de los coleccionistas latinoamericanos se suma que las obras de esta región han despertado un creciente interés entre inversionistas de países desarrollados. A esto, explica Garay, se agrega la participación creciente de fondos de inversión, en particular de varios hedge funds, “los que han sido creados para invertir en el mercado del arte. Existen en la actualidad alredor de 30 fondos que se encargan de esto”.

Ahora bien, si conviene o no invertir, Irene Abujatum, directora comercial de Feria Ch.ACO, estima que “depende del mercado, pues si está bullante es fantástico invertir en accciones, pero si el artista tiene un buen galerista como también una buena obra, puede ser mejor que cualquier otra opción”.

Fotografía en alza

Aunque la pintura suele ser el soporte más vendido, no se puede desmercer la fotografía, que al tiempo está siendo cada vez más valorada. Igual que el arte contemporáneo. Según da cuenta el Fine Art Fund Group, en 2011 alrededor de dos tercios de los activos vendidos correspondieron a este periodo, mientras el resto se dividió de forma uniforme entre viejos maestros, impresionistas y modernos.

Una de las muestras del empuje que está teniendo la fotografía, es el caso de la subasta de la casa Christie´s programada para el 4 de abril en un evento llamado "The delighted eye", y donde se subastarán 72 piezas tomadas entre 1900 y 1925, que pertenecen a la colección privada del arquitecto chileno Carlos Alberto Cruz.

Los entrevistados, a su vez, concuerdan en que no existen muchas distinciones entre uno y otro soporte. Para Abujatum hoy no se hace diferencia, eso sí, “cada día se valoran más los nuevos medios, y la fotografía a partir de los 80 empieza a tener mercado”. Y Montes complementa con que todo tiene relación con el gusto del coleccionista y del enfoque de su colección, así como del artista y de las tendencias del mercado.“Hace unos años sólo se invertía en pintura o escultura. A nadie se le ocurría ver la fotografía como una disciplina que podría llegar a ser una magnífica inversión. Los gustos y las tendencias cambian y por tanto creo que en lo que hay que fijarse es en el artista y en su trayectoria, más que en el soporte artístico concreto”, agrega el titular del IE.

Quiero coleccionar, ¿cuáles son los pasos?

Para la persona que por primera vez está pensando en comprar una obra de arte, puede que tengan dudas con respecto a la suma inicial para invertir o a quién acudir para asesorarse. Montes dice que lo ideal es no pensar en una cantidad concreta, sino que tener ganas de iniciar una colección. Para ello aconseja “meterse en el mundo del arte, dedicarle algo de tiempo, seguir las subastas, que da una idea del mercado, y de ser posible buscar a alguien de confianza que pueda asesorar y ayudar a decidir en qué invertir, sobre todo al principio”, relata.

Garay complementa esto con que ninguna persona debería invertir más de 10% o 15% de su patrimonio en arte, “debido a las desventajas inherentes a esta clase de activos: las obras son difíciles y costosas de negociar, generan costos de seguros, almacenamiento y restauración pero no proveen ingresos, excepto en el caso de los museos, y representan una inversión a muy largo plazo”, dice.

Con respecto a los costos, además de los relacionados con la conservación de las piezas, que depende del tipo de obra, edad y estado en que se encuentra, Garay advierte que están la comisión de compra que cobra una casa de subastas; los asociados, que pueden estar relacionados con la contratación de seguros, contra incendios, robo, entre otros, los cuales ascienden a 0,1% -0,2% del valor de la obra pagaderos anualmente. “En el caso de los fondos de inversión, también están los costos de depósito que deben ser erogados para mantener las obras en condiciones climáticas óptimas”, agrega Garay.

Al minuto de buscar asesoramiento, este se puede hallar en casas de subastas, galeristas, asesores de arte. Estos dos últimos pueden orientar al coleccionista sobre qué artista puede ser más valioso. De ahí que se requiera cierta estrategia, pues algunos asesores aconsejan diversificar la inversión mediante la selección de piezas de varios artistas. Y hacerlo siempre sin tomar demasiado en cuenta cuál es el autor de moda, incluso algunos dicen que para quienes recién empiezan puede ser bueno apostar por aquellos jóvenes artistas talentosos que cotizan en el mercado bastante bajo, pero que a largo plazo se puede multiplicar el valor de sus piezas. Igualmente ayuda que se trate de una obra reconocida internacionalmente. En esto también vale tener precaución: se deben verificar la procedencia.

Autores

Daniela Arce