El enfrentamiento refleja la preocupación en Teherán después de que EE.UU. dijo que Rusia y China estuvieron de acuerdo en el borrador de una resolución de sanciones a Irán.
Teherán/ Moscú. Irán y Rusia intercambiaron duras palabras este miércoles por el respaldo del Kremlin a un borrador de sanciones de la ONU en contra de la República Islámica, en una de las peores disputas entre ambas potencias desde la Segunda Guerra Mundial.
El enfrentamiento público refleja la creciente preocupación en Teherán después de que Estados Unidos dijo que Rusia y China, lo más cercano que la república islámica tiene a un aliado, estuvieron de acuerdo en el borrador de una resolución de sanciones para castigar a Irán por su disputado programa nuclear.
Valiéndose de un tono inusualmente duro para criticar al Gobierno ruso, el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, utilizó un discurso televisado para dirigirse directamente al presidente ruso Dmitry Medvedev quien, dijo, se había doblegado a la presión de Estados Unidos para apoyar la imposición de sanciones.
Además instó al jefe del Kremlin a ser más prudente.
"Si fuera el presidente ruso, al tomar decisiones sobre temas relacionados con una gran nación (Irán) (...) actuaría con más cuidado, lo pensaría más", declaró Ahmadinejad.
Ahmadinejad señaló que el respaldo ruso a Estados Unidos es inaceptable y que Moscú debiese volver a pensar su decisión o enfrentarse a ser considerado un enemigo de Teherán.
Horas más tarde, el asesor de política exterior de alto rango del Kremlin descartó las críticas del líder iraní, instándolo a abstenerse de hacer "demagogia política".
"Nadie ha logrado nunca preservar su autoridad con demagogia política. Estoy convencido, la historia de mil años de Irán mismo lo evidencia", precisó el asesor de alto rango de política exterior de Medvedev, Sergei Prikhodko, a través de un comunicado.
"La Federación Rusa está gobernada por sus propios intereses estatales a largo plazo. Nuestra postura es rusa: refleja los intereses de todos los pueblos de la más noble Rusia y por tanto no puede ser ni pro estadounidense ni pro iraní", puntualizó.
Reproche a Teherán. El desacuerdo entre dos de los mayores productores de energía del mundo -con una diatriba personal de un presidente en contra de un líder del Kremlin- es el mayor en muchos años, aseguran analistas.
A pesar de que las relaciones comerciales entre ambas naciones se han fortalecido durante las últimas dos décadas, Rusia aún es visto con profunda desconfianza en Irán después de varias guerras entre Persia y el imperio zarista, seguida por tensas relaciones con la atea Unión Soviética.
En un claro reproche a Teherán por su fracaso en disipar los temores por su programa nuclear, Prikhodko indicó que Rusia no podría aceptar inconsistencia y una falta de transparencia para resolver grandes temas mundiales.
"Cualquier incertidumbre, cualquier extremismo político, falta de transparencia o inconsistencia en la adopción de decisiones que afectan y preocupan a toda la comunidad mundial son inaceptables para nosotros", enfatizó.
"Sería bueno si aquellos que ahora están hablando en el nombre del pueblo juicioso de Irán (...) recordaran esto", agregó Prikhodko.
Washington y muchos países europeos están preocupados porque el programa de enriquecimiento de uranio iraní esté destinado a obtener armas nucleares. Irán dice que sus objetivos son puramente pacíficos y que tiene el derecho soberano de tratar de conseguir la tecnología nuclear.
Los occidentales que critican el acuerdo con Turquía y Brasil dicen que el intercambio aún dejaría en Irán suficiente material para una bomba, si es enriquecido a su máxima pureza, y que no aborda el programa continuado de enriquecimiento iraní.