Unos 200 activistas han sido trasladados desde un centro de detención a un aeropuerto cerca de Tel Aviv, y 123 activistas ya cruzaron un puesto fronterizo hacia Jordania.
Jerusalén. Israel comenzó a expulsar a los activistas que capturó durante el asalto a un convoy de ayuda que navegaba hacia Gaza en medio de la indignación internacional, y las autoridades se comprometieron este miércoles a evitar que otros barcos lleguen al territorio palestino.
El Gobierno israelí dijo que deportaría a 682 activistas de más de 35 países, capturados en un ataque a una flota de barcos que transportaban ayuda humanitaria a Franja de Gaza y en el que murieron nueve personas a bordo de una embarcación turca.
Unos 200 activistas han sido trasladados desde un centro de detención a un aeropuerto cerca de Tel Aviv, dijo un portavoz del Servicio Penitenciario, y 123 activistas ya cruzaron un puesto fronterizo hacia Jordania.
Los restantes serían liberados durante el día, dijo el portavoz.
En medio del amplio malestar por la acción israelí, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas llamó a una investigación imparcial de las muertes, y el primer ministro turco instó al inmediato levantamiento del embargo "inhumano" sobre Franja de Gaza".
Entre los 700 activistas detenidos cuando marines israelíes capturaron el convoy de seis naves que se dirigía al bloqueado enclave palestino había turcos, árabes, estadounidenses, asiáticos y europeos, entre ellos dos políticos y el escritor sueco Henning Mankell.
"La conducta de Israel debería ser definitivamente, definitivamente, castigada", dijo el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, visiblemente molesto durante una reunión con diputados del Parlamento.
Los puntos de vista islamistas de Erdogan y su contacto con Irán y otros enemigos israelíes son considerados por muchos en Jerusalén como obstáculos para mejorar los lazos entre el Estado judío y Turquía, que fue en una oportunidad su aliado musulmán más cercano.
Medios israelíes reportaron que las familias de diplomáticos israelíes que cumplen funciones en Turquía fueron enviadas de vuelta a su país por cuestiones de seguridad. Un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores no quiso comentar el reporte.
El derramamiento de sangre también sumó tensión a las relaciones entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Netanyahu debió cancelar un encuentro con Obama pues anticipó su regreso desde Canadá para lidiar con la crisis.
Obama, quien ha revivido las charlas de paz entre Israel y los palestinos a través de negociaciones indirectas mediadas por su país, dijo que quería conocer pronto todos los hechos.
Netanyahu convocará a su gabinete de seguridad para ampliar el debate sobre lo que críticos israelíes han calificado como una incursión que salió mal. Ministros han dicho que el bloqueo naval a los millones de palestinos que viven en Franja de Gaza continuará.
Israel dice que su política busca prevenir que armas y suministros que podrían ser usados para construir una infraestructura militar llegue al grupo islamista Hamas, que controla el territorio.
El Estado judío dice que la ayuda humanitaria puede ser transferida a Gaza, pero sólo después de haber pasado una inspección israelí.
Consultado sobre cómo planea lidiar Israel con otras naves que desafíen el bloqueo naval, Tzachi Hanegbi -jefe de la comisión de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento- dijo que no habrá un cambio en la política.
"No podemos dejarlos borrar de ninguna forma la línea roja que Israel ha fijado", dijo Hanegbi a Radio Israel. "No existe la opción de dejarlos entrar y ayudar a Hamas", agregó.
Naciones Unidas pidió una investigación imparcial de la muerte de las nueve personas, cuatro de ellas turcas.
El Ejército israelí dijo que los activistas fallecieron cuando comandos abordaron al Mavi Marmara, el navío escenario de la mayor parte de la violencia, desde helicópteros y embarcaciones y abrieron fuego, en un episodio que Netanyahu argumentó fue en defensa propia.
En una declaración formal adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU luego de más de 10 horas de negociaciones a puertas cerradas, el cuerpo dio una dura respuesta a Israel.
Israel dijo que su ministro de Relaciones Exteriores se quejó en un llamado telefónico al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de que el Gobierno fue condenado injustamente por "acciones defensivas".
Egipto anunció la apertura de su frontera con el territorio gobernado por el grupo islamista Hamas.
La acción fue solicitada por Hamas. El Cairo, en coordinación con Israel, lo ha abierto en contadas oportunidades desde que los islamistas de Hamas, aliados con la oposición de Egipto, tomaron el control en Gaza hace tres años.