La joven, nacida en Toronto y criada dentro de la colonia británica, inició su proyecto con la intención de exponer la desaparición de hospitales mentales (a finales de los años ochenta), que después se convirtieron en casas adaptadas.
El olvido en el que se ha dejado a personas con enfermedades mentales es evidenciado en Mental Health Housing, la serie creada por la fotógrafa Ivory Day que se exhibirá dentro de las exposiciones Red de la Imagen, que forman parte del Festival Internacional de Fotografía en México.
La fotógrafa, nacida en Toronto y criada dentro de la colonia británica, inició su proyecto con la intención de exponer la desaparición de hospitales mentales (a finales de los años ochenta), que después se convirtieron en casas adaptadas.
La serie muestra su deficiencia en temas de personal, instalaciones y, principalmente, en los procesos clínicos de recuperación que utilizan, los cuales se basan en el asilamiento como tratamiento.
Conformada por 26 retratos, Mental Health Housing visibiliza a las personas internadas en casas de Canadá, Francia, Estados Unidos y México, que fueron catalogadas como raras, antisociales, excéntricas y diferentes.
Con cada una de sus imágenes, Ivory despierta la consciencia social y nos hace plantear la pregunta sobre si hay algo malo en ser diferente, y si el trato que se les da es justo.
A pesar de que el proyecto no fue bien recibido en su ciudad natal, Ivory confía que en la Ciudad de México dará un fuerte impacto, ya que al ser un país multicultural, estos temas resultan de demanda y abrirán los ojos de muchos ante la realidad que es vivida en los hospitales extranjeros que posiblemente no se aleja mucho de los del país.
México desde el lente de Ivory Day
México es uno de esos países considerados imperdibles ante los ojos extranjeros. El colorido desbordante de sus rincones, de sus flores, de sus cielos, lo contradictorio que puede llegar a ser, son los componentes de esta gema que por su brillo hipnotiza a cualquier mirada. Y si se quiere desprender de ella, es imposible.
De pasos incansables, sus ojos marcan los lugares ya transitados y en seguida busca otros más que explorar. La fotógrafa, Ivory Day, desde Canadá viajó a París, de ahí a Londres, luego a Nueva York, y finalmente se detuvo en México. Ella es de esas miradas atrapadas por la esencia del país. ¿Qué vio en él? Accesibilidad en la gente, un metro como escenario o estudio fotográfico, contrastes, amigos, calles que motivaron a sus pasos a seguir, improvisación y una gran galería con gente siempre dispuesta a mirar y a criticar.
“Decidí venir a México. Primero llegué a Guadalajara, luego al Distrito Federal donde saqué mis primeras fotos del Zócalo. Después de aquí ya no quiero vivir en otra ciudad por todas las personas que debo conocer, los lugares y el ambiente de artistas bohemios”, dice Ivory.
Yo quería una cámara
A los 15 años, Ivory visitó a sus tías en Canadá, una de ellas dedicada a la fotografía, le obsequió a su hermana una cámara digital. La envidia se hizo presente e Ivory quería un regalo como el de su hermana, aunque no supiera bien qué haría con ese objeto. Entonces, su tía le dijo que le regalaría una también, pero no sería digital sino análoga. A ella no le importó y se entusiasmó de igual manera.
Sin saberlo, aquél objeto que no interesaba cómo funcionaba, se convirtió en la mayor pasión y forma de vida de Ivory Day.
Su primera imagen, la fotógrafa no la recuerda del todo, pero sí recuerda la que le gustó por primera vez y tomó con esa Nikon. Lo recuerda así: “era una amiga mía en un vestido muy elegante. Fue tomada con la técnica double exposure, ese estilo surrealista me encantó”.
La obsesión por los sombreros
En los viajes, Ivory ha adquirido sus más grandes influencias. Una de ellas fue cuando visitó Londres con su tía que le gustaba la fotografía y fueron a una galería en la cual ella quedó en shock al ver tres imágenes de una mujer vagabunda. Al hacer memoria, Ivory cuenta que “en una de las fotos, la mujer tenía un sombrero gigante, era ya grande, y estaba caminando. En la otra, ella estaba mirando fruta. Y la tercera era la esquina de una calle en donde vivía la señora. En la calle se podía ver ropa colgada y muchos sombreros. A mí me encantó todo eso. No recuerdo el nombre del fotógrafo. Una vez al mes pienso en aquellas fotografías”.
Como si fuese un recuerdo que busca hacerse visible, los sombreros o las personas que los portan han tomado parte en una de sus series más famosas, Mental Health Housing, en donde destaca Rose, una mujer grande con polvos de color en toda su cara, fumando y con sombrero.
La censura en el metro
Al hablar de su proyecto fotográfico "Metro: Four cities", ella reconoce el nombre del artista Bruce Davidson. Así mismo habla de sus influencias en foto documental como Henri Cartier Bresson y Diane Arbus.
En dicho proyecto, Ivory fotografió las escenas dentro del transporte de cuatro ciudades, Nueva York, Paris, Toronto y México. Las tomas, si uno las ve, no sólo hablan de la cultura de los países, sino de la forma en que la gente trata y mira a la artista.
“La gente en Francia es muy mamona, se voltean cuando ven la cámara. En Canadá la gente te ignora, por eso en algunas de las fotografías del metro los rostros de las personas están cubiertos. Y en México, la gente es muy accesible. Inicié fotos en el metro porque quería conocer la cultura de este país y las reacciones de la gente que se ve obligada a convivir en una ciudad subterránea rodeada de tubos”.
Hace unos meses, en las vitrinas del metro Bellas Artes, se expusieron estas fotografías, sin embargo se vieron amenazadas por la censura.
Después de la gestión y museografía por Ivory y Memo, una noche antes de la exposición alguien les habló y les dijo que no podían exponerse tres piezas, mismas que eran las principales de la muestra y eran de Nueva York, por los grafitis que se mostraban en ellas, y según las autoridades, fomentaban el vandalismo.
Al final no se quitaron las fotografías y se disculparon por su poca investigación sobre “vandalismo”.
Al referirse a su serie Mugriento, la cual aborda humor negro de los mexicanos, la fotografa afirma que “es cómo hablan los mexicanos de su país y de otros compatriotas. Estas fotografías son un acercamiento a la forma de pensar y actuar de esta cultura que muchas veces podía confundirse en otros países como poco tolerante o racista”.