Sostenibilidad e industria de la moda no son dos cosas que se vayan de la mano en el imaginario colectivo. Muchos litros de agua para el tinte de prendas, envases plásticos, grandes distancias desde los puntos de producción hasta el consumidor, trabajo esclavo y hasta un basurero gigantesco compuesto exclusivamente por ropa desechada en el desierto de Atacama son algunos de los preceptos que deberá cambiar el fast fashion antes de ser realmente considerado verde.
“Las compañías de moda y los retailers están en una posición única para ayudar a educar a la población respecto de que significa comprar de forma sustentable, y estamos comprometidos ser parte de esto”.
Así dice, desde Chile, Jaana Quaintance-James, Chief Sustainability Officer de Global Fashion Group (GFG), la casa matriz de Dafiti, uno de los e-commerces de moda más grandes de Latinoamérica, quien lideró la primera mesa redonda de sostenibilidad en la industria de la moda, en la que participaron representantes de marcas globales de la industria, como Columbia, Reebok, Adidas, Tommy Hilfiger, Lippi, Haka Honu, CAT, Wild Lama, y las locales Azaleia y Corona.
En esta instancia, las empresas abordaron sus avances, sus metas y los desafíos en el avance de la llamada moda sostenible.
En el evento, realizado en la ciudad de Santiago, Jaana destacó además que el objetivo más importante de su firma, que es un markeplace para las marcas de moda, “es trabajar para que en 2030 las ventas alcancen el 65% de productos hechos de materiales sostenibles o elaborados con métodos de producción amigables con el ambiente, ya que este es un factor clave de mitigación de carbono para el grupo”.
Este es uno de los 20 compromisos que conforman parte de la estrategia de sostenibilidad de la compañía y su enfoque en tres prioridades estratégicas: cambio climático, circularidad y el consumo consciente, comercio ético y justo.
A nivel regional, Dafiti ha venido registrando un crecimiento de 30% en 2020, con 8,1 millones de clientes regionales. En tanto que su casa matriz, Global Fashion Group, propietario de las plataformas Dafiti, Lamoda, The Iconic y Zalora, cerró ese mismo año con una facturación de 1.360 millones de euros (US$ 1.378, aproximadamente), respecto a los 1.346 millones de euros (algo más de US$ 1.363 millones) registrados el año anterior. El resultado bruto de explotación ajustado (ebitda), por su parte, se situó en positivo por primera vez en la historia de la compañía, hasta los 16 millones de euros (US$ 16,21 millones).
Quaintance-James conversó con AméricaEconomía en torno a las metas y anuncios ambientales con que la compañía se ha comprometido para su operación en Chile y Latinoamérica.
-¿Cómo puedes equilibrar la moda rápida y las preocupaciones ambientales?
Todo tiene un impacto. Nuestra ambición es transformar nuestro negocio para que estemos seguros de que hemos mitigado, en la medida de lo posible, los impactos negativos y que hemos contribuido positivamente, al mismo tiempo que mantenemos un negocio comercialmente exitoso. Una gran parte de esto también es empoderar a nuestros clientes para que entiendan y actúen, mostrándoles que pueden comprar según sus valores personales de sostenibilidad y seguir estando muy a la moda.
-¿Qué se puede hacer en la industria de la moda para lograr la sostenibilidad y reducir su huella de carbono y agua? ¿Cómo se puede desechar eficazmente la ropa y los zapatos, por ejemplo?
Se puede hacer mucho para reducir el impacto de la industria de la moda. La gran mayoría del impacto del carbono, el agua y los productos químicos se concentra en la fabricación de los materiales. Por lo tanto, en Dafiti tenemos un gran enfoque en el surtido sostenible, tanto de nuestras marcas como en marcas privadas. Sin embargo, hay muchos temas importantes como la gestión responsable de los residuos, los envases sostenibles, el diseño circular, los derechos humanos fundamentales y el trabajo y salarios dignos. Creo que lo esencial es hacer algo. No tenemos todas las respuestas, pero tenemos que empezar.
En cuanto al reciclaje de ropa y calzado es absolutamente un gran desafío y está más desarrollado en algunos mercados que en otros. Avanzar en el objetivo de Dafiti de que el 50% de las unidades vendidas estén cubiertas por soluciones de recuperación de circuito cerrado para 2030 requerirá colaboración e innovación. Sin embargo, si no tratamos de escalar estas soluciones, no llegaremos a ninguna parte.
-¿Cómo se puede combatir, como marca, pero también como parte de una industria más grande, el fenómeno del greenwashing?
Dafiti ha estado trabajando para actuar con productos y empaques certificados a lo largo de nuestro viaje de sostenibilidad. Avanzamos paso a paso para que nuestros proveedores de marca blanca trabajen con fibras certificadas como: poliéster y algodón reciclado RCS (Recycled Content Standard), fibras licenciadas por Lenzing como LENZING™️ Modal y LENZING™️ ECOVERO™️, Poliamida Biodegradable Amni Soul Eco ®️, entre otros.
Del mismo modo, esperamos que las marcas en nuestras plataformas que hacen afirmaciones sobre el producto tengan certificaciones relevantes, y al respecto, contamos con un programa de verificación para garantizar la precisión. Nuestro objetivo es brindar transparencia al cliente sobre los atributos de sostenibilidad de los productos y brindar confianza, a través de una comunicación clara a los consumidores. Creemos que una de las mejores formas de impulsar el cambio en la industria es generar esa confianza a través de nuestras propias plataformas.
DESAFÍOS AMBIENTALES
Tan solo este año hubo una especie de molestia colectiva cuando se difundieron en noticiarios de televisión internacionales noticias sobre un gran vertedero de casi dos kilómetros cuadrados compuesto por ropa europea desechada que había terminado en Chile, al aire libre y en pleno desierto de Atacama.
La noticia resaltaba, de paso, el hecho de que la ropa se está descartando con demasiada rapidez –de ahí el término fast fashion– pero que sus componentes no se degradan rápidamente, ni menos se reintegran al suelo si tienen materiales sintéticos, especialmente plásticos.
Eso también fue abordado por Jaana.
“El tema de los residuos textiles en Atacama es muy preocupante y, realmente, no hay excusa. Esencialmente, todos necesitamos reconsiderar cómo pensamos en los ‘desechos’ y verlos más como ‘recursos’. Los consumidores necesitan considerar cuidadosamente con sus prendas cuando termina su vida útil”, indicó.
“Existe un importante mercado para la ropa usada en Chile y también algunas buenas opciones para reciclar la ropa, como Ecocitex (una firma local que elabora productos textiles a partir de ropa reciclada). Igualmente relevante, las firmas necesitan emplear materiales reciclados, como los recursos que ya están en el sistema, y sea para las prendas o para los envoltorios, para crear un mercado genuino y comercialmente sustentable para los bienes reciclados.
Al respecto, la marca Dafiti ha comprometido una estrategia de sostenibilidad que se centra en tres prioridades estratégicas: acción climática, circularidad y consumo consciente y abastecimiento justo y ético.
Al detallarla, esta estrategia incluye objetivos hasta 2030 que incluyen que un 75% de los productos de marca propia están fabricados con materiales respetuosos con el medio ambiente, o que el 95 % de los desechos en sus operaciones no lleguen a vertederos. También hay un énfasis en el tema de la energía usada en fábricas, colocando énfasis en cómo se obtiene esa energía, es decir, en el uso de fuentes renovables por sobre fósiles.
¿MODA SOSTENIBLE?
Entre las principales conclusiones del diálogo desarrollado en Chile, se determinó que el concepto de moda sostenible tiene un problema de encuadre: la gente asume que no está de moda, que es cara y que los consumidores no la entienden.
“Tenemos que replantear colectivamente esta conversación para abordar estos desafíos e impulsar la oferta y la demanda de una moda más sostenible”, fue la gran conclusión de la mesa redonda de las firmas de moda presentes en el evento.
De acuerdo con un comunicado de prensa que emanó del encuentro, las marcas necesitan comenzar en algún lugar.
“Todas las marcas tienen la responsabilidad de presentarse y tomar medidas en relación con la sostenibilidad y, si bien estos problemas son complejos, avanzar es fundamental”, detalla la comunicación con los medios.
En ese sentido, muchos de los desafíos experimentados por las marcas -y que son comunes y consistentes con sus pares internacionales- incluyen elementos como la captura de datos precisos sobre el rendimiento de la sostenibilidad en la cadena de suministro, el acceso a materiales certificados de menor impacto y la escalabilidad de las iniciativas de sostenibilidad e impulso del cambio general en el negocio.
Las marcas indicaron en la mesa redonda que “ya se está trabajando en los materiales, la circularidad y el compromiso con la comunidad”.