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Jack Haber: No estar en centros comerciales es un suicidio
Lunes, Marzo 28, 2016 - 11:08

Para el fundador y director general de Industrias Haber’s, la clave para enfrentar la embestida de las marcas estadounidenses y europeas es ofrecer un producto diferenciado.

Robert’s, Men’s Fashion y High Life son marcas bien posicionadas en el mercado mexicano. Es común ver marquesinas con estos nombres casi en cualquier centro comercial y locales a pie de calle, una estrategia que Jack Haber ideó hace 30 años y que hoy es pilar de su plan para enfrentar a las marcas extranjeras, la cual refuerza con una nueva política de servicio al cliente.

Para el fundador y director general de Industrias Haber’s, la clave para enfrentar la embestida de las marcas estadounidenses y europeas es ofrecer un producto diferenciado y hacer de la atención al cliente una experiencia grata para ellos.

De ascendencia siria, el empresario comenta en entrevista que la industria textil y de la confección “se crea cada seis meses, cada temporada nace”. México, señala, es competitivo en mano de obra, pero está en desventaja sobre insumos y telas.

“No tenemos la gama necesaria para competir, debemos importar mucho para manufacturar. Éste es un negocio muy logístico y para competir con Inditex, Mango y las marcas italianas debes jugar con las mismas reglas. A pesar de nuestro tamaño –la empresa tiene 3.000 empleados y 200 puntos de venta- nos falta más para lograr los volúmenes que tienen esos grupos. Nuestra estrategia es seguir creciendo, sobre todo hacia Centro y Sudamérica”.

Industrias Haber’s está dedicada a la confección de trajes e imagen corporativa a través de sus marcas Robert´s, High Life y Men’s Fashion (antes Men’s Factory), además de la franquicia Hugo Boss. Cuenta con una planta en Santiago Tianguistenco, estado de México, que genera 1.500 empleos directos y una cantidad similar de indirectos.

En su estrategia de expansión hacia Centro y Sudaméria, Jack Haber descarta el modelo de franquicia a fin de mantener el control logístico.

“Intentamos hacer un modelo mixto de franquicia afuera, pero no es tan fácil, interviene el franquiciante y a veces éste no quiere el concepto total, y hay que tener el control total de la logística, sino el negocio se parte. El sistema de men’s fashion es un ‘pronto moda’; la utilidad está en toda la cadena de suministro”, explica.

Con buenos diseñadores, 200 puntos de venta y el control logístico de su operación, el ingeniero industrial afirma que le ha ido muy bien: “Tengo mis propias marcas y compito en mis propios terrenos con las marcas internacionales que también distribuyo, y eso me hace crecer”.

Liverpool y Palacio de Hierro son puntos de venta para Industrias Haber, así como el desarrollo inmobiliario, donde se ha generado una problemática para el negocio.

“Hoy en día no estar en centros comerciales es un suicidio… pero para nosotros eso es un gran problema porque las marcas internacionales han hecho que el traspaso que te cobran en estos sea muy caro, de 48 meses de renta, y eso ha hecho que no sea tan redituable en los números. Es un problema que tenemos muy fuerte”.

Confecciona el relevo

El borrego está ligado a la pasión por la moda de Jack Haber. Detrás de su escritorio hay un mueble de madera de dos metros de alto, por uno de ancho repleto de figuras del rumiante. Es un gustó que comenzó desde pequeño, cuando trabajó en el taller de ropa de sus tíos, en la calle de Isabel La Católica, en el Centro de la ciudad.

Entre casimires y lanas, Haber desarrolló su gustó por la moda. Ya como ingeniero industrial se alió con su madre y sus hermanos y fundaron Industrias Haber’s. Uno de sus primeros pasos fue abrir las tiendas Men’s Factory, las que siguieron High Life, Roberts y en 2005, Hugo Boss.

“Robert’s era de los señores Harp (Alfredo Harp Calderoni), con 80 años de existencia. Era una marca bien posicionada y de prestigio en sastrería fina, que nos catapultó a otro nivel. Nuestra estrategia es a base de manufactura de alta calidad, la fábrica vende 2,500 trajes diarios, 30% se envía a Estados Unidos, otro tercio es de uniformes e imagen corporativa y el resto se vende en nuestros propios canales”.

Una de las tareas del directivo de 56 años es crear las reglas para el relevo generacional en Industrias Habers y para ello han implementado prácticas de gobierno corporativo y la asesoría de consejeros externos.

“Actualmente sólo están mi hija y mi sobrino. Las reglas son muy sencillas: no se hacen puestos para los hijos, los salarios son los mismos que hay en el mercado, y tienen que ser buenos, deben tener una maestría según el puesto que quieran ocupar, sino, no entran”, detalla el empresario.

Los retos del CEO

Jack Haber se autodefine como impredecible. Llega de improviso a la planta de Santiago Tianguistenco y comienza a dar órdenes. “Las cosas hay que verlas desde la trinchera, con los pies en la tierra. Voy a la fábrica un par de veces a la semana; voy de viaje al extranjero a todas las ferias textiles: Florencia, Milán, París; también voy a China porque no todo lo fabricamos aquí, también importamos accesorios”.

La tecnología –reconoce- no es su fuerte y de hecho es un tema que lo abruma: “La tecnología te pilla muy rápido por la velocidad con la que cambia. Queremos estar en tiempo real –gestiona el lanzamiento de sus tiendas virtuales- pero es muy difícil porque hay que alinear la visión que uno tiene con la gente y con todos los procesos internos. Es difícil porque sacas a la gente de su área de confort”.

Como todo humano, el líder de Industrias Habers, tiene defectos, y estos repercuten en el día a día en la empresa. “Soy muy apasionado y exploto; no tengo paciencia, siento que me está avasallando el tiempo del cambio, que es tan rápido que no tengo tiempo para digerirlo y me entra cierta desesperación. Me cuesta mucho hacer que mi gente se alinee a lo que yo estoy viendo. Cuento con buenos colaboradores, pero me falta tiempo. Para mí, es un reto personal tratar que la gente entre a todo esto”.

Otro reto de su labor es la capacitación y permanencia del personal. “El desarrollo humano requiere mucha capacitación y a veces sí capacito a muchos, me gasto mucho dinero y me los roban las marcas internacionales”. Para frenar la rotación, el empresario analiza cambiar su esquema de compensaciones.

Jack Haber lee sobre la industria de la moda, pero gusta de la novela histórica. Entre sus amigos y mentores menciona al dueño de la marca de ropa para mujer Julio, así como un ex profesor del IPADE, también cuenta en su consejo de administración con un asesor de Amancio Ortega, uno de los personajes a quien más admira.

Para concluir la entrevista, el fundador y director general de Industrias Haber’s señala un nuevo edificio negro, cerca de Periférico, en el que por el momento sólo está una sucursal de Toks. “Nos vamos a mudar pronto a nuestras nuevas oficinas a ese edificio que está ahí. Tengo que hacerle espacio a los borregos . Les tengo cierto cariño: da lana y nos ha dado lana a nosotros”.

Foto: Pixabay

Autores

ElEmpresario.mx