Kristalina Georgieva destacó que, mientras que la desigualdad se ha reducido a nivel global durante las dos últimas décadas, la desigualdad interna en los países está aumentando en muchas economías y se mantiene elevada en otras.
La situación actual se caracteriza por un "recrudecimiento de la incertidumbre", que tiene en la desigualdad uno de sus factores determinantes "como un eco de las primera parte del siglo XX", según ha señalado la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, para quien el sector financiero tiene un papel que desempeñar a la hora de evitar que los nuevos años 20 tengan un final semejante al de hace cien años, cuando la década concluyó en una catástrofe financiera.
Georgieva ha destacado que, mientras que la desigualdad se ha reducido a nivel global durante las dos últimas décadas como consecuencia del crecimiento económico en los mercados emergentes y en desarrollo, la desigualdad interna en los países está aumentando en muchas economías y se mantiene elevada en otras.
"En cierto modo, esta preocupante tendencia es un eco de la primera parte del siglo XX, cuando las fuerzas combinadas de la tecnología y la integración abrieron las puertas a la primera 'Época Dorada', los 'Años Locos' y, finalmente, la catástrofe financiera", ha indicado la búlgara, añadiendo el reto "existencial" que representa el cambio climático.
La directora del FMI ha expresado la necesidad de aprender las lecciones de la historia y adaptarlas a los nuevos tiempos, señalando que una desigualdad excesiva "obstaculiza el crecimiento y carcome los cimientos de un país. Corroe la confianza dentro de la sociedad y las instituciones. Puede alimentar el populismo y la turbulencia política".
En este sentido, Georgieva considera que "si no se la ataca, la creciente desigualdad es un problema que no hará más que empeorar" y ha señalado que, si bien la política fiscal sigue siendo una herramienta poderosa, no se puede perder de vista la contribución del sector financiero. "De lo contrario, la década de 2020 podría terminar siendo muy parecida a la de 1920", ha advertido.
Desigualdad y sector financiero. En cuando al impacto del sector financiero en la desigualdad, el FMI ha identificado tres dimensiones significativas: el tamaño o profundidad, la estabilidad y la inclusión financiera.
"Las finanzas pueden ayudar a reducir la desigualdad, pero también están asociadas con una mayor desigualdad si el sistema financiero no está bien gestionado", ha apuntado.
A este respecto, el FMI sostiene que las medidas para fomentar la inclusión financiera y de la mujer contribuyen a reducir la desigualdad, mientras que la regulación y supervisión deben velar por evitar un excesivo crecimiento del sector financiero.
Asimismo y siempre que la calidad de la regulación y supervisión sea alta, el FMI apuesta por buscar simultáneamente la inclusión financiera y la estabilidad, añadiendo que las medidas en el ámbito financiero "son un complemento, no un sustituto, de otras herramientas".
"Todavía se necesitan políticas fiscales y macroestructurales para ayudar a abordar la desigualdad", ha subrayado la directora del FMI.