El artista presenta también “Antología desordenada”, recopilación de su mejor material en cuatro discos en los que no sólo selecciona sus clásicas interpretaciones, sino que también suma invitados como Rubén Blades, Calle 13, Silvio Rodríguez y Soledad Giménez, entre otras.
“Tengo la suerte de tener un oficio que me gusta y con el que me divierto”, ha dicho recientemente el reconocido cantante y compositor Joan Manuel Serrat. El músico desarrolla una positiva gira mundial con la que –nada más, ni nada menos- celebra Serrat1cinco décadas de exitosa carrera artística.
La vuelta por América Latina no es para anunciar un retiro, por el contrario: “no tengo ninguna intención”, ha aclarado en reiteradas ocasiones.
Vocalista de un fraseo que abriga compases delicados y responsable de algunas de las letras más hermosas de la música hispana (“Aquellas pequeñas cosas”, “De vez en cuando la vida”, “Penélope”, “Cada loco con su tema” o “Esos locos bajitos”, por citar sólo algunas), Serrat presenta en esta vuelta una “Antología desordenada”, recopilación de su mejor material en cuatro discos que, al igual que un clásico libro sobre el escritor argentino Julio Cortázar, permite parafrasear y decir “queremos tanto a Joan”.
El año pasado fue distinguido como Persona del Año 2014 por la industria musical en español de Estados Unidos y los Grammy Latinos. En la ocasión se destacó, por cierto, “su “brillante estilo de composición, su poesía y lirismo”.
“Mi primera actuación en público tuvo lugar el 18 de febrero de 1965 en el estudio Toreski de Radio Barcelona. Para celebrar los 50 años que han transcurrido desde entonces he preparado una antología muy personal seleccionando cincuenta canciones”, cuenta Serrat en el disco que –además de versiones en solitario- contiene dúos con voces tan diversas como Rubén Blades, Calle 13, Silvio Rodríguez y Soledad Giménez, entre otras. Se trata, sin duda, de un disco atesorable y sorprendente.
Serrat es un permanente visitante de Chile. Sólo en el festival de Viña del Mar ha estado en cuatro ocasiones (1970, 1972, 1993, 2009). En giras ha venido muchas veces más. Pero una de sus visitas más recordadas fue cuando la dictadura de Pinochet no lo dejó entrar en septiembre de 1988.
“La intención ha sido clara. Mi pretensión es comprometerme con la oposición a la dictadura y por eso me hubiera encantado vivir los días irrepetibles previos al plebiscito, esos días por los que merece la pena vivir”, decía Serrat desde un avión rodeado de policías, como si se tratara de una gran amenaza a la seguridad de Chile.
El cantante venía al país en los últimos días de septiembre de 1988, junto a la comitiva española que iba a participar como observadora del referéndum que Pinochet perdió en octubre de ese año.
Sin embargo, una comunicación por escrito con carácter reservado, asignada con el número 92, fue enviada por el ministerio del Interior de la dictadura a las 22 líneas aéreas que tenían a Santiago como parada. En el texto, la cartera señalaba que se le prohibía el ingreso a Serrat “por participar en actos contrarios a los intereses de Chile, además de emitir opiniones ofensivas a la patria”.
La intención fue la misma que en 1983: evitar que Serrat diera shows en el país y que pudiera contactarse con su público. Pero una grabadora y un caset permitieron que Serrat -desde su avión rodeado de uniformados- participara igual en el plebiscito.
Su mensaje fue emitido el 1 de octubre en la gran concentración de la “Marcha de la alegría”, que congregó a más de 3 millones de personas en la fase final de la campaña por el “No”. Aunque la dictadura se dio el gusto de no dejarlo entrar, Serrat igual pudo disfrutar de “esos días por los que merece la pena vivir”.
En esta ocasión el artista visita Chile el día miércoles 22 de abril, con un concierto en el Movistar Arena, y el viernes 24 de abril en SurActivo de Concepción.
Vea también en Revista Cultura y Tendencias Los Simpson siguen sorprendiendo en su temporada número 26