Los job jumper o job hopper cambian constantemente de trabajo.
Si en los últimos dos años te has cambiado innumerables veces de empleo que ya hasta perdiste la cuenta, seguramente algunos te han juzgado como ‘inestable’ o, simplemente, como víctima del comportamiento típico de un millennial. Pero, ¿es verdad?
La realidad puede ser otra más compleja, como que seas un job jumper o job hopper; es decir, quien cambia constantemente de trabajo.
De acuerdo con Infoempleo, La mayoría no duran más de cinco años en el mismo puesto; cambian con frecuencia de empresa e incluso de profesión.
De hecho, este perfil es mucho más común entre los millennials y, de acuerdo con una encuesta del periódico The Guardian, el 90% de esta generación no permanecerán más de cinco años en el mismo puesto.
Y, por lo mismo, era común -y aún lo es- que los reclutadores rechacen este tipo de perfiles; sin embargo, los job jumpers tienen mucho que ofrecer.
Algo propio de esta generación es el deseo de realizarse y la búsqueda de la mejor opción. Antes se consideraba que el trabajo era solo un medio de subsistencia o bien que la seguridad de mantenerse en el mismo puesto pasaba por encima de las aspiraciones personales. Con los millennials, ya no es lo mismo; para ellos, encontrar una actividad que les llene más que la anterior es una ventaja.
Como mencionamos, este tipo de perfil aún tiende a ser rechazado. Es probable que al ver el CV del interesado, se crea que se está ante un candidato desleal e inmaduro al que le falta capacidad de compromiso y sentido de la responsabilidad. Y esto podía ser un buen criterio antes, cuando el mundo laboral era distinto, pero hoy en día guiarse por este principio puede hacer que se desperdicie la oportunidad de seleccionar talento muy válido.
Existen dos grandes ejemplos para ilustrarlo:
- Trabajos de subsistencia
Si se ha pasado por ellos, esto indica que se ha sabido hacer frente a una falta de empleo, lo que puede aportar competencias que de otro modo no se habrían adquirido.
- Trabajo en distintas empresas del sector
Es una gran ventaja: el aspirante ha tenido oportunidad de conocer qué metodologías emplea la competencia, y esto es una información de primera mano que puede ser muy útil. Además, se han acumulado una serie de conocimientos y buenas prácticas de la profesión.
Más allá de eso, alguien que ha pasado por varias experiencia laborales está acostumbrado a adaptarse con rapidez y a construir relaciones con facilidad. Además, mantiene una red de contactos valiosos.
Ellos son un gran activo: aportan ideas nuevas y a la vez acumulan experiencia.
Y, de acuerdo con la revista Forbes, tienen aún más ventajas:
1. No tienen miedo a entrar en nuevas situaciones y tomar iniciativa para familiarizarse con su nuevo entorno.
2. Han trabajado con muchas personas, lo que significa perspectivas distintas, formas de comunicación, creencias y hábitos que se pueden aprovechar muy bien para el trabajo día a día y la innovación en la empresa.