Aterrizó en Chile la tercera semana de abril para ser mentor del Geek Camp, competencia entre emprendedores que organiza Incuba UC de la Universidad Católica de Chile, de forma de evaluar y aconsejar a los participantes sobre cómo mejorar los proyectos. A continuación, la visión del emprendimiento del asesor senior en The Lester Center for Entrepreneurship and Innovation de la Universidad de California.
Son cerca 180 emprendedores, 60 quipos. Cada uno pasa al frente para hablar de su proyecto en representación de su grupo. No es más que un minuto. Al frente tienen a iguales emprendedores, muchos jóvenes y otros más adultos, todos con ideas y deseos de seguir en esta carrera por ser seleccionados. También los observan los mentores, expertos en innovación, tecnología y emprendimiento, quienes finalmente evaluarán sus proyectos. Quienes pasan adelante están nerviosos. Algunos muy seguros hablan en inglés – todos deben exponer en este idioma – mientras otros improvisan un poco más nerviosos.
Para John Danner, asesor senior de The Lester Center for Entrepreneurship and Innovation de la Universidad de California y quien visitó Chile a propósito del Geek Camp que organiza la incubadora de negocios IncubaUC, liderado por Marcelo Díaz, esta clase de iniciativas son vitales para el emprendimiento. Porque lo que se necesita es “crear conexiones, que exista movimiento, de manera de tener más probabilidades de éxito. Se tiene que hacer de todo lo que implique generar relaciones, como tomar café o presentarse en reuniones, lo más informal posible”, aconseja Danner.
El consultor y experto en innovación, también considera esta informalidad a la hora de la formación, pues afirma que varios de los brillantes emprendedores conocidos a nivel mundial “no fueron nunca al colegio o dejaron a medias la universidad”. Sin embargo, en este tema las opiniones de los expertos suelen ser variadas, pues algunos dicen que sin un mínimo de conocimientos es muy complejo crear una empresa, y llevar a cabo las acciones que para ello se necesitan. Otros, en cambio, como Danner, creen que “la experiencia permite el aprendizaje”.
Sin embargo, no muchos, aunque lo deseen, pueden emprender. Porque si de ese puñado de personas que lo hacen, afirman que fracasan para levantarse una y otra vez, lo que provoca que algunos ni siquiera lo intenten por segunda vez; qué queda para quienes sin los recursos incursionan en un emprendimiento. Según las mediciones del estudio anual Global Monitor Entrepreneurship GEM, el emprendimiento por necesidad, aquel que crea un negocio porque no tiene otras opciones para ganar dinero, es bastante habitual en América Latina.
Como muestra, en Ecuador, de acuerdo a los datos del análisis de 2012, el Índice de Actividad Emprendedora Temprana (TEA) corresponde al 26,6%, continuando el incremento sostenido que se ha venido experimentando en los últimos tres años, siendo en el 2010 de 21,3% y en el 2009, de 15,8%. Asimismo, los emprendedores por oportunidad llegaron al 17%, mientras que los por necesidad llegaron al 9,5%.
En Chile, en tanto, disminuyó en 20% el número emprendedores por necesidad para dar paso a un aumento de quienes emprenden por oportunidad. A la hora definir el perfil del emprendedor chileno, en el estudio se describe como hombre de alrededor 40 años, de clase media y con educación universitaria.
Para Danner, el que no muchos sean emprendedores se deben a que “la gente generalmente no puede hacer lo que no ha soñado, ni hace lo que no le gustaría verse haciendo. Los gobiernos deben acercar a la gente a otros similares que estén emprendiendo. Porque el tema es el emprendimiento y no el emprendedor”.
Pero el experto en innovación insiste que no es necesario poseer todas las herramientas que a simple vista se requieren para crear una empresa.“No tener dinero ni recursos permite que se acelere el proceso de innovación y emprendimiento. No me refiero a que las crisis sea el escenario ideal, pero los emprendedores buenos pueden hallar una alternativa, porque los momentos críticos permiten que los emprendedores logren salir adelante”, dice Danner. Lo que tiene relación que en los escenarios más complejos es cuando las personas suelen exprimir, por decirlo así, toda la creatividad posible que tienen, de forma que surgen innovaciones. Ejemplo son las creaciones que nacen de las distintas fuerzas armadas, y de situaciones habituales. “Como por accidentes, combinaciones de ideas o cosas inusuales”, dice Danner.
Ahora bien, el cambio de mentalidad en la región está comenzando, así como se integran instituciones privadas y públicas. Danner, por último, dice que todos pueden emprender, porque es lo mismo que el fútbol. Algunos serán como Pelé o Beckham, mientras otros se contentarán sólo con permitirse crear algo sin mayores repercusiones. Y agrega: “la innovación está en las cosas no disruptivas”.