El laboratorio y la firma de biotecnología han iniciado los testeos en pacientes del primer tratamiento con células madre de la enfermedad.
Un pequeño número de pacientes diabéticos son los primeros en todo el mundo que están probando los efectos de un tratamiento con células madre de la diabetes tipo 1. Las pruebas, que podrían dar pie a una cura de la enfermedad, suponen el punto cúlmine de una investigación liderada por el laboratorio Johnson & Johnson, a cuyos esfuerzos se sumará la firma de biotecnología ViaCyte.
La terapia implica inducir células madre embrionarias para convertirlas en células que producen insulina, en una pequeña cápsula que se implanta bajo la piel. La cápsula protege a las células del sistema inmune, que de otro modo las atacaría como invasoras. Este bloqueo ha acelerado otros proyectos de investigación. También investigadores de universidades y otras farmacéuticas trabajan hacia una cura para la diabetes utilizando diferentes estrategias.
Según ViaCyte y otros, su tratamiento es el primero probado en pacientes humanos. Si tiene éxito, el producto podría estar disponible dentro de varios años para los pacientes de tipo 1, y con el tiempo también podría tratar a los diabéticos de tipo 2 que utilizan insulina.
ViaCyte Inc., con sede en San Diego, lleva una década investigando su tratamiento, en parte con financiamiento del Juvenile Diabetes Research Fund y el California Institute for Regenerative Medicine. Johnson & Johnson, con sede en New Brunswick, New Jersey, es un importante inversor de ViaCyte y realiza investigaciones paralelas desde hace unos 13 años, indicó Diego Miralles, jefe de innovación global en J&J.
"Queríamos ampliar nuestras apuestas para asegurarnos de que ganaríamos en este campo... que es tan transformacional", dijo Miralles. El directivo declinó revelar los términos financieros del acuerdo con ViaCyte. La empresa empezó la primera ronda de pruebas en pacientes hace un año implantado su producto, llamado VC-01, en una docena de personas con diabetes de tipo 1, dijo Paul Laikind, director ejecutivo y presidente directivo de ViaCyte.
Los sujetos recibirán una pequeña cantidad de células productoras de insulina en sus dispositivos, y se les vigilará de cerca durante dos años para analizar la producción de insulina y otros efectos. Después de 12 semanas, el dispositivo se había adosado adecuadamente a los vasos sanguíneos cercanos, sus nuevas células productoras de insulina seguían multiplicándose y no se identificaron efectos secundarios. Pronto, otra docena de pacientes recibirá la misma dosis de células en cápsulas en un implante. Si todo va bien, en la próxima ronda de pruebas se implantará a unos pocos pacientes recibirán las cápsulas con una dosis completa de células, probablemente en la segunda mitad de este año. Harán falta más pruebas antes de que los reguladores puedan aprobar el producto.
"Creemos que tendrán que sustituirse de forma periódica", dijo el ejecutivo. Las pruebas anteriores realizadas durante años en miles de ratones demostraron que las células productoras de insulina maduraron y produjeron la hormona necesaria en el ratón durante la vida del roedor, en torno a un año, señaló Laikind. Debido a la cápsula protectora, que es plana y más pequeña que una tarjeta de visita, el dispositivo puede retirarse de inmediato para evitar daños al paciente si algo va mal.