Son algunas de las conclusiones de la XXV Asamblea Plenaria CEAL.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ya es una realidad en la mayoría de las empresas iberoamericanas. En el marco de la XXV Asamblea Plenaria CEAL, que se está celebrando en Madrid, se ha realizado un encuentro de jóvenes empresarios en el que han afirmado que la RSC debe formar parte del ADN de las compañías.
Según el presidente de Ron Santa Teresa, Alberto Vollmer, “las empresas además de crecer en beneficios, deben saber que son herramientas de transformación social”. Ellos lo tienen claro, por eso han puesto en marcha “El Proyecto Alcatraz”, que ha conseguido reducir considerablemente la delincuencia en Venezuela. “Nuestro proyecto ya ha logrado que cerca de 2.000 jóvenes se diviertan jugando al Rugby, en un país en el que no se practica este deporte”.
Por su parte, el presidente del Grupo DNA, Carlos Mata, ha destacado que en las empresas familiares, la RSC ha vivido un proceso de profesionalización. “En nuestro caso concreto”, ha añadido, “hemos incorporado la Responsabilidad Social dentro de la misión y de la visión de la empresa, algo que ha sido fundamental para mejorar nuestra actividad”.
En el Grupo DNA están desarrollando una política de RSC fundamentada en tres pilares: sostenibilidad ambiental, educación y en el de la alimentación, por ser una empresa que pertenece al sector de la alimentación y bebidas.
El presidente del Banco Lafise y máximo responsable de la Fundación Zamora Terán, Rodrigo Zamora, ha destacado la labor que tienen las empresas latinoamericanas para poner fin a muchos de los problemas de Latinoamérica. “La educación no es sólo responsabilidad de los gobiernos. Nosotros, las compañías, debemos tener un papel más participativo para contribuir a la mejora social”.
En Lafise han puesto en marcha el proyecto “One Laptop for a Child”, que ha conseguido que más de 121 escuelas en Centro América estén conectadas a internet y más de cien mil niños tengan acceso a la Red y una educación de calidad.
El último en intervenir en la mesa de debate de la XXV Asamblea Plenaria CEAL ha sido Antoni Gassó, el presidente GAES. Desde la compañía española, son sus propios empleados los que se implican por lograr un mundo mejor, tanto a través de microdonaciones como de voluntariados en el extranjero. Tal y como ha explicado Gassó “recaudamos un euro al mes de nuestros 2.000 empleados para el desarrollo de proyectos sociales que ellos mismo eligen. Además, nuestros empleados viajan a países en desarrollo para ayudar a los niños con pocos recursos instalándoles audífonos.”
El encuentro de jóvenes empresarios forma parte de una jornada paralela a la XXV Asamblea Plenaria CEAL en el que los participantes están analizando el relevo generacional en las empresas familiares y la evolución del emprendimiento en el espacio iberoamericano.