Algunos iniciaron sin capital y otros aprovecharon las oportunidades que se presentaron y lograron posicionarse en el mercado, gracias a sus ideas.
Apostaron a la gastronomía
Sin experiencia en el rubro pero con la visión de emprender, tres jóvenes concepcioneros iniciaron hace menos de un año la venta de hamburguesas a la parrilla.
Se trata de Diego “Yeyo” Esquivel, Félix González y Jorge Espínola, quienes lanzaron el emprendimiento denominado “Plankton”, que hoy emplea a más de 25 personas y tiene dos locales, uno en Concepción y otro en Horqueta. Según comentaron, para arrancar con el negocio gastronómico empeñaron un “ukelele”, instrumento musical de cuerda, a fin de hacerse de capital.
“Empezamos con capital cero, con puras ganas de trabajar, caminando a ciegas y sin un guaraní en nuestros bolsillos”, indicaron y resaltaron el apoyo que recibieron de sus padres. Añadieron que este proyecto fortaleció la amistad y el amor hacia la familia.
Indicaron que se encuentran alistando otro proyecto. “La idea es estar siempre en camino, nunca conformarse, mirar arriba siempre, y no olvidarnos de mirar a nuestros costados, porque ahí están los pilares, las personas que todos los días están luchando para que el negocio funcione perfectamente”, manifestaron.
Destacan su trabajo rústico
Gustavo Ramón Oribe montó hace dos años su propio taller con sus sobrinos Óscar Segovia (27) y Rodrigo González (23).
El negocio no tiene un nombre fijo, pero sus trabajos representan su carta de presentación y son muy valorados en San Antonio y localidades vecinas, como Villa Elisa, Ypané y Ñemby. “Hacemos trabajos rústicos de madera, como mesas, hamacas, sillones, cercados y portones”, expresó Gustavo Oribe.
Comentó que su principal tarea era la de realizar podas y corte de árboles y muchas veces la tarea no era remunerada adecuadamente y retiraban los troncos y un día, surgió la idea de trabajar con ellos y transformarlos en obras de arte.
Dijo además que no cuenta con suficiente espacio en la casa, en donde montaron el pequeño taller, y por ello muchas veces trabajan a domicilio; mencionó que lo más codiciado son las mesas con sillas para jardín.
“Las hamacas de madera son muy solicitadas también”, apuntó el profesional. El taller de la familia Oribe se encuentra en el barrio Pueblo de San Antonio, en la calle Río Salado casi Juan Pablo II.
Es referente por preparar canastas de desayuno
Ada Liz Moral (24 años), quien es contadora de profesión, decidió crear su propio negocio a través del cual vende flores y ofrece canastas de desayunos.
Dijo que se dedica a la floricultura y en las primeras horas de la mañana, elabora canastas de desayunos que son entregadas a sus clientes por una determinada suma. Señaló que al detectar que las personas desean expresar sus sentimientos, sobre todo en las fechas especiales, decidió habilitar su microempresa denominada “Alali-Desayuno y Flores”.
Ada Liz sostuvo que es pionera en la comercialización de flores naturales en su zona. Ella prepara desayunos dulces, el tradicional cocido, bocados salados y otras alternativas. Afirmó que como su negocio creció en los últimos años, también ofrece sus servicios en las ciudades de Concepción, Yby Yaú, Arroyito y Tacuatí (San Pedro). También señaló que en horas de la noche trabaja como funcionaria de la Universidad Nacional de Concepción UNC-sede Horqueta, donde organiza actividades extracurriculares.
Ada Liz expresó que ella no es conformista, razón por la cual decidió realizar el citado emprendimiento y señaló que también forma parte de una red de emprendedores que motiva a los jóvenes trabajar por un mejor pasar, a través de charlas y conferencias. Manifestó que como licenciada en ciencias contables aplica sus conocimientos en su pequeña empresa e instó a sus colegas para emprender sus propios negocios.
Indicó que el Paraguay es un país donde hay todo por hacer, pero no se aprovecha, e instó a los jóvenes a empezar un emprendimiento con sacrificio y llegar a la meta que desean.
Forjaron un dulce negocio
Las hermanas Évelyn y Eva Rodríguez inauguraron la semana última su propio negocio de confites en esta ciudad.
Creatividad y talento es la combinación perfecta para llevar adelante un neg ocio familiar y eso lo demuestran las hermanas Eva y Évelyn Rodríguez, de 25 y 28 años respectivamente, quienes montaron su emprendimiento denominado “Chispi”.
Eva, quien se recibió de contadora, trabajaba en una empresa privada y en su tiempo libre se dedicaba a elaborar tortas, helados y otros postres para comercializarlos a través de las redes sociales, todo esto con la ayuda de su hermana Évelyn. El negocio iba creciendo y sus productos fueron bien recibidos. Este escenario las animó a equipar un pequeño local donde exhiben hoy sus productos para los amantes de lo dulce y del café.
El local se encuentra en el barrio Pueblo, en la calle Río Salado, abre de martes a domingo, no obstante, también toman pedidos para eventos especiales. Las hermanas recuerdan que el primer producto que empezaron a vender cinco años atrás fue el huevo de pascua en Semana Santa y después empezaron a preparar los ricos y variados postres que hoy causan toda unas sensación en la ciudad de San Antonio.
Un ejemplo de superación
Nicolás Amarilla no está a cargo de algún emprendimiento comercial, pero su historia es un ejemplo para quienes han sido víctimas de alguna enfermedad o un accidente.
Cuando cumplió la mayoría de edad, Nico, como le llaman sus amigos y familiares, padeció una enfermedad llamada síndrome Guillain Barre, que lo dejó sin movilidad en todo el cuerpo. Relató que estuvo internado más de un mes en terapia intensiva del Hospital Nacional de Itauguá y, tras un largo proceso y sesiones de fisioterapia, logró recuperar la sensibilidad de varias partes del cuerpo.
Gracias a un programa de inclusión, Nico logró conseguir trabajo y actualmente se desempeña como secretario de gabinete de la Municipalidad de Ypacaraí.
Comentó que sufrió mucha discriminación por parte de la sociedad, pero que hoy ve la vida de forma diferente.
El joven, que también estudia piano clásico en el Conservatorio Nacional de Música, insta a las autoridades a implementar en mayor medida los programas de inclusión laboral. Aconseja a las jóvenes que tienen alguna discapacidad no sentirse inferiores. “Luchen y tengan fe, que todo se puede cambiar si hay voluntad”, expresó.
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