Ya en 1998, investigaciones entre jugadores profesionales de fútbol comparados con no jugadores demostraron que el contenido mineral total de los huesos del esqueleto fue 18,0% mayor entre los que practicaban este deporte.
Carlos Mautalen*, Telam. Más allá de la ingesta de calcio y de alimentos con vitamina D, la práctica del fútbol también tiene beneficios específicos para la salud.Recientes estudios científicos reconfirmaron que los jóvenes que juegan al fútbol desarrollan huesos más fuertes y más grandes.
Según la FIFA, (Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol), este deporte lo practican unos 260 millones de jugadores profesionales en 329.000 clubes en 209 países.
Ya en 1998, investigaciones efectuadas por nuestro grupo entre jugadores profesionales de fútbol comparados con no jugadores de la misma edad (promedio 23 años) y mismo índice de masa corporal (IMC) demostraron que el contenido mineral total de los huesos del esqueleto (BMC) fue 18,0% mayor entre los que practicaban este deporte. La diferencia fue el resultado de la suma de un incremento del 5,2% en el tamaño del hueso y un aumento del 12,3% en la densidad mineral ósea (DMO).
Como era de esperar, los huesos más densos y más grandes se encontraron, principalmente, en la pelvis y en las piernas en comparación con los brazos o el tronco. En este nivel de actividad y a esta edad, también se observó que la masa ósea era independiente de si hubo o no una suficiente ingesta de calcio. En otras palabras, este beneficio era independiente de otros factores críticos como la nutrición.
Pero, ¿qué efecto tiene el fútbol en el desarrollo de los huesos a una edad más joven cuando aún están en formación?
Otro estudio en jugadores de fútbol de 12 años, que entrenaban de dos a cinco horas por semana, más un partido de fútbol semanal, mostró que el aumento de la masa ósea fue significativamente mayor en los que jugaban que en los que no.
Por otra parte, otra investigación en niñas adolescentes -después de la menarca y cuando la adquisición de masa ósea se encuentra en una meseta, es decir, alrededor de los 16,2 años- arrojó que la densidad mineral ósea de la cadera fue significativamente mayor en las jóvenes que jugaban al fútbol en comparación con un grupo de nadadoras.
Es importante considerar que el aumento de la densidad ósea puede ser una ventaja real en términos de prevención de fractura en la edad adulta. Por lo tanto, se trata de una buena noticia que el fútbol sea cada vez más popular entre las niñas, quienes en un futuro como mujeres posmenopáusicas serán más vulnerables a osteoporosis y fracturas por fragilidad que los hombres de igual edad.
Muchas veces, desde temprano, el fútbol se juega con más entusiasmo que muchas otras actividades que se imparten durante las sesiones de gimnasia en la escuela. Por lo tanto, padres y maestros deberían tomar nota y alentar la práctica de este deporte, incluso, menos monótono que las habituales clases de educación física.
(*) Profesor consulto titular de la UBA. Director de Mautalen Salud e Investigación.