Si sólo se piensa desde la perspectiva del tiempo, el cambio que hoy experimenta la identificación del hombre en el marco social ha sufrido una variación intensa y bastante rápida.
El tango resume bien esa idea. “¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquéllos! Eran otros hombres, más hombres los nuestros”… Y es que en sólo algunas décadas se pasó del macho recio, al metrosexual. Del cavernario alfa, al moderno beta. Desde que Harry conoció a Sally, todo fue más bien vertiginoso.
Y hoy, aunque el tango insista en que ”los muchachos de antes no usaban gomina”, los hombres no sólo concilian ver un partido de fútbol con ir a buscar los hijos al colegio, lavar los platos y hacer el aseo, sino que también incorporan la preocupación de lo estético como algo saludable y prioritario.
Es algo que el mercado sabe, por lo que productos de belleza para hombres ya exhiben un aumento anual sobre el 6% desde 1998 en Estados Unidos, lo que se proyecta claramente en la última década en América Latina.
Las principales líneas son las del cuidado de la piel (especialmente anti envejecimiento y humectantes); para el cuidado de los ojos; y para el baño y para el cuerpo (talco, loción, gel de ducha y desodorantes).
Todo eso acompañado con un sistema mediático adhoc (con revistas masculinas que apoyan los nuevos cambios), que estimula la evolución a una virilidad más amplia y tolerante. A medida que los hombres se vuelven más habituados a preocuparse de su cuerpo y piel, siempre existirán productos que estarán ahí para complacerlos.
La piel es una de las primeras áreas en que los hombres decidieron dar un paso hacia el consumo de productos cosméticos. Así, los neomachos evolucionan desde un sistema Neandertal a un moderno homo sapiens que se precupa, por ejemplo, de su cara y cuerpo.
De hecho, según una de las últimas ediciones de la revista Global Cosmetic Industry, en países desarrollados y en las economías pujantes de América Latina, las inyecciones de botox aumentan año tras año entre los hombres.
Los productos para el cuidado de la piel ocupan el segundo lugar en los nuevos intereses viriles de belleza. Entre ellos se pueden encontrar algunos realmente sofisticados como los humectantes entintados, aunque los más comunes son los que actúan como anti envejecimiento.
Lo evidente para el mercado es que hasta el macho más rudo necesita afeitarse, arreglar su bigote o mantener una barba, para lo cual hoy existe una pléyade de posibilidades.
Entre ellas se incluyen diseños creativos para máquinas de afeitar, a lo que se suman poderosos productos pre y post afeitado. La tendencia clara de compra camina hacia los exfoliadores de grano fino y a lavados faciales relajantes.
En esa línea resulta interesante también anotar el revival que están mostrando las barberías, antiguo y habitual negocio en la escasa oferta de belleza masculina del pasado. Estos lugares hoy potencian el diseño y la tecnología, para –además de ofrecer el servicio específico, con productos modernos- visitarlos se transforme en una experiencia que implique espacios de conversación sobre deportes, política y cine.
Sin embargo, si nos ponemos serios, la vanidad masculina ha estado presente desde la antigüedad en Egipto, Grecia y Roma. Lo que hoy ocurre es que las alternativas para destacarla son más sofisticadas.
Sorprende a muchos (aunque sobre todo a muchas) que el hombre abandone definitivamente su simple sistema de agua y jabón para proteger el cuerpo. De acuerdo a los datos del sector, este tipo de productos (para cuerpo y ducha) tienen siempre una alta venta entre los hombres.
La cosmetóloga independiente Cristina Martel destaca que “sin limpieza no hay belleza. Un cuerpo sano muestra una piel hidratada y saludable. La piel es un órgano vivo: respira, se oxigena, se regenera”.
Por ello, recomienda el uso de limpiadores especiales para el rostro y el cuerpo. Lo principal: que respeten la barrera protectora natural de la piel, el manto hidrolipídico, que es una mezcla de sebo y sudor que recubre la parte exterior de la epidermis y que las personas poseen desde el nacimiento.
El aporte del vestuario
Enrique García y Melissa Godoy, ambos estilistas y asesores de imagen del equipo del Salón QS en Santiago, subrayan tres aspectos vitales en la estética general.
Lo primero es que la utilización de accesorios y vestuario debe ser de acuerdo a cada personalidad y estilo, ya sea formal, vanguardista o una mezcla entre ambos. En ese sentido, mocasines, gamuzas y chaquetas casual vienen bien con camisas lisas de muy buen corte; estos elementos siempre pueden ser combinables entre ellos.
Lo segundo es que una buena camisa con diseños modernos y que tenga buen calce con la figura, resulta precisa para una reunión casual; y en los zapatos, la elección adecuada siempre tiene que destacar la comodidad y una apariencia acorde con los accesorios y la ocasión.
Un tercer punto es no olvidar como concepto estético el cuidado de las manos. García y Godoy coinciden en que “es imposible dejarlas de lado, la manicura masculina también es cada vez más común y bien vista”.
Los aportes del pelo
Los productos para el cabello masculino ocupan el tercer lugar de las preferencias comerciales. El experto mexicano David Navarro recomienda tres directrices clave a la hora de buscar un tipo de corte efectivo: la edad; la profesión, objetivo y tipo de empresa en la que se trabaja; y el tipo de gente con la que se convive.
Navarro comenta que “traer el cabello extremadamente corto ya está pasado de moda. Se busca que el hombre en verdad se peine, pero no de una manera tan clásica. La tendencia es tener volumen en la parte superior. Lo importante también es considerar la forma del rostro, de manera que el corte y el peinado permitan una armonía general”.
Existe una gran variedad de productos para peinar y definir el corte. “Hay ceras y cremas específicas que permiten dar fijación al peinado, distintas intensidades de brillo, textura e incremento del volumen del cabello”, anotan los asesores Enrique García y Melissa Godoy .
Un buen uso de cera-gel, por ejemplo, permite obtener un look desordenado u ordenar el cabello en desorden y marcar un estilo casual. Para un cabello canoso, en tanto, el shampoo especial realza su tono y neutraliza el aspecto amarillo de algunas de ellas.