Considerada en sus comienzos como parte de la ropa interior, la camisa logra ocupar un lugar de importancia en la vestimenta masculina.
Desde los primeros años del siglo XIX que en el incipiente mundo de la moda masculina hay una prenda que se ha ido asentando como indiscutida: la camisa blanca. La marca Brooks Brothers desarrolla desde el año 1818 una serie de propuestas que la van dotando de elegancia, agregándole siempre algún tipo de plus.
Su gran versatilidad la hace imprescindible hoy en el vestuario masculino, ocupando también un espacio en la moda. Se lo ha ido ganando con esfuerzo, porque en sus comienzos sólo era considerada parte de la ropa interior, utilizada bajo otras partes del vestir.
Brooks Brothers cuenta en la actualidad con camisas blancas de distintos tipos de cuello, dependiendo de las medidas de quien las use y la ocasión para la que se requiera.
El clásico Button-Down o cuello con botones, por ejemplo, surge cuando John E. Brooks, nieto del fundador de la marca, observa en un partido de polo que los jugadores se enganchaban el cuello a la camisa para desplazarse con más comodidad. A pesar de que los primeros años se usó en estilos casuales, hoy es parte incluso de las tenidas más formales.
Los tipos de cuellos se recomiendan según la forma de la cara. Por ejemplo, para rostros redondeados es mejor un cuello más delgado como el Forward Point, que va bien con cualquier nudo de corbata. Otros como el Londoner, que es más abierto, quedan bastante bien con un nudo de corbata grueso.
Respecto a los calces, Brooks Brothers cuenta con tres variedades de fit: uno tradicional, y dos más ajustados. Lo mismo ocurre con las mangas, cuyo largo depende del tamaño de quien las use, combinándolo con los cuellos ya mencionados.
Para cualquiera es un sueño no tener que planchar la ropa, en especial las camisas. El modelo Non-Iron de Brooks Brothers, por ejemplo, se crea con una combinación de algodones finamente tejidos por una fábrica especializada que facilita su buena forma y postura desde la mañana hasta la noche, sin necesidad de pasar por la plancha.
Esta tecnología es desarrollada por la marca desde 1953, manteniendo elegancia, estilo y comodidad.
La camisa tal como se conoce actualmente se desarrolla por primera vez en el Reino Unido, a mediados del siglo XIX. Con la llegada de la Revolución Industrial, la historia de la camisa masculina europea evoluciona gracias a los avances tecnológicos aplicados al sector textil y el consiguiente auge del comercio.
La llegada a Europa del algodón procedente de la India y Norteamérica juega un papel crucial. La calidad estética que logra desde principios del siglo XX comienza a ser considerada como un signo de distinción, ya que no todo el mundo tenía la posibilidad de lavar la ropa a menudo y mantenerla debidamente limpia.
La diversificación que alcanza la moda masculina actualmente, mejora la comodidad de los trajes y permite el surgimiento de nuevos estilos y modelos de camisas: gran variedad de cuellos blandos apropiados para cada ocasión, actividad y hora del día; rígidos cuellos y pecheras almidonadas solo se mantuvieron para vestir el frac.
Hacia mediados del siglo XX el cuello de la prensa sufre transformaciones: en los 50 era más bien pequeño y en los 60 y 70 pasa a tener puntas muy largas y redondeadas. En la actualidad la camisa blanca se lleva con y sin corbata y con los botones abiertos.