Por Luz María González, gerente general en e-Class.
Según la última Encuesta Nacional de Discapacidad (2015) más de dos millones de chilenos mayores de 18 años tiene algún grado de discapacidad, lo que equivale al 20% de la población total del país. Aunque cada vez más avanzamos en inclusión, el camino aún es largo. A nivel laboral, la realidad es preocupante. Menos de la mitad de las personas con discapacidad accede a un empleo.
La implementación de la Ley de Inclusión Laboral, que entró en vigencia el 1 de abril de este año, no sólo implica contratar personas para cumplir una cuota exigida por la autoridad, sino que trabajar para construir una cultura organizacional inclusiva, aprendiendo a valorar la diversidad como un pilar fundamental de las empresas. Es sabido que aquellas compañías que se abren a la diversidad, mejoran su imagen y tienen trabajadores, clientes e inversionistas más comprometidos.
Para lograr que la inclusión sea exitosa, es necesario ver a las personas en situación de discapacidad en un contexto de igualdad en cuanto a derechos y deberes. El principal objetivo de la OIT es "el trabajo decente para todas las personas, incluidas las que tienen algún tipo discapacidad, y esto significa trabajo productivo, en condiciones de libertad, equidad, dignidad y seguridad humana".
Contar con personas con discapacidad en la empresa representa desafíos y oportunidades de beneficio no sólo para el trabajador y su familia, sino que también para la misma organización. Hay una mejora en su clima interno, cambiando la actitud de los trabajadores y eliminando los estereotipos. También el compañerismo y la preocupación por las necesidades del resto comienzan a ser una práctica habitual. Se promueve el trabajo en equipo, se sensibiliza al resto del personal, se genera un mayor compromiso y se dan múltiples beneficios más.
Y aquí surge una pregunta trascendental, ¿cómo se están preparando las empresas para asumir este desafío? La inclusión laboral supone varias etapas, una de las cuales es, sin lugar a dudas, la formación y la capacitación no sólo del que ingresa a una empresa sino que también del resto de los colaboradores que trabajarán con esa persona. Por ello es importante no dejar de lado la capacitación pues una efectiva inclusión laboral permitirá contribuir a la creación de sociedades mucho más solidarias.