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La ciencia del sueño: apuntes para entender la importancia de dormir
Miércoles, Mayo 18, 2016 - 12:10

Investigadores uruguayos proponen nuevas miradas a un proceso complejo, que aún no ha sido totalmente descifrado.

Para una gran cantidad de personas, dormir es uno de los grandes placeres de la vida. Hay quienes darían todo por quedarse "cinco minutos más", y quienes sacrificarían la productividad de levantarse temprano, solamente con el fin de seguir en la cama.

Para Pablo Torterolo, profesor agregado en el laboratorio de neurobiología del sueño en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, es mucho más que eso. “El sueño se define como un estado comportamental, que se diferencia de la vigilia, cuando se está despierto”, explica el doctor en medicina y neurociencias. 

A diferencia de lo que suele creerse, Torterolo precisa que la labor principal del sueño es la recuperación de las funciones cerebrales y no tanto para el reposo de los órganos y músculos.

Cómo se estudia

Para analizar el sueño de una persona, dice el experto, se debe realizar un estudio llamado “polisomnografía”, que consta de tres partes básicas: el registro de la actividad eléctrica cerebral (electroencefalograma), el registro de la actividad eléctrica muscular (electromiograma) y el registro de la actividad eléctrica de los ojos (electrooculograma).

Si bien existen otros tipos de estudios complementarios, estos tres constituyen lo básico para diagnosticar cómo está durmiendo una persona u otro animal.

Etapas del sueño

Una noche de sueño puede dividirse y subdividirse en varias etapas. La primera gran división que existe es entre la etapa no REM y la REM. Estas son las siglas derivadas del inglés "rapid eye movement" (movimiento ocular rápido).

Cuando una persona se dispone a dormir, pasa de la vigilia al sueño no REM, o sueño de ondas lentas. Este es el período de transición y puede subdividirse según la intensidad del sueño. Durante esta fase se registra poca actividad neuronal y ocular, así como relajación muscular. 

De allí que las personas a las que se despierta durante esta etapa se encuentran como perdidas, sin nada para decir. Este tipo de sueño puede llegar a durar alrededor de una hora y media, luego de la cual se pasa al sueño REM.

Durante esta fase, el electrooculograma comienza a registrar movimientos oculares rápidos, tal como lo indica su nombre, acompañado de una alta actividad neuronal que se asemeja mucho a la de la vigilia. Debido a esto es que el sueño REM también puede ser llamado “sueño paradójico”. Sin embargo, los músculos suelen estar completamente relajados. El sueño REM puede llegar a durar alrededor de 20 minutos, fase en la que se producen lo que llamamos "sueños".

Estas dos etapas constituyen un ciclo de alrededor de dos horas, que se repite entre cuatro y seis veces en una noche.

Cambios con los años

Como se dijo anteriormente, el sueño es necesario para recuperar las funciones cerebrales de su actividad durante la vigilia. De ahí que la cantidad de sueño depende de qué tan activa estuvo la persona durante el día, lo cual cambia en el transcurso de la vida. Un niño de diez años que pasa todo el día en actividad física precisará más sueño que una persona más adulta.

El hecho por el que las personas mayores tienden a dormir cada vez menos no es producto de una patología. Según Torterolo, corresponde a un efecto natural, que se deriva de una vida menos activa que cuando eran más jóvenes, por lo que no es necesario automedicarse con somníferos.

Con los recién nacidos sucede algo interesante. “No sólo duermen mucho, sino que tienen un sueño REM más extendido”, puntualizó Torterolo. 

“Lógicamente, las condiciones aún no son como las del adulto, pero de todas maneras presentan una gran actividad cerebral”. Esto se debe a que el cerebro del bebé está aún en desarrollo y necesita “ejercitarse” para poder seguir progresando.

Según se ha podido confirmar con experimentos en animales, aquellos a los que se les priva del sueño REM ven impedido el desarrollo de su cerebro.

“El sueño REM en un adulto joven puede ocupar entre un 20% y 25 % del total del sueño. En un recién nacido puede ser de 50% y en un prematuro puede alcanzar 80% del sueño”, detalló el especialista.

Memoria y estudiantes

Gran parte de la conservación en la memoria de los eventos que sucedieron durante la vigilia es gracias al sueño.

“Este es necesario para la memoria, porque las cosas que se ven durante la vigilia necesitan un sueño para consolidarse y grabarse”, sostuvo Torterolo.

Para esto, es tan importante el sueño de ondas lentas como el REM. “De allí es que, por ejemplo, sea un error garrafal para el estudiante quedarse sin dormir por estudiar la noche antes de un examen”.

Algunas patologías

Las enfermedades relacionadas con el sueño van desde el no poder conciliarlo hasta quedarse dormido de un momento para otro. El primero de ellos es el insomnio, que en sus casos más graves puede llegar a ser fatal.

El segundo caso es el de la narcolepsia, la cual está siendo estudiada por Torterolo y otros investigadores. Puede tener variantes como la cataplegia, que es cuando la persona queda paralizada total o parcialmente luego de un estímulo determinado.

Autores

El Observador/ LifeStyle