En el último tiempo la exhibición de películas en las salas de clases de las B-Schools se está volviendo una práctica popular. Las razones para acudir a este recurso son bastantes, tanto quizá como los debates en torno a qué metodologías utilizar para su análisis. A continuación, la experiencia de algunas escuelas.
A simple vista la película The Godfather trata sobre la mafia, la inmigración y la lucha de poderes. Sin embargo, para sus creadores, el director Francis Ford Coppola y el actor principal Marlon Brando, la historia era una metáfora sobre el capitalismo en América y acerca de las cuestiones del poder y la sucesión. Tópicos que una y otra vez cobran importancia entre los hombres de negocios y sus compañías y que, de paso, las B-Schools se encargan de incluir entre los asuntos a estudiar en sus clases.
Es por lo mismo que a este título se suman otros, como Match Point, Other People´s Money, The Company Men y Twelve Angry Men, junto con el documental Inside Job, entre otros varios. Jorge Berríos, profesor del MBA de la Universidad Diego Portales, explica que se recurre a estos recursos visuales, porque “es diferente explicar un caso, que muchas veces está en inglés o tiene varias páginas, que analizar una cinta, que es más entretenida para los estudiantes”. A lo que Beatriz Junquera, catedrática de Organización de Empresas en la Universidad de Oviedo, complementa diciendo que “es acercar a los estudiantes a algo que en principio es muy árido”.
Aunque Junquera agrega otro factor, con el que por cierto no comulgan todos, y que la profesora explica: “A veces no disponemos de todos los casos que necesitamos y desde ese punto de vista la ficción está basada en hechos reales, por la que las dinámicas son verdaderas, y esto resulta muy motivador para los estudiantes”.
En general, el uso de este recurso responde principalmente a que ver un filme sobre un asunto complicado es más entretenido. El contexto y las personas son más identificables, y los estudiantes lo sienten más cercanos. Se trata fundamentalmente, dice María Elena Carballo, profesora de la Incae Business School y ex secretaria de Estado de Cultura de Costa Rica, de que “lo audiovisual gana terreno cada segundo. Existe la posibilidad de coleccionar nuestras imágenes, como los libros, por milenios, se entiende que hay material que más allá de la memoria individual y sobre el cual se facilita producir polémica, interpretación, conocimiento”.
Hollywood y Management
Los escándalos y aciertos corporativos siempre han dado tema al cine y a la literatura. Resultan interesantes desde varias aristas, entre estas la empresarial. De ahí que varias cintas que tratan de asuntos que ocurrieron en la realidad, como Enron: the smartes guys in the room sobre la empresa estadounidense o el documental acerca del descalabro económico de 2008 Inside Job. También están aquellos que se basan en personalidades y líderes, los cuales también sirven para la reflexión, como los filmes Lincoln y Gandhi.
Las escuelas de negocios se han dado cuenta que incluir las películas en sus metodologías es acertado. Por ello, aunque siempre se han utilizado en el plano educacional, ahora es probable que su uso esté creciendo. Sin embargo, Berríos aclara que es más bien en los postgrados donde esto se ve más, en comparación con el pregrado. Según el profesor de Contabilidad para la Toma de Decisiones en el MBA de UDP, “las películas se suelen utilizar para cualquier asignatura, en general, con excepción quizá de los más técnicos. Ahora bien, abundan más en el área de postgrado, porque se trata de estudiantes con más experiencia profesional, quienes ya pueden intervenir más en las clases, y así generar debates. En cambio, en las clases de pregrado la idea es enseñar”.
Es por ello que desde hace unos años en las escuelas se están llevando a cabo Ciclos de Cine, que funcionan como foros, donde se espera que la exhibición de películas permita la comprensión de algunos modelos teóricos.
Tanto en la ecuatoriana Espae-Espol como en la centroamericana INCAE Business School llevan a cabo esto. En la primera, es através del ciclo denominado “Hollywood & Management”, en el cual se exhiben cintas durante el año y se debate siguiendo una pauta elaborada por el académico Francisco Alemán, mientras que en la institución con sede en Costa Rica y Nicaragua se efectúa la iniciativa “Club Film List”, que se puso en práctica en 2011, y está a cargo del INCAE MBA Oath Club, que pone a disposición de los estudiantes 15 filmes que muestran varias perspectivas sobre la corrupción en los negocios y las corporaciones. Esto, pues esta agrupación intenta crear consciencia acerca de la ética empresarial y las buenas prácticas de negocios, y las películas resultaron ser un mecanismo útil para acercar este tema a los estudiantes.
Según relata Lissette Cuadra, presidenta del INCAE MBA Oath Club en Nicaragua, la idea surge de “la necesidad de proveer alternativas dinámicas para que los alumnos de MBA puedan visualizar y analizar situaciones de ética y corrupción en el mundo de los negocios y a nivel personal, y es una herramienta del MBA Oath Club para tener un mayor alcance frente a los alumnos y ayudarles a crear una mayor consciencia respecto a estos asuntos”.
Con todo, las escuelas se han dado cuenta que el cine y la literatura se pueden complementar al estudio de casos, “porque permiten acercar a una visión más abarcadora y contradictoria de los seres humanos y sus peripecias”, dice Carballo.
Por esto, en el INCAE MBA Oath Club buscan películas que tengan un mensaje contundente sobre toma de decisiones, beneficio a corto plazo versus largo plazo, enfoque en utilidades sobre sostenibilidad y aquellas que documentan el informan sobre situaciones pasadas.
Impulsando el debate
Al parecer, la mayor exhibición de cintas tiene directa relación con la transición que se está llevando a cabo dentro de los planteles, pues por estos días se habla del nuevo rol del profesor y de un cambio en que los documentos están pasando del papel a lo digital. Es a este acercamiento al mundo online, con la inclusión de las redes sociales, al que los académicos atribuyen el uso de filmes. Para Carballo “el video, el DVD y ahora el Youtube, junto a los sitios que dan acceso a la infinidad de películas, nos han facilitado, primero, tener una filmoteca en casa y, segundo, el alcance a una filmoteca virtual. Y allí empieza la historia”
Berríos agrega además que “antes existía mayor discusión acerca de qué metodologías usar para ver los videos, por lo que era complejo. Hoy, en cambio, la tecnología de enseñanza permite usar esto sin que sea un estorbo, sino más bien un aporte. Y herramientas como Youtube ayudan a matizar”. Sin embargo, el debate actual no es sobre si usar o no cintas en las salas de clases, sino cómo hacerlo. A lo que Carballo responde que se deben emplear para fomentar el análisis y el autoconocimiento, “bajo la idea de que el método socrático es el que más nos acerca al verdadero aprendizaje”. Por ello es que como mecanismo innovador en 1993 la INCAE incluyó “el estudio de la literatura y el cine con el fin de fomentar el análisis y la reflexión del líder sobre su cultura y valores”, agrega.
En el caso de las cintas que se utilizan para el INCAE MBA Oath Club, Cuadra responde que “se seleccionan a partir de investigación y recomendaciones de sus miembros, y luego el Club las ve, hace una breve indagación sobre el background de la película en términos de contenido y alcance. El Club las discute a nivel interno con sus oficiales en Nicaragua y Costa Rica para una final aprobación sobre si son suficientemente contundentes para estar entre el Top 10, o deberán considerarse en la lista de Películas Recomendadas”.
La discusión se vuelve, entonces, el foco principal tras el exponer una película. Por eso es que los profesores enfatizan en este punto. Ejemplo de ello es la experiencia de Junquera en la Universidad de Oviedo: “A los estudiantes les avisamos que vean la película con tres semanas de anticipación, acompañado de un guión, y los orientamos sobre lo que deben reflexionar. Luego de ver el filme se debate, se hacen preguntas abiertas con motivo que opinen”.
Berríos explica, en tanto, que “es importante llevar a cabo una metodología de enseñanza que fomente la discusión, y así evitar que el profesor esté siempre hablando, de forma que exista interacción”.