Orfebre argentino Juan Carlos Pallarols elabora desde 1983 este símbolo de poder democrático, en el que suma la participación de millones de sus compatriotas.
Mientras todos los ojos están puestos en el resultado del inédito balotaje que disputan los candidatos Mauricio Macri y Daniel Scioli este domingo en Argentina, un silencioso trabajo se ha llevado a cabo durante los últimos 335 días: el bastón de mando que recibe como símbolo la persona que entra a la Casa Rosada.
Se trata de una verdadera artesanía de noventa centímetros más empuñadura de plata argentina, elaborada a base de urunday, madera de un árbol que se encuentra en la zona del Chaco y Misiones.
Quien lo elabora es el orfebre argentino Juan Carlos Pallarols, para quien -obviamente- se trata de algo mucho más que un "bastón". Según recoge la agencia argentina Télam, para el artista "es un símbolo republicano y federal", el que personalmente ha entregado a cada mandatario elegido democráticamente a partir del año 1983.
Desde Raúl Alfonsín hasta Cristina Fernández, pasando por Carlos Menem y Eduardo Duhalde, entre muchos otros, cada hombre o mujer que ha ejercido la primera magistratura desde la Casa Rosada cuenta con su propio bastón que lleva flores de 24 cardos, uno por cada provincia, y tres pimpollos por las Islas del Atlántico Sur.
Pallarols anuncia que ya tiene lista la pieza que deberá recibir quien gane el balotaje del domingo. De ello da cuenta una fotografía enviada a los medios en donde se aprecia el bastón de elegante estampa, junto a un documento tributario (factura) por el valor de un peso argentino (unos US$0,10).
"Yo lo regalaría, pero me han explicado que eso requiere un trámite de donación muy complicado. Por eso opto por facturar simbólicamente 1 peso", explica el orfebre.
La empuñadura del bastón es adornada por el escudo nacional y su forma es dada por casi tres millones de golpes de cincel que el orfebre logra viajando por las 24 provincias argentinas, más de 200 pueblos, invitando a todo tipo de gente a que colabore con su golpe a la entrega del símbolo de poder a quien ocupe la primera magistratura.
"Gracias a esto puedo dar fe de cómo el proceso democrático se ha ido desarrollando entre las personas, cada vez más los argentinos se sienten orgullosos de su país, especialmente los niños", comenta Pallarols.
Dice que lo más importante es que "cada persona deja un pedacito de su corazón, en una frase, una palabra, en los varios libros firmados que se entregaran junto al bastón al nuevo presidente".