La dieta como acto de liberación, el nuevo enfoque para adelgazar
Miércoles, Octubre 19, 2016 - 13:35
Terapia del psicólogo uruguayo Aldo Mosca promueve dinámica en la que se enfrenta el problema en grupo, hablando de la adicción a la comida en talleres semanales.
“Hacer dieta no es un acto de privación, sino un acto de liberación”. Esta es la premisa que en el Centro Equilibrio intentan traspasar a sus pacientes, gente que llega a este espacio tras intentar de todo para bajar de peso sin obtener resultados, o que ha logrado adelgazar con dietas o cirugías pero ha subido nuevamente por el temido efecto rebote.
Es que este tratamiento integral busca no solo una baja de peso, sino que los asistentes enfrenten su adicción a la comida o a ciertos alimentos para poder aprender a manejar y controlar ese impulso irrefrenable de comer emocionalmente.
“Si una persona come emocionalmente su forma de alimentarse está estrechamente relacionada con sus estados emocionales. Trabajamos sobre el vínculo con la comida y cuando la persona va desarticulando las emociones de los alimentos, los hábitos van modificándose. Por eso decimos que la dieta es para adelgazar y el modo de vida es para mantenerse”, explica el sicólogo Aldo Mosca De Mori, "gurú" uruguayo de la baja de peso que en más de 20 años ha logrado que miles de personas lleguen a un peso saludable sin efecto rebote, bajando varias toneladas en conjunto.
Tras implementar este modelo en Uruguay, Mosca fundó hace dos años el centro en Chile junto a un grupo de especialistas encabezados por la doctora Leticia Burgueño y la kinesióloga Natalia Lanzarotti, con la idea de ofrecer un tratamiento donde nutriólogos, kinesiólogos y sicólogos apoyen a los pacientes para enfrentar su adicción a la comida hablando en grupo de sus problemas.
Aprendizaje
Así, dos veces a la semana un máximo de 20 personas asisten a un taller coordinado por una nutrióloga y una sicóloga, donde comparten su lucha por adelgazar y se pesan en cada sesión para llevar un autocontrol.
“Este es un espacio especialmente diseñado para que la gente aprenda a lograr lo que quiere y cuidarlo. El contenido y los temas surgen de los pacientes a partir de sus dudas y aprendizajes a lo largo del proceso, ya que la idea es vivir con placer y bienestar el adelgazamiento. Pueden hablar de lo que les pasa con libertad y sin tener que explicarse, se sienten totalmente entendidos en su problema, pero sobre todo encuentran y aprenden junto a otros soluciones”, detalla Mosca.
“Las cosas en equipo son más eficientes y más fáciles ya que el grupo da fuerza y compromiso, sumando experiencias y multiplicando la energía necesaria para sortear las dificultades y las tentaciones de la vida diaria, ayudando a tener siempre presente la meta. Compartir las experiencias positivas con otros y escuchar cómo cada uno va resolviendo las diferentes situaciones que se presentan en el día a día, ayuda a todos a tener cada vez más herramientas para lograr el objetivo”, asegura.
Metas inidviduales
Este tratamiento, una especie de “bypass a las neuronas”, dura un período mínimo de tres meses para poder modificar conductas, por lo que los pacientes pasan por las etapas de adelgazamiento y mantenimiento. La edad para ingresar es 16 años y puede participar alguien con obesidad mórbida, que tenga un par de kilos de sobrepeso o que se haya sometido a un bypass gástrico y esté engordando nuevamente.
Las metas son individuales y se fijan en la primera evaluación nutricional, donde se realiza una medición de composición corporal, bioimpedancia, se realiza una evaluación físico postural y se entrega una pauta nutricional para cada paciente considerando alergias, intolerancias, lactancia y también sus gustos. Y lo único prohibido es el exceso.
No es la misma dieta para todo el tratamiento, va variando según la etapa del proceso y eventualmente tiene un final, ya que en el Centro Equilibrio plantean que vivir eternamente a dieta no es sostenible en el tiempo.
El cambio en la persona va más allá de lo físico y de los kilos que pueda sacarse del cuerpo, ya que también saca grasa de su cabeza. Por eso es una solución definitiva: en el paciente está el límite ya que la persona vuelve a tomar el control y busca un cuerpo en equilibrio, afirman desde el equipo que integran la nutrióloga Leticia Burgueño y la kinesióloga Natalia Lanzarotti.
Por eso, para ellas “el peso es sólo un indicador de éxito de los muchos otros que se obtienen con este tratamiento, como mayor seguridad, mejorar la autoestima, marcar límites, tomar más decisiones, disfrutar el cuerpo, mejorar el estado de ánimo y tener buena salud, lo que permite muchas veces dejar de depender de medicamentos”.