Existen reportes de quemaduras, cicatrices y dolor duradero después de los tratamientos.
Años atrás la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), aprobó la entrada al mercado de los dispositivos con láser. Lo hizo pensando en que dermatólogos, cirujanos y oncólogos atendieran pacientes con afecciones graves como cáncer o verrugas genitales. Sin embargo, los fabricantes de estos aparatos encontraron una forma de expandir el mercado: “el rejuvenecimiento vaginal”.
De un momento para otro surgieron por todas partes, en Estados Unidos y el resto del mundo, centros estéticos que ofrecían nuevos tratamientos de salud vaginal. Los dispositivos con láser se convirtieron en una herramienta indispensable de estos centros de estética. Comenzaron a usarse para contrarrestar síntomas como atrofia vaginal, cambios asociados a la menopausia, la incontinencia urinaria e incluso con la promesa de mejorar la función sexual. Las promesas de una “nueva vagina” incluso alcanzaron a seducir a un público joven.
Esta semana la agencia regulatoria de Estados Unidos decidió cerrarle el camino a este uso de los dispositivos láser. En cartas enviadas a varios fabricantes, la FDA les ordenó dejar de promocionarlos para el procedimiento de rejuvenecimiento.
"Estos productos tienen riesgos graves y no cuentan con pruebas adecuadas que respalden su uso para estos fines (rejuvenecimiento vaginal)", dijo Scott Gottlieb, funcionario de la F.D.A, al periódico The New York Times, "estamos profundamente preocupados de que las mujeres estén siendo lastimadas".
La F.D.A. aclaró que se desconoce con precisión la magnitud de los riesgos, pero existen reportes de quemaduras vaginales, cicatrices y dolor duradero después de los tratamientos. La agencia ha recibido 14 informes de eventos adversos relacionados con los tratamientos.
En Colombia, decenas de centros estéticos ofrecen estos mismos tratamientos. Por ahora las autoridades sanitarias del país no se han pronunciado sobre este tema.