La investigadora Annie McKeee, explica que muchas veces los trabajadores tratan de ocultar sus emociones al ingresar al trabajo.

Cuando una persona es feliz en su trabajo, tiene mejor productividad, alcanza más objetivos, ayuda a la empresa a crecer, contagia buen ánimo a los demás y genera un ambiente laboral saludable; sin embargo, no todos los colaboradores son realmente felices.

La investigadora Annie McKeee, explica que muchas veces los trabajadores tratan de ocultar sus emociones al ingresar al trabajo, porque consideran que deben separarlos de sus actividades para hacerlas mejor, cuando no debe ser así.

En su investigación “Being Happy at Work Matters”, publicada en Harvard Business Review, explica cómo manifestar los sentimientos beneficia no sólo al trabajador, a las empresa, por lo que éstas deben fomentar el no reprimir emociones y ayudar a tener buenas experiencias.

Asimismo, las empresas deben ser las principales promotoras de la felicidad de sus equipos de trabajo, y para ello, la especialista recomienda tomar en cuenta las siguientes claves:

• Sentido de pertenencia

Quienes se sienten valorados en el trabajo y saben pueden ayudar a cumplir los objetivos de la empresa, están emocionalmente más comprometidos, motivados, productivos y seguros.

Es importante reflexionar en la importancia de cada labor realizada, sin importar lo pequeña que pueda parecer. Cada acción siempre tendrá un efecto en toda la compañía.

• Tener visión del futuro

Hay que dar la certeza al empleado de su vigencia a largo plazo, que su puesto es seguro y que forman parte importante de la compañía.

Esto generará habilidades de liderazgo y mayor compromiso con la empresa.

• Dar apoyo

si los trabajadores se sienten apoyados, comprendidos y confían en sus compañeros de trabajo y líderes, entonces estarán más satisfechos y reafirmarán su compromiso laboral.

Además, su ánimo mejorará y generarán vínculos más fuertes que pueden ir más allá de lo laboral.

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