Roxana Belda, periodista y conductora del programa Estudio Abierto en Radio Rivadavia.
Hace unas semanas vimos al Presidente argentino Alberto Fernández dando entrevistas a dos influencers. Por un lado, Pedro Rosemblat, conocido como “El cadete” (militante del Frente de Todos, con 363 mil seguidores), y luego a Tomás Quintín Palma, que tiene 35mil seguidores en su cuenta de Instagram.
Pero el Presidente no es el único, la oposición también se deja ver con ciertos influencers que abogan sus ideas, como el caso de 'el Dipy', cantante de cumbia que se muestra a favor de la oposición cada vez que expresa sus ideas políticas. Por otro lado, el joven Iñaki Gutiérrez también se ha sacado fotos con Mauricio Macri y Patricia Bullrich, expresando abiertamente su militancia en las redes sociales y sus ganas de trabajar “por un país diferente”.
¿Están cambiando los estilos de comunicación de los políticos? Hemos escuchado opiniones diversas, desde que los influencers no están formados como para conducir una entrevista profesional, que sacarse una foto con un influencer le quita seriedad y credibilidad al político o que el influencer en cuestión persigue un puesto político. La realidad indica que, como antes se buscaban “celebridades”, hoy se buscan influencers. Los nuevos formadores de opinión y dueños de las audiencias masivas parecen tomar la delantera cada vez más fuerte.
¿Por qué los políticos buscan estos canales? ¿Les suma dar entrevistas informales en las redes con jóvenes influencers? La respuesta es: sí, mucho. ¿Por qué no? Con esta herramienta, el político logra alcanzar un público que vive alejado de la política y que no mira televisión. Esto demuestra un acercamiento acertado.
Asimismo, sirve para captar audiencias populares a las que quizás no llegarían de otro modo. Hay varios ejemplos en el ambiente de la cumbia, el regetton, el cuarteto, el rock y hasta en el fútbol. De más está decir que estos líderes, en sus distintos ámbitos, siempre han sido referentes de opinión e influyen en sus “seguidores”.
En definitiva, no podemos descartar que las nuevas generaciones suman votos. En estos días en que en los milennials reina cierta apatía y falta de interés por la política, parece acertado que los políticos se acerquen cada vez más a la gente joven, ya que son ellos los que tendrán la posibilidad de elegir a la hora de votar.
Qué privilegio tenemos si nos comparamos con décadas pasadas donde no existía la difusión de ideas tan fácilmente, pero cuan peligroso, al mismo tiempo, resulta esta explosiva combinación. A la vez, debemos dejar de pensar en la incidencia que tienen las creencias y modos de ver el mundo, porque como consecuencia “influyen”en los millones de seguidores que tienen estos referentes.
¿Y si es cierto que algún influencer logre un puesto político y termine tomando decisiones importantes? Fomentemos la educación y el pensamiento crítico en las nuevas generaciones para que puedan discernir de forma más atinada, ya que serán ellos los que tengan el poder de cambiar la dirección del timón. De las decisiones que tomemos en las urnas, dependerá el rumbo del país en los próximos años.