Sepa cuáles son las implicancias de cometer robo de propiedad intelectual a nivel académico y cuáles son las herramientas para detectarlo.
Hasta mediados de febrero, el ministro de defensa de Alemania, Karl Theodor zu Guttenberg, tenía un 70% de aprobación en su país. Sin embargo, lo que terminó con su eminente carrera hacia la Cancillería del país, fue la publicación por parte del rotativo Süddeutsche Zeitung, en que se le acusa de haber plagiado parte de su tesis doctoral de derecho.
"Impostor", "mentiroso" y "ladrón" fueron algunos calificativos que se le atribuyeron entonces al ministro, quien antes era reconocido por su juventud, energía y talento.
Sentir la tentación de aplicar la estrategia “Copy-Paste” (copiar–pegar) es algo que se ha hecho cada vez más común, especialmente en la época que la gran fuente de información es internet. Una situación de la que no han podido escapar muchos políticos, académicos y estudiantes de postgrado, incluyendo a ingenieros, médicos y abogados.
Entre los escolares, el plagio es una práctica común, y muy poco sancionado por las escuelas primarias. Según un estudio de la compañía de software de análisis McCabe de 2004, el 75% de los estudiantes universitarios encuestados admitió haber cometido esa falta alguna vez.
Implicancias del plagio
El asunto es grave, no sólo porque se están violando las leyes de propiedad intelectual -el plagiador puede ser llevado a tribunales por el autor de la obra en cuestión- sino que también porque también la persona que comete el delito sufre una pérdida total de credibilidad.
“la reputación de un docente o un estudiante de postgrado que incurre en plagio se viene al piso, porque es un fenómeno muy sensible”, dice Hugo Castaño, decano de la escuela de Derecho y secretario general de la universidad medellinense Eafit. “En la actualidad estos temas están muy en boga, y quien comete esa falta suele quedar muy desprestigiado, porque hay una pérdida de la reputación intelectual”.
A nivel moral, estas personas quedan “afectadas dentro de las redes, entonces el caso de plagio pasa de ser conocido sólo en la universidad, a nivel nacional e internacional”, indica el abogado.
Castaño advierte que en todos los países el plagio se trata de manera diferente, depende de sus legislaciones sobre derechos de autor y propiedad intelectual. En Colombia, ejemplifica el académico, el afectado puede invocar la aplicación de una norma de carácter penal que implique el retiro de las obras del mercado, o incluso el arresto del plagiador.
A nivel académico, “lo más común es que se expulse al profesor o al alumno que plagió un trabajo de investigación”. Cuando se trata de un trabajo simple de clases, los castigos pueden ser desde “nota 0” en el trabajo puntual, hasta reprobar la materia. Quien comete plagio, eso sí, debe tener claro que la persona a quien copió su trabajo, puede presentar una demanda en su contra, y obligarlo a enfrentarse a la justicia ordinaria.
Cómo evitarlo
Castaño advierte que cada caso de plagio debe ser estudiado. “Depende de la intensidad del plagio, no es lo mismo copiar una frase que una tesis completa. Además, no siempre se puede decir que hubo la intención de hacer fraude", dice.
María Teresa Turell, que forma parte del Master en lingüística Forense de la catalana Universitat Pompeu Fabra -el primero en el mundo ofrecido en español y donde se incluye el curso de detección de plagio-, explica que la mejor manera de evitar la copia es enseñando a escribir de forma creativa a los estudiantes.
“Lo primero que se tiene que conseguir de las universidades es que sus órganos de gobierno aprueben un código de buenas prácticas, no sólo para castigar a los plagiarios, sino que para poder disuadirlos y enseñarles a no copiar”. Señala que buenas herramientas podrían ser los cursos de redacción creativa en todas las carreras.
Con ella concuerda Castaño, de Eafit: “el plagio puede deberse, por ejemplo, a una falta de técnica en la citación de las fuentes, y para eso se debe enseñar, más que castigar”, dice.
Cómo detectarlo
Turell indica que hay varias formas de detectar el plagio. Lo que más utilizan los académicos para descubrirlo en los trabajos de sus alumnos es la búsqueda de frase o párrafos en los buscadores de internet. “Google es una herramienta que sirve mucho para detectar copias en la red”, asegura. Basta con poner una frase medianamente larga para que aparezcan las fuentes originales de donde se ha sacado.
Pero en el último tiempo se han desarrollado programas (software) bastante avanzados que sirven para detectar copias no literales. En el ForensicLab, laboratorio que dirige Turell, se utiliza Investigator, una herramienta desarrollada por una empresa inglesa, que coteja textos en formato electrónico, y también CopyCatch. Ambos tienen que ver con el procesamiento del lenguaje. Es decir, no detectan sólo la copia textual, sino que analizan el grado de similitud textual de todo el documento. Y lo que es una copia verbatim aparece marcado en rojo.
Sobre el precio de estos productos, la lingüista prefiere no arriesgarse con números. “Hace unos 5 años años adquirimos una licencia institucional por unas 2.000 libras (US$ 3.200), pero ahora deben estar más baratos. Además, hay una tarifa diferente según sean usuarios individuales o institucionales (una escuela de negocios, por ejemplo)”, dice Turell.
El desafío
Para Turell, lo que todavía hace falta es un software que pueda detectar plagios translingues, entre inglés y español, por ejemplo. Pero asegura que ya se está desarrollando un sistema que permita esa opción. “La propuesta se deriva del trabajo realizado por los profesores Paolo Rosso, Alberto Barrón y Enrique Vallés de la Politécnica de Valencia. Creo que en un futuro no muy lejano ya podremos estar patentando un programa que pueda revisar ese tipo de plagios”, dice.
Este software sería pionero en investigar plagios translingues, al menos que incorpore el español. Turell prefiere no arriesgarse a decir si existen programas en otros idiomas, por ejemplo, que detecten plagios entre el francés y el inglés, porque desconoce su existencia.
Algunas herramientas gratuitas para descubrir el plagio: