"En mi imaginación, China fue siempre un nuevo y atractivo continente, pero después de llegar a Beijing el año pasado -luego de atravesar ocho países en bicicleta- encontré que es más mágica de lo que imaginaba".

 

Así narra el alemán Thomas Schroeder (32) el viaje que lo llevó a la capital de China, una ciudad mostrada con frecuencia en la televisión por su historia, rica cultura y modernización.

 

Antes de comenzar su periplo el 26 de abril del año pasado, el hombre, que se desempeña como organizador de competencias locales de corredores, cargó su vehículo con dos piezas de equipaje de 60 kilogramos, una tarjeta de crédito y algo de efectivo.

 

Durante la primera mitad de su viaje, no sólo hubo paisajes hermosos y exóticos, sino también desafíos físicos y emergencias.

 

"Aunque tuve que enfrentarme a fiebres, climas extremos y falta de agua en zonas despobladas, esto no modificó mi voluntad de llegar a Beijing en bicicleta", dijo Thomas.

 

Tras 85 días de pedaleo, Thomas llegó a la frontera entre China y Kirguistán.

 

La primera "superciudad gigante" a la que entró, según su propia descripción, fue Kashgar en la región autónoma uygur de Xinjiang. "Los edificios nuevos se mezclan con los viejos y la ciudad es limpia. Pude escuchar música hermosa y ver gente sincera. Sentí que estaba en un mundo nuevo", dijo.

 

 

Pero un posterior incidente casi hizo que Thomas abandonara China. En Zhangye, en la provincia noroccidental china de Gansu, se dio cuenta de que su visa estaba a punto de expirar. Por suerte, con la ayuda de la policía local, Thomas finalmente pudo renovar el documento.

 

"Mientras más avanzaba hacia el este, más gente veía y también más próspero y diversificado se volvían el paisaje", dijo.

 

Lo que más lo conmovió fueron los chinos amigables y serviciales con los que se encontró. "Hubo una familia de agricultores que me recibió cuando afuera estaba lloviendo y un motociclista que tiró de mi bicicleta con una cuerda cuando yo ya no podía pedalear en una carretera cuesta arriba", recordó.

 

Thomas finalmente llegó a Beijing el 18 de septiembre del mismo año. Cuando su foto de la plaza de Tiananmen, un sitio histórico del centro de Beijing, fue mostrada al público en la pantalla, el público aplaudió y ovacionó su logro.

 

"De la Gran Muralla a la zona metropolitana de Beijing, fui testigo de los grandes cambios de China", dijo Thomas, quien agregó que definitivamente regresará a China en el futuro con su familia "para conocer mejor este hermoso y amigable país".

Xinhua