Estos niños nacen con un sistema nervioso central inmaduro y muy vulnerable, por lo que una buena alimentación es clave en su desarrollo, indican expertos.
Los bebés prematuros representan un reto para los médicos en varios sentidos: su vulnerabilidad puede tener gran impacto sobre el desarrollo del sistema nervioso, respiratorio, inmunológico, además de que corren el riesgo de más enfermedades infecciosas, problemas cardiacos y neurológicos.
Estos bebés nacen con un sistema nervioso central inmaduro y muy vulnerable, por lo que una buena nutrición se convierte en una de las herramientas principales para sacarlos adelante. Si entendemos que el porcentaje de niños que nacen en esta condición es de 10% del total, entonces el tema se vuelve aún más relevante.
El doctor Jorge Higuera, director médico regional para Latinoamérica de Mead Johnson Nutrition, explica en entrevista cómo la ciencia ha puesto al alcance de la medicina técnicas para contrarrestar esta condición y la importancia de que los padres hagan equipo junto con los médicos.
“Los bebés prematuros tienen mucha susceptibilidad, no sólo se trata de que vivan sino que vivan con la mejor calidad de vida”, aseguró. Para ello, la alimentación en este sentido es uno de los principales factores, “es la base de la salud; este niño tendrá que enfrentar grandes retos, por ello necesita la nutrición para desafiar toda esta situación y poder responder adecuadamente a todos los manejos que se le den, ya sea máquinas, antibióticos, etcétera, si no está bien nutrido, no habrá forma de sacarlo adelante.
Esto se trata de una alianza entre los diferentes actores alrededor de este problema, padres de familia y equipo médico, encabezados por el pediatra o neonatólogo.
El especialista recordó que los niños reciben la alimentación adecuada desde el cordón umbilical en el vientre de mamá, y que si ella está bien nutrida va a asegurar que por el cordón umbilical pasen los nutrientes necesarios para hacerlos crecer.
Dijo que un ingrediente básico es la proteína, pero esto no nos debe preocupar si la alimentación de la madre es adecuada, e hizo hincapié en que embarazos en gente muy joven o muy grande, el fumar y consumir drogas, aumentan la incidencia de este problema.
Pero “cuando los niños nacen antes de tiempo y con menos de 2.500 gramos, son muy vulnerables, entre más pequeños están, más requieren seguir nutriéndose para crecer correctamente como lo harían si estuvieran en el vientre”.
En este sentido Higuera explicó que lo mejor sería seguir alimentándolo como si estuviera en el vientre de la madre, cosa que se vuelve muy complicada para los especialistas.
“Usamos como base la leche humana como principal alimento; sin embargo, después de dos semanas, para este tipo de niños, la leche materna se va quedando corta en proteínas, ya que no es el proceso normal, no es que la naturaleza se haya equivocado sino que el niño está recibiendo esa leche cuando aún no le toca esa etapa”.
Por ello, la leche materna se usa como base por todas sus bondades, “pero tenemos que fortificarla con otros nutrientes que hacen falta, que van a ayudar no solamente a hacer crecer correctamente al bebé sino que además se desarrolle muy bien”.
Agregó que para los bebés que desafortunadamente no pueden tomar leche materna, la ciencia también brinda opciones con fórmulas infantiles adaptadas para prematuros en forma líquida. “Aquí no sólo se trata de que tenga un peso y talla correctos, también hablamos de nutrición adecuada para que no quede con retrasos psicomotores u otras fallas”.
Además, “hacer crecer a un bebé debe ser con mucho control, ya que si crecen muy rápido, el exceso de crecimiento puede ser un problema a largo plazo, como de síndromes metabólicos como la obesidad... La velocidad de su crecimiento debe ser como si estuviera en útero, ni más ni menos”.
Higuera aseguró que hoy los hospitales saben esta situación y este conocimiento se debe extender apoyado por los padres, “afortunadamente ya existen fortificadores para leche materna, con proteínas y DHA, de preferencia los líquidos, ya que los polvos se contaminan más fácilmente”.
Antes los bebés prematuros no lograban sobrevivir con mucha frecuencia, además de que la prevalencia era menor.
Hoy gracias a la tecnología, esto no es una sentencia de muerte, “con mayores recursos se nos obliga a ir avanzando en la parte de la nutrición, hoy ya tenemos estudios muy claros que asocian la alimentación fortificada a una mejor calidad en el futuro”, concluyó.