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La importancia del altruismo eficaz: en busca de resultados efectivos y útiles
Lunes, Julio 2, 2018 - 16:00

Brian Berkey, profesor de Estudios Legales y Ética Empresarial de Wharton, cree que donar de lo que uno tiene para ayudar a los demás es una obligación moral, y la gente debe canalizar su dinero hacia las organizaciones benéficas más eficaces.

Por Universia-Knowledge@Wharton. Para ayudar a los más desfavorecidos, ¿basta con votar en contra de las políticas públicas que parecen injustas, o también deberían las personas donar de sus propios bolsillos a las organizaciones benéficas, incluso si solo pueden ayudar a unas pocas personas cada vez? Brian Berkey, profesor de Estudios Legales y Ética Empresarial de Wharton, cree que donar de lo que uno tiene para ayudar a los demás es una obligación moral, y la gente debe canalizar su dinero hacia las organizaciones benéficas más eficaces.

Berkey dice que los críticos de este enfoque preferirían atacar a una institución o sistema injusto para arreglar la razón principal del malestar social. Pero él dice que están equivocados, en parte porque es difícil que sus esfuerzos tengan éxito. ¿No debería un médico seguir tratando a un soldado herido en el campo de batalla en lugar de solo protestar contra la guerra?

Berkey habló con Knowledge@Wharton para discutir su razonamiento en el trabajo de investigación “The Institutional Critique of Effective Altruism” [La crítica institucional del altruismo eficaz].

A continuación, una transcripción editada de la conversación.

-¿Puede decirnos qué es el altruismo eficaz y por qué es importante?

Brian Berkey: El altruismo eficaz es un movimiento social relativamente reciente que se estructura en torno a algunos compromisos filosóficos fundamentales. Los altruistas eficaces creen, por ejemplo, que debemos dirigir nuestros recursos caritativos de manera que produzcan el mejor resultado posible, que sean más efectivos para alcanzar objetivos como ayudar a los pobres del mundo o mitigar el riesgo social, abordar el cambio climático y lo que pensemos que son los objetivos más importantes desde el punto de vista moral en los que deberíamos centrarnos.

- ¿En qué se diferencia esto de las formas en que las personas suelen donar su dinero, por ejemplo? ¿No son todas efectivas y útiles?

Berkey: Bueno, no todas las formas de donar son particularmente efectivas y útiles. Incluso entre las organizaciones caritativas que hacen un trabajo valioso, algunas hacen mucho más el bien que otras. Los altruistas eficaces están interesados en desarrollar conocimiento sobre qué organizaciones realmente hacen el mayor bien. Por lo tanto, si va a dirigir sus recursos a organizaciones benéficas, debe pensarlo de forma detenida y analizar la evidencia empírica disponible sobre lo que realmente logran diferentes organizaciones benéficas, de manera que, si va a donar con el objetivo de, por ejemplo, ayudar a las personas más desfavorecidas del mundo, es mucho mejor dar a una organización que, por cada US$ 5.000, salvará la vida de tres personas, en lugar de a una organización que, por ejemplo, necesitará US$ 20.000 para salvar la vida de una persona.

-¿Cuál es el objetivo de su trabajo? ¿Qué se propone lograr?

Berkey: La idea básica que tienen los defensores de la crítica institucional es que el altruismo eficaz se centra demasiado en los esfuerzos para proporcionar ayuda directa a las personas necesitadas, y que esto tiene como resultado el descuido de los esfuerzos para abordar lo que a veces llaman “causas básicas” de problemas como la pobreza global.

En particular, en lo que ellos piensan que deberíamos enfocar más atención son en los esfuerzos para cambiar las estructuras institucionales globales que piensan que tienden a afianzar la pobreza, la desigualdad y algunas de las otras formas de injusticia mundial, [cuestiones] que tanto ellos como los altruistas eficaces quieren abordar. Hasta cierto punto comparto la preocupación por la injusticia institucional en el mundo. Pero es importante, como individuos que estamos decidiendo qué hacer con nuestro tiempo y recursos, pensar en los tipos de efectos que nuestros propios esfuerzos pueden tener realmente en el mundo real.

Si hubiera millones y millones de personas en todo el mundo comprometidas a trabajar juntas para reformar las instituciones económicas globales injustas, entonces sería mucho más probable que un individuo en particular produjera mayor bien contribuyendo a esos esfuerzos que, por ejemplo, dirigiendo su tiempo y dinero a más esfuerzos a pequeña escala para mejorar las vidas de las personas que sufren. Pero en un mundo en el que parece que es poco probable que ese tipo de actividad política tenga éxito, creo que tenemos que pensar cuidadosamente sobre la probabilidad de que nuestros esfuerzos en esa dirección logren realmente algo que de verdad beneficie a las personas que sufren, dado que hay organizaciones a las que podemos dirigir nuestro tiempo y recursos, que tienen registros comprobados de lo mucho que consiguen para ayudar a las personas necesitadas.

Por ejemplo, una de las organizaciones que los altruistas eficaces suelen recomendar para hacer donaciones es la Fundación Contra la Malaria que proporciona mosquiteros para evitar que las personas contraigan la malaria [de los mosquitos]. Esta es una organización muy eficaz que reduce claramente la tasa de malaria en las partes del mundo donde la malaria es común. Esto es claramente algo muy bueno. Y dado que tenemos la oportunidad de dirigir los recursos a un esfuerzo como ese con un historial comprobado de éxito en hacer la vida mejor para las personas que están en situaciones de extrema pobreza, al menos tenemos que sopesar la probabilidad de que otros esfuerzos logren algo significativo en relación al hecho de que hay formas en que claramente podemos hacer efectivamente el bien.

Por lo tanto, uno de los principales objetivos del trabajo es defender algún tipo de principio que exija que tengamos en cuenta la probabilidad de éxito cuando decidimos cómo vamos a usar nuestros recursos de tiempo y de caridad, y así sucesivamente. Y esto es consistente con los principios que los altruistas eficaces tienden a aceptar. Y no está claro para mí que los defensores de la crítica institucional puedan aceptar lo que parece ser este principio bastante plausible que exige tener en cuenta la probabilidad de éxito.

-Una de las analogías que incluye en su trabajo es la de un médico que atiende a un soldado herido y es criticado por no abordar la causa de la guerra en primera instancia. Pero todos saben que eso es ridículo. Un doctor está allí para salvar vidas. E incluso si solo puede salvar unas pocas vidas, está moralmente obligado a hacerlo. Pero usted está diciendo que la crítica institucional señalaría a este mismo médico por no abordar las causas fundamentales de la guerra. Esa es la base de su trabajo.

Botkey: Correcto. No soy el autor de esta analogía. Esto pertenece al filósofo Jeff McMahan, quien utiliza argumentos que son algo similares a los míos, en una publicación en The Philosophers’ Magazine. Él dice que la afirmación de que todos nuestros esfuerzos deben dirigirse siempre a abordar las causas básicas de algún problema —que parece ser lo que muchos de los defensores de la crítica institucional quieren sugerir— implicaría que hay algo problemático en la atención de un médico a los soldados heridos, en lugar de trabajar para eliminar las causas de la guerra. Y esto parece profundamente contrario a la intuición. Así que, en la medida en que los casos son realmente análogos, eso proporciona, creo, un poco de sustentación razonable al altruismo eficaz frente a la crítica institucional. Una de las cosas que trato de hacer en mi trabajo es ampliar este punto que McMahan pone sobre la mesa y aborda, de manera algo más directa, los argumentos que los defensores de la crítica institucional ofrecen.

-¿Qué le llevó a este ejercicio de examinar la crítica institucional del altruismo eficaz? ¿Era parte de un proyecto mayor, o simplemente estaba interesado en el tema?

Berkey: Está relacionado con algún trabajo anterior que he hecho. He escrito sobre la “exigencia moral” de forma más amplia. Esta es la cuestión de cuánto de, por ejemplo, nuestra renta disponible estamos obligados a dirigir a los esfuerzos para aliviar el sufrimiento en todo el mundo. He argumentado que deberíamos aceptar al menos una visión bastante exigente, una visión que es mucho más exigente de lo que la mayoría de la gente tiende a aceptar, y ciertamente mucho más exigente que lo que tiende a reflejar la conducta de las personas.

También he trabajado en el área de la filosofía política con el propósito de defender la visión de que los principios de justicia se aplican no solo a asuntos de política institucional y a las actividades estrictamente políticas de los individuos como votar y cosas similares, sino también al comportamiento individual en los contextos cotidianos. Creo que los esfuerzos individuales para mejorar directamente las vidas de las personas que están en situación precaria pueden ser requeridos por los principios de la justicia y pueden mejorar una sociedad en términos de justicia. Pueden hacer que una sociedad sea menos injusta si las personas voluntariamente, por ejemplo, renuncian a parte de sus ingresos disponibles para ayudar a las personas que se encuentran entre las más desfavorecidas de la sociedad.

Eso es cierto incluso si nada cambia en el ámbito de la política gubernamental. Y esa es una opinión que es relativamente impopular en la filosofía política contemporánea. Considero que la crítica institucional del altruismo eficaz forma, al menos, parte de la familia de opiniones respaldada por personas que piensan que la justicia trata, en cierto sentido, fundamentalmente sobre instituciones y no sobre cómo se comportan los individuos dentro de las estructuras institucionales. Entonces, el trabajo que responde a “La crítica institucional del altruismo eficaz” es, en cierto sentido, parte de mi proyecto más amplio de argumentar que el comportamiento individual dentro de las estructuras institucionales es relevante para la justicia.

-En su trabajo, usted también menciona una inconsistencia en las creencias de la crítica institucional del altruismo eficaz. ¿Puede explicar eso un poco más?

Berkey: Hacia el final del trabajo, sugiero que hay algo así como una incoherencia en la forma en que los críticos institucionales pretenden combinar una exigente explicación de cómo el mundo necesita cambiar para poder ser justo, y el tipo de explicación moderada de las obligaciones de los individuos que creo que muchos de ellos también quieren respaldar. Entonces, el pensamiento básico es algo así: si el mundo necesita cambios radicales para volverse justo, no parece claro cómo se podrían lograr esos cambios, a menos que los individuos realicen cambios bastante radicales en la forma en que viven sus vidas, los valores que impulsan su comportamiento, y así sucesivamente.

Ahora, lo que los críticos institucionales parecen querer es cambios en el comportamiento individual con respecto a la conducta explícitamente política. Quieren que los individuos comiencen a votar de manera diferente, salgan y protesten más, trabajen juntos en campañas para tratar de cambiar la política institucional. Pero al menos muchos de ellos no creen que las personas estén obligadas a hacer cosas como renunciar a una parte sustancial de sus ingresos, independientemente de si las estructuras institucionales cambian o no.

En el trabajo, no entro en muchos detalles al respecto. Pero existe una preocupación acerca de la estructura motivacional que sería necesaria para que las personas se sientan motivadas a trabajar para lograr los cambios políticos que los críticos institucionales quieren ver mientras que, al mismo tiempo, no están motivados para hacer sacrificios para ayudar directamente a las personas necesitadas.

Se podría pensar que hay algo desconcertante en una persona que está dispuesta a votar para que sus impuestos aumenten de forma dramática, pero no esta dispuesta a simplemente renunciar al dinero que, en su opinión, el Gobierno debería tomar cuando, en realidad, renunciar a él de forma voluntaria sería igualmente positivo para ayudar a las personas que, todos estamos de acuerdo, están injustamente en desventaja.

-Hablando de forma realista, muchas personas hacen un poco de ambas cosas. Donan directamente, y también votan de acuerdo con lo que creen. Entonces, ¿cuáles son algunas conclusiones prácticas que puede ofrecer a nuestros lectores sobre cómo pueden usar el argumento expuesto en su trabajo para convertirse en una mejor persona o un mejor donante para, digamos, los pobres del mundo, los desfavorecidos?

Berkey: Es estupendo que muchas personas participen en el tipo de actividad política que los críticos institucionales apoyan. Debo aclarar que el objetivo de mi trabajo no es desalentar a las personas a que se involucren en política y trabajen para los tipos de cambios institucionales que harían que el mundo fuera más justo. Creo que eso es algo importante para la gente. Simplemente creo que también es importante que las personas tomen en serio el bien que se puede hacer dirigiendo parte de sus ingresos disponibles a organizaciones que ayudan más directamente a las personas que lo necesitan.

Una de las conclusiones del trabajo es que ambas cosas son valiosas y ambas se pueden exigir moralmente. Animo a las personas a que consulten los sitios web de organizaciones altruistas efectivas como GiveWell y Giving What We Can para obtener recomendaciones sobre lugares donde dirigir donaciones que, según las evidencias, son especialmente eficaces para ayudar a las personas necesitadas.

-¿Cuál es el siguiente paso de esta investigación?

Berkey: Tengo otro trabajo de investigación en el que he estado trabajando que defiende la opinión de que, como movimiento social, el altruismo eficaz puede ser al menos relativamente ecuménico con respecto a los compromisos filosóficos, en particular, los compromisos en filosofía moral y política. Una de las otras críticas al altruismo eficaz que han planteado algunos críticos es que se trata de un proyecto de personas comprometidas con una teoría muy específica de la filosofía moral, esto es, el utilitarismo, que defiende la opinión de que lo que deberíamos hacer es maximizar la felicidad total en el mundo. Y es verdad que muchas de las personas que han estado involucradas de forma prominente en el movimiento del altruismo eficaz son utilitaristas.

Pero el altruismo eficaz se refiere principalmente a la beneficencia, con las razones de que tenemos que ayudar a las personas necesitadas. Y uno no tiene que ser un utilitarista para pensar que tenemos razones poderosas para ayudar a las personas que sufren o que son víctimas de la injusticia o que están en desventaja de alguna otra manera. De hecho, pienso que creer que tenemos requisitos exigentes de beneficencia es consistente con una amplia gama de compromisos en la teoría ética.

Y así, en este segundo artículo sobre el altruismo, intento defender ese punto de vista y sugerir que los altruistas eficaces deberían destacar más el hecho de que hicieron un esfuerzo en el siguiente sentido: sus compromisos filosóficos centrales son consistentes con una amplia gama de puntos de vista y ética, y lo básico es solo una cierta perspectiva sobre la fuerza de nuestras razones para ayudar a las personas necesitadas y la opinión de que nuestra toma de decisiones debe guiarse por la mejor evidencia empírica disponible sobre lo que ayudará a la gente de forma más eficaz.

FOTO: UNSPLASH.COM

Autores

Universia-Knowledge@Wharton