Ignacio ‘Nacho’ Dean a sus 34 años tiene un sueño: que el mundo cambie y deje de explotar los recursos naturales. Para llamar la atención sobre el tema inició una su travesía el 21 de marzo de 2013 en el kilómetro cero de la Puerta del Sol, en Madrid.
El caminante botó a la basura su séptimo par de zapatos en Ecuador después de atravesar desiertos, montañas, playas, selvas y mucho asfalto. Era el país número 23 al que llegaba con la sola intención de admirar la naturaleza. ¿Por qué la naturaleza? se preguntó a sí mismo y se respondió: porque en ella encuentro paz, vida, belleza, armonía, libertad, honestidad, fuerza, salud, diversión, fantasía...
Ignacio ‘Nacho’ Dean es un español de 34 años con un sueño enorme: que el mundo cambie y deje de explotar los recursos naturales. Él inició su travesía el 21 de marzo de 2013 en el kilómetro cero de la Puerta del Sol, en Madrid. Ese día se propuso recorrer 50.000 kilómetros a pie y atravesar los cinco continentes con la intención de lanzar un grito por el planeta Tierra.
En una entrevista con la Agencia Andes, Nacho (como le gusta que le llamen) contó que este viaje es un canto personal a la vida y a la libertad. Decidió hacerlo a pie para conocer las distintas culturas y admirar todos los paisajes que ofrece el planeta. Con esto quiere lanzar un mensaje de amor y respeto por la naturaleza.
“La Tierra no es una herencia de nuestros padres, es un préstamo de nuestros hijos, y es nuestra responsabilidad y está en nuestras manos cuidarla y pasar por ella infringiéndole el mínimo daño posible”, dice Nacho en su cuaderno de viaje en el que va escribiendo sus experiencias durante su larga travesía.
España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Serbia, Bulgaria, Turquía, Georgia, Armenia, Irán, India, Nepal, Bangladesh, Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia, Australia, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador son los 23 países que ha recorrido hasta el momento. Su plan es caminar por los cinco continentes en cinco años.
A Ecuador llegó el 9 de febrero de 2015, lo hizo por Huaquillas (frontera con Perú) y siguió hasta el norte a través de Machala, Guayaquil, Milagro, Babahoyo, Quevedo, Santo Domingo de los Tsáchilas, luego por Mindo por donde llegó hasta Quito. Allí aprovechó para conocer el Panecillo, las iglesias del centro histórico, la Ronda, el parque Itchimbía y la Mitad del Mundo, guiado por Edison, un amigo ecuatoriano que hizo a través de Internet.
Mediante las redes sociales ha hecho amigos que le ayudan con el hospedaje, lo invitan a comer o lo acompañan a recorrer un tramo de su camino. También se financia con donaciones que le dan las personas, patrocinadores que le brindan recursos y con sus ahorros. Antes de su viaje elaboró un presupuesto de 30.000 euros (US$33.500) para todo el viaje.
Su compañero inseparable es un carrito en el que lleva provisiones esenciales: una carpa, un saco para dormir, un botiquín, ropa, comida, agua, su computadora portátil, su cámara de fotos, entre otras pequeñas cosas que le ayudan a sobrevivir.
Nacho camina de 45 a 60 kilómetros diarios. Cuando llega la noche se acomoda en su carpa en cualquier esquina del camino. Es por ello que ha sorteado peligros propios de la naturaleza como una tormenta eléctrica y temperaturas drásticas de 12 grados bajo cero, en los Andes y de 50 grados centígrados, en el desierto de Australia. También se ha encontrado frente a frente con enorme murciélagos, serpientes venenosas, un rinoceronte y perros salvajes que han rodeado su carpa.
El idioma no ha sido un problema, Nacho utiliza muchas veces el lenguaje de señas para darse a entender o aprende palabras básicas como ‘hola’, ‘gracias’, ‘agua’, ‘cama’ para pedir lo que necesita en países que manejan idiomas completamente distintos.
En algún momento se ha quedado sin provisiones y ha pasado dos días sin comer, pero dice que siempre ha encontrado gente buena que le ayuda en su travesía. El comparte todas sus experiencias en su página web www.earthwidewalk.org, y también en Facebook, Twitter e Instagram como Earth Wide Walk.
El caminante partió de Quito el martes por la tarde. Se fue en un avión hacia Panamá y de allí recorrerá Centroamérica y caminará hasta Estados Unidos, donde planea llegar a finales de 2015, luego se encaminará hacia África, su último continente.