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La innovación de la salud global es una responsabilidad compartida
Miércoles, Marzo 30, 2016 - 08:10

El director de la Coalición de Tecnologías de la Salud Global asegura que se deben proteger las inversiones en Investigación y Desarrollo (I+D). 

Erin Will Morton*, GE Reports. Las nuevas tecnologías de salud mejoran la salud humana y le quitan el candado al potencial humano. Desde la vacuna contra la polio y las drogas antirretrovirales hasta una novedosa vacuna contra la meningitis y los medicamentos contra la tuberculosis para niños (TB), la vida mejora gracias a la innovación.

Ahora que estamos en el borde de un compromiso global de 15 años para acabar con la pobreza extrema, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y prevenir el cambio climático, debemos darnos cuenta de la importancia de la prevención de enfermedades y garantizar que la salud esté al alcance de todos. La salud básica es la piedra angular de la población productiva y la prosperidad económica.

El objetivo tres de la agenda de desarrollo sostenible es asegurar una vida sana y promover el bienestar para todos. Se fijaron metas específicas dentro de ese objetivo, como: poner fin a la epidemia de VIH/SIDA y reducir las muertes por malaria, la tuberculosis y las enfermedades tropicales desatendidas. Para cada una, se establecieron estrategias globales y una hoja de ruta para lograr resultados. En cada caso, la hoja de ruta hace hincapié en la necesidad de nuevas herramientas y tecnologías de salud para reforzar nuestro arsenal existente.

Debido a que estas enfermedades afectan principalmente a poblaciones en países de ingresos bajos y medios, no siempre hay un incentivo de mercado para el sector privado por sí solo para invertir los dólares necesarios en investigación y desarrollo. Las asociaciones público-privadas (que con acuerdos entre el gobierno, la industria privada y los desarrolladores de productos sin fines de lucro) son una forma eficaz para catalizar I + D en salud global. A través de estas asociaciones, las inversiones del sector público y de los donantes filantrópicos pueden impulsarse con financiación y capacidad de investigación por parte de las empresas privadas -como GE - con experiencia en el desarrollo de tecnologías de la salud.

Para animar a estas asociaciones y la unidad de I + D, necesitamos incentivos nuevos e innovadores. Nuestro reto ahora es preguntarnos: ¿qué se necesita para animar a todos a asumir la responsabilidad en esta lucha? Las ideas están ahí, sólo tenemos que convertirlas en políticas y prácticas. Mecanismos como premios a la innovación, cupones de revisiones prioritarias, compromisos anticipados de mercado, y créditos fiscales ayudarán a incentivar la participación del sector privado.

Además, tenemos que proteger las inversiones en I + D realizadas por cada sector y asegurar que existen recursos para mover productos en todo el proceso: desde el descubrimiento científico básico, su investigación clínica, su aprobación regulatoria, hasta el consumidor final.

La cartera de productos está creciendo. Ahora tenemos un estimado de 500 productos sanitarios a nivel mundial en la línea, más de la mitad de los cuales son apoyados por un socio del sector privado. Pero todavía nos enfrentamos a una brecha entre las necesidades y los recursos que se hará más pronunciada a medida que los productos entren en ensayos clínicos avanzados costosos, la fabricación y puesta en práctica en los programas de salud existentes para hacer frente a estas enfermedades.

Los retos de la salud que enfrentamos son demasiado grandes para que cualquier sector de los pueda resolver por sí solo. Las asociaciones impulsan la innovación. Tenemos que trabajar juntos como una comunidad global -empresas, gobiernos, desarrolladores de productos sin fines de lucro y organizaciones filantrópicas- para invertir y desarrollar nuevas tecnologías de la salud. Sin nuevos medicamentos, vacunas, diagnósticos y otras herramientas de salud, no podemos esperar alcanzar los objetivos globales que hemos acordado con el año pasado.

Tenemos la posibilidad de salvar millones de vidas, pero no podemos hacerlo con las herramientas que tenemos hoy en día. Tenemos que asegurarnos de que las herramientas de salud nuevas y las existentes lleguen a las personas que las necesitan. Estas inversiones tienen un impacto real en las poblaciones más vulnerables que viven en países de bajos y medianos ingresos, y pata mejorar la vida y los estándares salud en todo el mundo.

Somos una comunidad global, esta es nuestra lucha compartida.

*Director de la Coalición de Tecnologías de la Salud Global