En octubre de 2012 la escuela de negocios tendrá nueva casa. Será dentro de un centro de convenciones inserto en el Paseo San Francisco. Cambiar la imagen y permitir que los estudiantes se topen con emprendedores y ejecutivos es parte de la estrategia de esta renovación, que siginifica además mejor tecnología.
Acercar a los MBA al mundo del emprendimiento o de las empresas, así como a iniciativas de innovación y hasta con otras disciplinas, ha sido parte de las jugadas de algunas escuelas de negocios a nivel mundial. Esto mismo se refleja en la actualización de programas académicos, dependiendo de las diversas tendencias. Mientras algunas de estas instituciones afirman que se trata de un proceso recíproco, donde el mundo de los negocios cambia tanto como lo hace el académico y viceversa, otras intentan generar lazos y acercarse lo más posible donde la discusión está viva. Es lo que actualmente está haciendo la ecuatoriana San Franciso Business School de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
“Queremos que haya un efecto de asombro. Pero no que sea un estado de admiración equivalente a viajar en avión en primera clase, sino que sirva a todas las clases”, dice el decano de la San Francisco Business School, Giuseppe Marzano. Él se refiere a la renovada escuela de negocios que verá la luz en octubre de 2012. Una mejora innovadora, pues el edificio estará instalado dentro de un Centro de Convenciones en el centro comercial Paseo San Francisco, en la capital.
Hace alrededor de año y medio que se comenzó a barajar la idea del cambio de ubicación. Las exigencias de espacio y tecnología de los estudiantes de negocios, junto con la necesidad de acercarse a los ejecutivos, hicieron peso en la decisión de salir de la universidad para pasar a tener un espacio propio.“Para nosotros es muy importante separar la escuela de negocios. Los estudiantes de postgrado y pregrado tienen exigencias y facultades diferentes. La estructura de las aulas de negocios de los estudiantes de MBA, por ejemplo, deben ser como anfiteatros. Son necesidades de uno y otro lado”, opina Marzano.
Hubo incertidumbre al principio y no faltaron quienes dudaron de cómo sería percibida esta iniciativa desde el mundo académico y entre los actuales y futuros estudiantes. Se creyó que vincular, de cierta forma, la escuela de negocios a un McDonald's o a otro negocio de comida rápida, sería perjudicial para la imagen que buscaban instalar. Finalmente las dudas se disiparon y la idea fue aceptada. Esto pues, se contribuirá a la relación diaria con ejecutivos y empresarios.
Para Marzano esta decisión responde a una filosofía que desean llevar a cabo. “Estructuramos los programas hablando con gente de negocios. Muchos de quienes somos académicos queremos hacer las cosas a nuestro modo, lo que no da cierto grado de soberbia. Cuando consultamos a quienes están en la industria, los programa son más actuales. Donde mejor pueden hallar información o inspiración es en el lugar en que estudian. En este caso será así”, afirma el decano.
A su vez, esta vinculación consiste en una especie de innovación. Una mejora, que dice el decano, es riesgosa, porque saca a los académicos de su zona de confort. En las dependencias de la futura escuela no sólo caminaran profesores y alumnos, sino también emprendedores y empresarios. De todas maneras, la renovación no será sólo a nivel de nuevos rostros, también habrá nuevas aulas y tencología avanzada: tendrá dos aulas con conexión cableada y posibilidad de realizar video conferencias.