El pasado 10 de marzo del presente año, el Gobierno de Chile anunció la entrada en vigencia de la nueva Ley TEA, motivo por el cual aprovecho esta ocasión para felicitar al pueblo chileno, sobre todo a las miles de familias quienes serán beneficiadas.
Además, valoro el esfuerzo del Gobierno, así como la ardua labor de parlamentarios, como de las entidades sociales, quienes se dedicaron a promover esta legislación, a fin de que un mayor número de ciudadanos estén incluidos en las políticas públicas del Estado.
Taiwán comparte el mismo valor que Chile y me gustaría citar un caso exitoso que revela el espíritu de la inclusión en Taiwán.
En 1994 el parlamento de Taiwán aprobó la Ley del Seguro de Salud Nacional, con el fin de incluir a todos los ciudadanos y generar un sólo seguro para brindar un beneficio equitativo para todos, el cual entró en vigencia en 1995. Tras años de prácticas y modificaciones, actualmente todos los habitantes de Taiwán gozan de una atención de salud a un costo económico y accesible, un beneficio adquirido para todos, sin distinción alguna.
Siendo un miembro democrático y responsable de la comunidad internacional, Taiwán está compartiendo sus buenas prácticas a través de charlas, conferencias, de la misma manera, lleva a cabo acciones humanitarias; en la época de pandemia realizó numerosas donaciones de insumos médicos, mascarillas y alimentos. Actualmente, en la guerra de Europa, ha ofrecido ayuda a las familias y ciudadanos ucranianos, víctimas de esta guerra solidarizando con los que tienen necesidad.
Sin embargo, Taiwán no participa en la Asamblea Mundial de la Salud ni recibe invitaciones para las actividades relacionadas desde 2017 debido al bloqueo político. Resultando una violación de los derechos humanos en contra los 24 millones de habitantes de Taiwán, por quedarse afuera de la salud global y el espíritu de la inclusión de OMS, generando una ruptura, que no beneficiaría el bienestar de la humanidad entera.
Para combatir la pandemia se requiere el trabajo y la cooperación de todos los países, porque la salud es para todos, sin distinción.
La inclusión es un valor sumamente importante para el mundo de hoy, por lo tanto, hacemos un llamado para que se rompan las brechas y barreras creadas por las ideologías políticas distorsionadas para apoyar la integración de Taiwán a la OMS, sumando a Taiwán como una fuerza positiva, en la lucha contra los desafíos que enfrentamos en los ámbitos de la salud mundial como la recuperación económica pospandemia.