El país aprobó enmiendas a una ley que, según los activistas, deja a los trabajadores vulnerables a los abusos en un país donde se estima que una de cada 60 personas son esclavos.

Los trabajadores que fabrican ropa en Camboya para las marcas de moda mundiales enfrentan un mayor riesgo de abuso debido a una ley enmendada, dijeron los sindicatos, ya que criticaron al gobierno por dejarlos de lado.

Unos 800,000 camboyanos que trabajan en fábricas de ropa, en su mayoría mujeres jóvenes, enfrentan un futuro incierto ya que la Unión Europea (UE) ha amenazado con introducir sanciones comerciales sobre el historial del país en democracia y derechos humanos.

En un nuevo golpe a los sindicatos que piden mayores derechos de los trabajadores, Camboya aprobó enmiendas a una ley la semana pasada que, según los activistas, deja a los trabajadores vulnerables a los abusos en un país donde la Fundación Walk Free dice que una de cada 60 personas son esclavos.

"La última ronda de ... enmiendas reducen aún más los derechos laborales y humanos de los trabajadores al limitar severamente su libertad de asociación y sus derechos de organización y negociación colectiva", dijeron 36 sindicatos y grupos de defensa en un comunicado esta semana.

La ley enmendada podría permitir al gobierno revocar el registro sindical por razones arbitrarias, no otorga el derecho a la negociación colectiva para mejores salarios y condiciones a todos los sindicatos, y evita que los trabajadores informales se sindicalicen, dijo.

Un portavoz del gobierno dijo que se había seguido el debido proceso y que los sindicatos habían perdido la oportunidad de expresar sus quejas durante las conversaciones sobre los cambios.

"Deberían haber impugnado antes de que se aprobara la ley", dijo Phay Siphan. "Ahora se ha convertido en ley, ¿qué pueden hacer? Simplemente respeten la ley".

Las enmiendas de la semana pasada fueron a la Ley de Sindicatos de Camboya de 2016 que rige a los sindicatos, que ha sido muy criticada como una herramienta para sofocar las voces de los trabajadores y la actividad sindical.

La ley de 2016 estableció reglas sobre cómo se forman, operan y disuelven los sindicatos, y se aprobó en su forma original, sin alteraciones solicitadas por sindicatos, empleadores y grupos de derechos.

Los líderes de los sindicatos independientes dijeron que los cambios de este mes ignoraron los estándares internacionales y las recomendaciones de la ONU, y que fueron excluidos en gran medida de las conversaciones entre representantes del gobierno, empleadores y trabajadores.

"En esa reunión, hubo una sobrerrepresentación de sindicatos progubernamentales, funcionarios gubernamentales y representantes de los empleadores", dijo la declaración de los 36 grupos.

Un destacado líder sindical contactado por la Fundación Thomson Reuters dijo que no fue invitado a las conversaciones, mientras que un segundo no pudo asistir, ya que recibió solo un día de aviso.

"La adopción de estas enmiendas se hizo para proteger los intereses del gobierno y los empleadores", dijo Sok Kin, presidente de la Federación Sindical de Trabajadores de la Construcción y la Madera de Camboya, quien asistió a las conversaciones.

"Los sindicatos seguirán teniendo problemas para llevar a cabo sus actividades y proteger los derechos e intereses de los miembros".

Los sindicatos y activistas han pedido al gobierno que reconsidere las enmiendas, teniendo en cuenta las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU.

"La OIT ... describió dónde debe estar la ley", dijo William Conklin, del Centro de Solidaridad, una organización benéfica con sede en Estados Unidos que promueve los derechos laborales, y agregó que cerca de 25 sindicatos se reunieron para acordar prioridades antes de las conversaciones tripartitas.

Dijo que los cambios representan un "progreso parcial" en algunas de esas prioridades, pero en gran medida abordan la "fruta de bajo perfil".

"La pregunta es: si das algunos pasos en la dirección correcta, pero aún estás en territorio negativo, ¿es eso suficiente?" preguntó Conklin, el director de la organización benéfica en Camboya.

Los representantes de la OIT no estuvieron disponibles de inmediato para realizar comentarios.