El funcionamiento de esta mano la asemeja a una real y se utilizó una cuerda de alta resistencia para emular ligamentos y tendones.
Antonio Sabán, ThinkBig. El campo de los miembros o extremidades robóticas tiene gran interés desde un gran número de posiciones, pero destaca especialmente en el campo de hacer robots con capacidades motrices y de manejo de utensilio similares a la humanas, y por otra parte, con mayor importancia para nuestro mundo actual, la posibilidad de mejorar las prótesis médicas actuales. En ambos casos probablemente tendrá mucha relevancia la primera mano robótica que podemos decir que lo único que le falta de humana es ser orgánica y tener vida, pues en todo lo demás resulta similar.
Para conseguir algo así, sus creadores, investigadores de la Universidad de Oxford, han estudiado a fondo durante años el funcionamiento de una mano de un ser humano, para replicarla completamente con mecanismos y electrónica. Para conseguir un funcionamiento similar a los huesos y articulaciones de la mano humana, los científicos han fabricado piezas mediante impresión 3D, lo que muestra también la precisión tan exacta que ofrece a día de hoy esta tecnología que está en boga.
Ligamentos y tendones, que también existen en la mano, se han fabricado a base de cuerdas de alta resistencia, que con un forraje de láminas de látex imitan al tejido blanco de las articulaciones. Para los músculos se ha empleado una formación de 10 servomotores Dinamixel, que envuelven a la mano y simulan a la perfección el túnel carpiano de la mano.
La parte más interesante, la que puede aplicarse a mejorar nuestras vidas, es que los responsables del diseño de la mano robótica confían en que colaborando con expertos en implantes cerebrales, campo que gracias al grafeno puede experimentar grandes avances, y en impresión 3D orgánica, este tipo de extremidad pueda llegar a ser usada en pacientes que tienen problemas de movilidad o carecen de alguna mano.