La académica Liuba Kogan refiere sobre los principales aspectos de sus investigaciones, donde el tema central es la discriminación. Su más reciente libro trata de cómo perciben las discriminación los estudiantes mientras están en la universidad y cuando empiezan a buscar empleo.
Liuba Kogan, profesora del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad del Pacífico de Perú, está detrás de tres investigaciones en que el eje central es la discriminación en Perú. Dos de estas se han convertido en libros (“No…Pero sí: Discriminación en empresas de Lima Metropolitana” y “¿Discriminas o te discriminan?”, centrada en la percepción de los jóvenes sobre este tema antes y durante la búsqueda de empleo). Hoy la académica estudia la población afroperuana y qué clase de problemas atraviesan para que su voz sea escuchada y se les reconozcan sus métritos profesionales.
La académica conversó con AméricaEconomía y se refirió a los aspectos más relevantes de todas sus investigaciones.
-La discriminación es un tema recurrente en sus investigaciones, ¿en qué radica el interés de que este tema sea cada vez más visible en Perú?
A mí me interesa muchos analizar la discriminación en un entorno social, que aparentemente, es muy privilegiado. Si uno piensa en las economías de nuestros países latinoamericanos, las personas que están empleadas y tienen altos niveles educativos resultan ser una minoría. La minoría de una manera privilegiada.
Pese a estos privilegios, a la meritocracia que promueve el discurso neoliberal y a la existencia de discursos por la igualdad y la responsabilidad social empresarial, sigue produciéndose la discriminación. Entonces a mí me interesaba justamente analizar por qué y cómo se produce esta tipo de discriminación.
-¿Cómo se discrimina en los entornos educacionales y laborales en Perú?
Acabo de publicar un libro que aún no se ha presentado y que trata de afroperuanos profesionales en Perú. En general, la discriminación parece mucho mayor en las empresas grandes, porque en las micro o pequeñas empresas se trabaja con pequeñas jerarquías y dentro del ámbito laboral, donde lo que le importa a este empresario es cumplir con las metas. No interesa mucho qué característica tiene el empleado ni a qué club de playa va. Hay una cultura común. En cambio en las empresas grandes, mientras más alta la jerarquía es mayor la discriminación, aunque se diga que no lo hacen.
En los casos que he estudiado, las brechas de género han tendido a cerrarse poco a poco, pero persisten aunque cada vez menos. Sin embargo, hemos encontrado otros focos de discriminación: étnico-racial, por nivel socioeconómico y orientación sexual.
Del tema se habla poco, porque no es políticamente correcto hacerlo. Pero en las entrevistas que he tenido con ejecutivos, me comentan que se dan cuenta que aunque hay empresas de reclutamiento externas o en las propias empresas, con oficinas de Recursos Humanos, se da discriminación. O en todo caso, cuando eligen a las personas no discriminan, pero sí en el trayecto de ésta en el trabajo. Hay dos filtros. Muchas veces la gente de Recursos Humanos tiene protocolos de cómo reclutar a sus trabajadores, sobre todo si son transnacionales.
En cambio, en las empresas de búsqueda de altos ejecutivos vía headhunters, ahí hay discriminación. Se busca que la persona tenga un nivel socioeconómico alto, sea muy blanco y tenga una buena presencia, que se correlaciona con el nivel socioeconómico y las costumbres sociales y culturales.
Por otra parte, de acuerdo al último estudio que he hecho, que se llama “Profesionales Afroperuanos en Perú: un drama anunciado”, encontramos que a nivel del imaginario, cuando le preguntábamos a reclutadores de empresas a quién llamarían para una entrevista de trabajo, curiosamente no se mencionaban personas afroperuanas.
¿Cómo hicimos este análisis? Seleccionamos cuatro currículos que tenían las mismas características en general y luego les mostramos con fotos a los reclutadores. Los currículos pertenecían a un afroperuano, una persona de rasgos asiáticos, un profesional meztizo y otro blanco. Les preguntamos a los reclutadores a quién llamarían, eligiendo desde la primera hasta la cuarta opción, y a quién no llamarían de estos cuatros currículos. Y la mayoría no habría llamado a un profesional afroperuano, porque tenían en el imaginario que estas personas no eran racionales ni poseían capacidad de análisis. Y efectivamente, en las entrevistas que le hicimos a los profesionales afroperuanos nos mencionaron las dificultades que tenían para que se le reconocieran sus méritos profesionales.
-¿Cómo crees que evolucione la discriminación a los profesionales afroperuanos?
En general, los profesionales afroperuanos son minoría, por razones de pobreza y exclusión muchos no pueden estudiar. Pero creo que es una población medio olvidada, que en el imaginario nacional son minoría. Además, la mayoría está viviendo en zonas marginales y rurales, están abandonados en términos a acceso a educación de calidad.
Hay algunas asociaciones de personas afroperuanas que son de clase media, pero en nuestro país es bien difícil saber quién es afroperuano, porque existen varios matrimonios interraciales. Hay gente que se define como afroperuana, pero en realidad es una mezcla de un padre de origen japonés y una madre mestiza o un padre italiano y una madre de origen andino. Y las niñas por tener pelo crespo se definen como afroperuanas o existe gente que porque les gusta la música afroperuana se definen como tal. Es bien difícil identificarlos.
Es complicado saber qué pasará en el futuro, porque no hay una organización que los agrupe. Cada grupo tiene demandas diferentes, como en zonas rurales donde las demandas son de acceso al agua y a la luz, pero no necesariamente a la educación superior. En la costa en Lima, la demandas son diferentes. Cada zona tiene demandas realmente distintas y en lo único que se sienten como grupo son en el tema artístico, el baile y el canto, entre otros, pero no hay organización que represente las voces de las poblaciones afroperuanas en Perú.
-¿Cómo surge el interés por investigar la discriminación que experimentan los jóvenes antes y durante buscan empleo?
Nos interesaba irnos un poco hacia atrás, porque nosotros estábamos estudiando a los jóvenes que se presentaban en el mundo laboral, pero también nos interesaba ver si existía discriminación en carreras muy valoradas y que prometen una gran empleabilidad, esto en universidades privadas y nacionales ubicadas en las zonas de mayor crecimiento económico. Además de constatar si existía la discrimianción, queríamos saber qué consecuencias traía esto.
Encontramos que curiosamente en todas las universidades se presentaba la discriminación, de acuerdo con la percepción de los jóvenes. Había jóvenes que tenían que retirarse porque no soportaban la discriminación que sentían.
La más fuerte discriminación era por belleza y luego el tema socioeconómico. La apariencia física puede ser seleccionada por ellos, a través de cirugías y la ropa. Se vuelve importante. Me comentaban, por ejemplo, que en Japón donde los jóvenes tienen las mismas cualidades y capacidades, la única manera que tenían de diferenciarse era haciéndose cirugías plásticas. Y eso también se está sintiendo de alguna manera en países como los nuestros. También hay una cierta correlación entre belleza y nivel socioecnómico, aunque no es tan directa. Pero la belleza parece jugar un papel importante, suponiendo que todos tienen la misma capacidad y habilidades para el mundo del trabajo.
La discriminación sexual aparece más en universidades de provincia, pero lo que llama la atención es que la discriminación de género aparentemente no es percibida de forma tan fuerte como la discriminación en base a la belleza y la de nivel socioeconómico.
-¿Qué efectos genera esta discriminación en los jóvenes?
Los jóvenes percibían que al sentirse discrimiandos bajaba su autoestima y el rendimiento en el estudio y se sentían más intimidados. O sea, ellos sí percibían la discriminación como algo negativo.
En la cultura peruana, en términos generales, somos muy poco confrontacionales. No generamos demanda ni nos organizamos. Reaccionados de forma muy privada. Si una estudiante se siente discriminado se cambia de universidad. La gente no se organiza, porque es una discriminación de lo que no se habla ni hay datos concretos y reales. Yo he trabajado con percepciones, porque no hay datos interesantes. En términos muy generales, la gente tiene vergüenza de hablar sobre la percepción de sí misma como discriminado. Ser discriminado es un sentimiento que pasa más por lo individual.
-Estudiaste tanto la discriminación de los jóvenes dentro de la universidad y cuando buscan empleo, ¿en qué etapa sienten más discriminación?
Curiosamente consultamos a estos jóvenes si creían que les complicaría o no buscar empleo. Lo que nos planteaban en términos generales, es que, aceptando que tenían las competencias necesarias, los que tendrían más ventajas serían los blancos y ellos. Esto lo tenían bastante claro, percibían que estas personas tendrían más facilidades, que no excluía que alguien que no pertenecía a estos grupos podría surgir con mucho esfuerzo. Entonces, como es más difícil, estas personas terminan pensando en trabajar en empresas familiares y en el desarrollo de propias empresas.
-¿Se sienten discriminadores?¿Están conscientes que pueden estar discriminando con ciertas actitudes a un par?
En general es bien difícil que la gente sea consciente que está discriminando, le parece natural juntarse con gente que tenga sus mismas características y que vayan a los mismo lugares. No hay una gran clase media que pueda compartir los mismos espacios, estos espacios se comparten en la universidad a través de los trabajos de grupo. Pero realmente socializan con la gente que se parece a ellos. Y hay mucha gente que parece muy solitaria en las universidades porque no logra formar grupos.
-¿Existe o no apoyo dentro de las universidades con los discriminados?
Quejarse de esto es mal visto, como si se fuera una persona acomplejada. Hay una universidad privada en Lima que creó una organización que se llama “Afro Puc”, sin embargo, no es un grupo activo que mueva a la gente más allá de la universidad y que tenga un trabajo sostenido. En realidad no existen estas organizaciones.
-Luego de estas tres investigaciones, ¿crees que est tema de la discriminación se haya puesto en agenda en Perú?
De alguna manera está en agenda, pero en la medida que no hay datos, será difícil que se genere un cambio en el mediano plazo. Las empresas deben empezar a recoger información y hacerla transparente, y también las universidades. En la Universidad del Pacífico estamos evaluando, incluso con las universidades del Consorcio, elaborar una encuesta bastante completa con estos temas para generar mejoras. Pero en la medida en que los trabajadores y empresas no hablen, será muy difícil que se produzcan cambios.