Aunque siempre ha sido privada e íntima, la autosatisfacción sexual era un acto natural y celebrado en el inicio de los tiempos.
La masturbación es una práctica milenaria que continúa siendo un tabú. No es común que alguien llegue retrasado a una reunión y se disculpe diciendo que se estaba masturbando antes de salir de casa. Sería vergonzoso para todos, porque a pesar de ser una práctica absolutamente placentera, la misma va ligada a la intimidad y a la discreción.
La masturbación ha sido vinculada con la lujuria que no es otra cosa sino el deseo sexual desordenado e incontrolable. La masturbación ha sido vilipendiada por la Iglesia Católica; institución que la acusó de ser promotora de enfermedades graves que iban desde la gonorrea hasta la ceguera.
En el inicio de los tiempos la masturbación era un acto natural y celebrado; aunque siempre ha sido privado e íntimo. Se dice que sólo los espartanos la condenaban en la antigua Grecia, y el resto de las civilizaciones la recibía con normalidad. En la mitología el dios Hermes decide instruir a su hijo en dicha práctica para soportar la indiferencia de una ninfa.
Hablar de la masturbación implica definirla desde el punto de vista epistemológico. Proviene de la palabra en latín “manus turbaru” que significa excitar con la mano. Ahora bien su significado común refiere que es un acto de placer que consiste en la manipulación de los genitales. Es el acto de tocarse a sí mismo, incluido los órganos sexuales, en búsqueda de satisfacción.
No todas las personas se masturban. Una gran población ve este acto como un tabú. Las creencias que tengan le dan una connotación específica, no importa cuál sea la definición de la misma, lo que subyace es realmente lo que se piensa de ello. La definen como un acto inadecuado, en ocasiones es señalada como una acción incorrecta, de ociosos y depravados, por lo que aun cuando es una acción que busca placer, es para muchos un acto vergonzoso, que genera culpa y miedo.
En un principio las personas se masturban en búsqueda de placer. Lo hacen los niños en un juego exploratorio, (Sigmund Frued hacía referencia a este acto como natural durante la infancia), lo hacen los adolescentes (siendo estos los que recurren a ella con mayor frecuencia) lo hacen los adultos; en fin en cualquier edad, siendo más usada en el sexo masculino que el femenino.
Ante su práctica constante rodeada de censura cabe preguntarse: ¿Es bueno o malo masturbarse?
Eso depende de quien responda. Para los expertos, psicólogos, sexólogos y orientadores de la conducta sexual, es un acto normal, que implica el conocerse a sí mismo, buscar placer y satisfacer necesidades sexuales. Pero, si se le pregunta a un religioso, es un acto vergonzoso, una acción ociosa que no trae consecuencias favorables. Hasta hace unos 30 años, se manejaba la teoría que quien se masturbaba podría quedar ciego e incluso perdía capacidades intelectuales y de raciocinio.
Actualmente existe una concepción más abierta sobre el tema, aunque el tabú al respecto continúa.
Cristiana Naranjo, psicóloga especializada en parejas, asegura que la masturbación no es buena o mala en sí misma. Solo dependerá de la frecuencia con que se practique y la dependencia que se tenga de ella. “Hay personas, hombres y/o mujeres, que se masturban con mucha frecuencia, lo que puede conllevar a que no quieran mantener relaciones sexuales con su pareja sino que encuentran en la masturbación un método de satisfacción sexual intenso. Allí es cuando comienza el problema. Ya que se perturba la relación de pareja por un acto individual”.
Explica además que hay casos de adolescentes (hembras o varones) que se pueden maltratar sus genitales por el excesivo roce durante actos prolongados de tocamientos intensos.
Naranjo asegura que hay quienes apoyan la teoría que señala que la masturbación es una forma de mejorar la salud física, ya que genera una sensación de bienestar, descarga endorfinas y es liberadora de estrés. Además es una forma de conocer tu cuerpo, tus sensaciones, puede incidir en las mejoras del acto sexual con tu pareja, ya que aumenta la capacidad de tener orgasmo.
También se indica que es positiva para los tratamientos aplicados a la disfunción sexual y la eyaculación precoz. Los hombres que padecen estos trastornos pueden mejorar utilizando la masturbación dirigida como una manera de terapia, ya que pueden comenzar a controlar sus eyaculaciones y a conocer cómo conseguir una mejor erección.
Otros beneficios que expertos aseguran que tiene la masturbación en el organismo son la reducción del estrés, mejora la tensión sexual, el alivio de los dolores menstruales, el fortalecimiento de los músculos de la pelvis, el ano y la vagina.
Y en cuanto al área social, la masturbación incrementa la creatividad sexual, y la persona aprende a valorar sus genitales por el placer que produce, por lo que es un medio valioso para sentirse con autonomía sexual, en donde conocemos nuestra capacidad para generarnos placer.
Cavendish Marshal, el autor del libro Sex and Society, considera que es un ejercicio cardiovascular, ya que incrementa el ritmo cardíaco y la respiración.