Como adelanto del especial de Educación Ejecutiva de la edición impresa de AméricaEconomía, conozca esta poderosa alianza que incluye 10 casas de estudio en América Latina y España.
Imagínese una escuela global de negocios de habla castellana con sedes en 10 países, 1.800 alumnos y 350 profesores full time. Sería tan grande como la Harvard Business School.
¿Ficción? Sí, pero basada en la más extensa red de escuelas de negocios de América Latina y España: la que conforman 10 escuelas de negocios afiliadas al Opus Dei, una prelatura católica de origen español caracterizada por una fuerte inclinación conservadora y alta valoración del trabajo.
Se trata de IESE Business School (con sedes en Madrid, Barcelona y Nueva York), IPADE de México, IAE de Argentina, PAD de Perú, ESE de Chile, INALDE de Colombia, ISE de Brasil, IDE de Ecuador, IEEM de Uruguay y UNIS de Guatemala.
Estas escuelas tienen altos niveles de prestigio en sus países de origen, dado un trabajo serio y consistente, reflejado en distintas encuestas, como las de AméricaEconomía. No sólo las une el haber confiado la dirección espiritual de su formación al Opus Dei, sino también una intensa relación. Cada escuela es un nodo por el cual transitan estudiantes, profesores visitantes y directivos.
Los datos de AméricaEconomía Intelligence, que realiza los ránkings de AméricaEconomía, permiten afirmar que el 90% de los profesores visitantes viaja desde una escuela de la red a otra, y viceversa. Si bien cada escuela es independiente para realizar su malla curricular y su proyecto, todas ellas se juntan cada dos años a compartir experiencias, analizar la industria y discutir, la última en 2010 en Nueva York.
“En algún momento se discutió formar una sola escuela”, dice Miguel Ferré, decano de la peruana PAD. “Pero se ha decidido que no, precisamente porque era muy difícil ponerse de acuerdo en un montón de temas. Tenemos un enfoque anclado en nuestra sociedad y tenemos claro cuáles son las necesidades y requerimientos del Perú”.
Gabriel Rovayo, decano del IDE, de Ecuador lo ejemplifica: “En Ecuador, por ejemplo, vimos prudente crear la Escuela de Gobernanza y Liderazgo, con la intención de preparar a los futuros políticos del país. Esto no existe en otras escuelas”, dice.
“No hay una relación muy institucionalizada entre las escuelas, y el objetivo no es comercial, o de convertirse en una escuela más grande que Harvard. La preocupación es ayudar a la sociedad en cada país”, dice el director financiero del ISE, José Paulo Carelli, desde São Paulo.
Algunas de estas escuelas tienden a seguir un modelo en el que es muy importante la experiencia empresarial: son intensas en el trabajo de casos y promueven programas preferentemente para directivos y altos ejecutivos. Respecto a este punto, a veces controvertido, Rodrigo de la Peña, secretario general de la Universidad del Istmo, de la que depende UNIS, señala que es una manera de impactar positivamente a las empresas en su conjunto, pues las decisiones de la alta gerencia impactan a todos. “Es nieve que se derrite”, dice.
La piedra angular
Fundada en 1958 y con operaciones en todo el mundo, el IESE es de algún modo el alma máter de esta historia. Nació en la Universidad de Navarra, una casa de estudios creada por el mismo Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador y mentor del Opus Dei.
No obstante el origen común, el financiamiento de las esuelas es independiente: cada una debe ser autosustentable, a través de sus cursos, donaciones e iniciativas empresariales de miembros laicos de la prelatura y otros que no pertenecen a la orden. Sin embargo, el apoyo de IESE es fundamental, pues ha ayudado a formarse y desarrollarse a todas las escuelas de la red en América Latina, según consta en los sitios web de éstas.
De hecho, la primera alianza internacional de IESE fue con Harvard en 1963, teniendo hoy esa escuela estadounidense alianzas institucionales con todas las escuelas de la red, y asistiéndolas técnicamente. Según Ferré, del PAD, los decanos de las escuelas de la red estuvieron juntos hace poco en Estados Unidos justamente para reunirse con sus pares de Harvard.
IESE declinó hablar con AméricaEconomía respecto de este tema, indicando solamente que los vínculos totales de la institución sobrepasan los que ha establecido de manera particular con esta red.
La filiación al Opus Dei tampoco es condición para el desarrollo de alianzas institucionales con otras entidades. En general las escuelas tuvieron reticencia a hablar para este reportaje, pues les incomoda la posibilidad de establecer un vínculo de propiedad entre éstas y la prelatura.
“No es un consorcio”, aseguran, así como también señalan que el papel del Opus Dei es meramente de asistencia espiritual. “Cada iniciativa se financia del mismo modo: cantidades que pagan los beneficiarios, ayudas, donaciones, etc.”, señala el argentino Marcelo Paladino, decano de IAE, de la Universidad Austral.
Tal vez eso explique también el silencio del IPADE. La Constitución Mexicana, en su artículo tercero señala expresamente que la educación en el país debe ser “secular e independiente de cualquier afiliación religiosa”.
Fundado en Ciudad de México en 1967, el IPADE es la más antigua de la red en América Latina, y también la más prestigiosa e influyente. También es la más global, ya que tiene los mayores vínculos con escuelas de otras identidades y latitudes. De hecho, de los 24 convenios internacionales de esta escuela en 2008, sólo cuatro eran con escuelas de la red. El resto, con importantes universidades de Estados Unidos, Europa y Asia.
IPADE también ha sido fundamental en los procesos de fundación y desarrollo del resto de escuelas. La gran mayoría de sus profesores visitantes lo son en escuelas de la red, al menos en 2006, año de nuestro último dato.
En América del Sur la primera fue IAE, fundada en 1978 en la Universidad Austral de Buenos Aires. “El IAE fue promovido inicialmente por profesionales y académicos, hombres de empresa. Algunos de ellos eran fieles del Opus Dei “, cuenta Paladino.
IESE, IPADE e IAE crearon hace tres años en Madrid el Global CEO Program, cuya próxima versión comienza en marzo de 2011. Ofrecido a los antiguos alumnos de programas de alta dirección y a directivos de grandes empresas en general, su objetivo es discutir las grandes tendencias de negocios del futuro. En su publicidad señala que las tres escuelas suman más de 43.000 antiguos alumnos.
Todas las escuelas cuentan con un comité asesor, conformado por profesores de IESE, IPADE y Harvard Business School. Gracias a ello los profesores hacen investigaciones conjuntas y comparten casos. Se realizan intercambios de estudiantes y se promueve la publicación de libros y estudios avanzados. “Pero vale indicar que no
es algo exclusivo ni preferencial. Los mismos convenios los realizamos con diferentes universidades y escuelas de negocios de toda América y Europa”, indica Gabriel Rovayo, del IDE.
Para los estudiantes, es muy atractivo llegar a la red de ex alumnos de la región, muchos de los cuales son altos directivos y ejecutivos de las más importantes empresas de América Latina y España. IESE, por ejemplo, tiene 1.179 ex estudiantes organizados en redes de alumni sólo en América Latina. Una razón de peso.