Por Marina Heck, Decano Asociado del programa OneMBA en EAESP-FGV Business School de Sao Paulo.
Desde el Siglo XVI, el mercantilismo ha estado en la raíz de la globalización. La colonización y las diásporas modernas sólo han hecho hincapié en esa dimensión universal. Sin embargo, la idea de la diversidad cultural se encuentra en el corazón de las sociedades posmodernas.
Por lo tanto, la globalización no es un tema nuevo. Sin embargo, tenemos que reconocer que la tecnología actual permite un intercambio más rápido de información y, asimismo, que las barreras para el comercio mundial vayan gradualmente en retirada. Así, los negocios de todo el mundo se han vuelto más interdependientes, con un número de jugadores en incremento.
La realización de negocios a través de las fronteras a escala mundial, y en particular la negociación efectiva entre culturas diferentes, siempre es un reto y requiere de habilidades anexas. Por lo pronto, el encuentro con el "otro" implica ser consciente de uno mismo. Entender otras culturas no es sólo una herramienta para hacer frente a la experiencia de lo extranjero, sino que es principalmente un medio para crear conciencia de nuestro propio comportamiento.
Conocer otras culturas no significa, necesariamente, la aceptación de lo "diferente". El flujo de información que a diario nos inunda sólo ha suavizado las esquinas difíciles entre las culturas, con lo que el mundo se ha hecho más bien plano, aunque todavía persisten matices.
No obstante, cuando los ejecutivos de negocios hablan de una "mentalidad global" a menudo se relaciona con la manera de entender al "otro". Por lo tanto, se refuerza el "nosotros" y el "ellos", lo que es una dicotomía que una educación global no debería enfatizar.
Ser capaz de moverse sin problemas en una cultura que no es la propia, es el sello que los gerentes globales en el mundo de la educación empresarial deberían intentar desarrollar. Estos son los futuros ciudadanos que construirán el verdadero mundo "global" que necesita el Siglo XXI. Al liberarlos de sus persianas culturales, esta nueva camada de gerentes de mente internacional verán oportunidades que no están limitadas por sus experiencias o “backgrounds”, así como qué parte de su experiencias o “backgrounds” todavía se aplican.
El eje del universo ha cambiado. Ya no hay un norte/sur o el dominio de oeste a este. El mundo ya no se divide en desarrollado y subdesarrollado. Hoy el mundo cuenta con economías en crisis y las economías emergentes no son antagonistas, sino simplemente están en diferentes etapas de desarrollo. El mundo tiene otro diseño, y seguirá cambiando.
Un cambio que está siendo llamado global y que presupone que los ejecutivos de negocios no miran sólo su propia imagen en el espejo, sino que, en definitiva, les enseña a ver el mundo con otros ojos, desde una perspectiva más amplia, que involucre a todos los "otros".
Este cambio se necesitan no sólo por la así llamada globalización, sino porque no podemos seguir haciendo negocios usando sólo un lado de la mesa.
La educación siempre ha llegado con nuevas tendencias y las empresas están en constante búsqueda de nuevos socios, así como de nuevas maneras de "hacer negocios". Es en este sentido que la educación de negocios de alcance global se ha vuelto imprescindible y, por lo tanto, las escuelas en los últimos años han estado ofreciendo varios tipos de cursos, llamados de forma genérica, de negocios globales.
No obstante hay una gran variedad de programas en esta misma categoría, no todos ellos preparan a los estudiantes para convertirse en ciudadano del mundo. Sólo en los programas donde ninguna cultura domina -bien en el material que se enseña o las experiencias que se ofrecen- donde cada estudiante se siente tan igual como todos los demás, se puede dar el contexto para la transformación a un ciudadano global.
El programa OneMBA, dirigido por una asociación de escuelas de negocios de cuatro continentes, ha sido pionera en el desarrollo de la educación global de negocios durante los últimos diez años. Recientemente, muchas B-Schools han intentado luchar con la complejidad de desarrollar un programa que pueda abordar adecuadamente los desafíos de la educación de negocios global. Otras se entregan a la tendencia del "turismo educativo". La diferencia con el OneMBA es que en éste hay una verdadera igualdad de condiciones para todas las escuelas de la sociedad que lo forman; los cursos son impartidos por académicos de todo el mundo y, como resultado de ello, los estudiantes reciben una educación de negocios sin fronteras y se involucran con un verdadero crisol de diferentes culturas.
El hecho es que un día nos damos cuenta que ya no estamos en la cima del mundo y que tenemos que comenzar a aprender como ser “nosotros”, en vez de ser un “nosotros y ellos”. Este será el momento en que podremos crear la educación verdaderamente global: mediante el intercambio de experiencias, con el desarrollo de la tolerancia y la creatividad para resolver problemas totalmente nuevos.