A pesar de que todavía no es una práctica extendida en Uruguay, crece tímidamente la demanda de este tipo de protecciones para los cargos con responsabilidad en las empresas, replicando lo que ocurre en otros mercados
Si bien su penetración todavía es incipiente en Uruguay, los actores del mercado consultados coinciden en que de a poco los seguros para D&0 (por directors and officers, en inglés) vienen ganando adeptos en el mercado local. Este tipo de seguros cubre una eventual responsabilidad civil por parte de directores, gerentes y administradores.
“Lo cubre de posibles reclamos que hagan terceras personas que se vean afectadas por una acción u omisión y que le acarree un daño a esa tercera persona, que va a reclamar contra la empresa y también contra el director”, explicó la especialista en Derecho de Seguros, Andrea Signorino, quien encabeza una firma de asesoría en este tipo de seguros.
Signorino sostuvo que, si bien de un año a esta parte se ha producido un “mejor posicionamiento” de este tipo de seguros (ver recuadro), en Uruguay “la conciencia aseguradora no es una cosa que se tenga muy presente”. Esto, aclaró, a pesar de que ha ido creciendo año a año.
A diferencia de lo que sucede en el medio local, en otras partes del mundo es impensable que una persona asuma un puesto de responsabilidad dentro de una empresa si previamente no contrató un seguro de este tipo.
Las que están a la vanguardia de este tipo de coberturas son las empresas multinacionales que operan en plaza, que habitualmente trasladan este tipo de políticas desde sus casas matrices a sus filiales.
A pesar de estar todavía en una etapa de poco desarrollo, algunas empresas aseguradoras ya ofrecen este tipo de seguros a los altos ejecutivos que operan en el país y a las empresas que los emplean.
Adelantarse a la demanda
El gerente comercial de AIG, Marcelo Lena, dijo a Café & Negociosque fue esa empresa la que introdujo este producto en el mercado local, adelantándose de alguna manera a la demanda. “Esto lo traemos de la experiencia de otros mercados, donde las demandas a directores y gerentes son cosa de todos los días”, indicó Lena. En el caso de AIG, con sede en Nueva York, la cobertura la toma la empresa y abarca a todos sus cargos de responsabilidad, no a un empleado en particular. “La cobertura es a la empresa, no a fulanito de tal”, explicó Lena.
Para calcular el costo del seguro, indicó Lena, se tiene en cuenta principalmente el nivel de facturación de la empresa y en qué rubro se desempeña.
“Parece tan sofisticado que asusta el precio, y la verdad es que no es para asustarse: son primas que en la mayoría de los casos no van a pasar los US$ 2.000”, dijo. Ese monto se abona una vez al año. El gerente comercial señaló que son costos aún “accesibles” porque “Uruguay no tiene todavía niveles de litigio de otros países”.
Por su parte, el director de la división comercial del Banco de Seguros del Estado (BSE), Nelson Montaldo, dijo que están proveyendo este tipo de seguros, pero aún está en “etapa embrionaria”.
“Empezamos tímidamente, más a demanda que a oferta”, agregó. Montaldo explicó que el BSE es “generalista” y busca no descuidar a sus clientes en sus diferentes necesidades.
Es posible, explicó Montaldo, que en el segundo semestre de este año el BSE incorpore este tipo de seguro “como un producto más estandarizado”.
Si bien hoy a nivel local el desarrollo de esta modalidad de seguros es “muy escaso”, el BSE estima que la demanda va a crecer en los años próximos. “En otras partes es moneda corriente; no se les ocurre poner a un tipo a tomar decisiones si no tiene una póliza que lo respalde”, expresó Montaldo.
En el caso del BSE, se intenta suscribir a toda la plana gerencial de la empresa que solicita este producto, a pesar de que se admite que hay gerencias más “expuestas que otras”. “Si tengo diez gerentes y me interesa asegurar solo a dos, tiendo a pensar que esos dos tienen un problema y que la empresa desconfía más de ellos que de los otros ocho”, manifestó el director de la división comercial del BSE.
En tanto, el gerente técnico de Mapfre, Aurelio Pastori, dijo que la demanda de este tipo de seguros es “muy incipiente”. La firma hace tres años que lo ofrece en Uruguay, pese a no ser un producto “estandarizado”.
Si cae dentro del ámbito penal, no lo cubre
La promulgación de la Ley de Responsabilidad Penal Empresarial (N° 19.196), en abril de 2014, puede haber ayudado a “publicitar” este tipo de seguros, de acuerdo a los consultados, a pesar de que los seguros de D&O no cubren aspectos penales. “Si hay dolo, intención, eso nunca está cubierto por el seguro”, dijo Signorino. En ese caso, de estar asegurada la persona, lo máximo que podría hacer la compañía es asumir la defensa legal de su empleado. En tanto, Montaldo, del BSE, señaló que luego de aprobada la ley se generaron muchas consultas a pesar de que, señaló, no existe seguro alguno que cubra una responsabilidad penal. “Hay gente que cree que comprando una póliza de estas se va a salvar de la responsabilidad penal, que la póliza va a asumir su culpa, y en realidad si él va preso, nosotros no vamos a ir presos por él”, dijo. En tanto, Lena, de AIG, manifestó que la ley hizo “despertar la demanda de golpe”. “Hoy estamos recibiendo llamadas. No es lo que nos pasaba antes, donde íbamos a explicar que esto era lo que venía. Ahora estamos al revés; nos preguntan hasta dónde cubrimos”, explicó.