La normativa aprobada el año pasado en Chile podría generar cuadros de alto agotamiento físico y mental.
Sorpresa causó entre los trabajadores la semana pasada la difusión del artículo de la Reforma Laboral en Chile que permitiría trabajar de lunes a jueves y tener fines de semana de tres días, esto previo acuerdo entre empleado y empleador, cuando entre en vigencia la normativa aprobada el año pasado este 1 de abril. Lo anterior, se debe a que la nueva ley establece que el máximo de 45 horas semanales de trabajo, que hasta ahora pueden distribuirse en no menos de cinco días y no más de seis, se podrían repartir en cuatro.
Sin embargo, no todos estarían de acuerdo con esta medida, ya que otra parte involucrada dentro de esta nueva medida son las relaciones personales y humanas, las que se podrían ver perjudicadas. Isaías Sharon, director ejecutivo de Smart Coach, asegura que “concentrar las 45 horas de trabajo en menos días podría ser perjudicial, ya que las personas tenemos cierta cantidad de horas de concentración y de productividad real durante el día, por lo que por se debe tener cuidado con esta forma de estructurar la jornada”.
En el mismo sentido, Sharon agrega que “esta manera de tener días más largos de trabajo puede generar cuadros de alto agotamiento físico y mental, y generar algunas complicaciones de la salud en general, y por cierto, también desde la mirada de la salud mental”.
Sin embargo, asevera que sería una buena idea implementar un sistema probado en otros países “en donde se trabaja la misma cantidad de días, pero menos horas cada día, logrando objetivos puntuales y teniendo sistemas que dan espacio al desarrollo personal y el esparcimiento durante la jornada”, resalta.
Por otro lado, el experto en recursos humanos comenta que “a mayor tiempo de interacción con los compañeros de trabajo se prueban relaciones más estrechas, amistades y sentidos de pertenencia a un grupo, lo que ayuda en el compromiso de los colaboradores y en hacer más llevado el quehacer del día a día, aunque no todo podría ser bueno, ya que también requiere de mayores competencias de inteligencia emocional, porque se puede producir mayor cantidad de tensiones y complicaciones en la convivencia laboral”.
Es por esto que es muy importante que el empleador sepa atender los tiempos de los trabajadores, es decir, que es “fundamental el cuidar los espacios de pausa laboral para poder conversar de otras cosas que no sean el mismo trabajo, salir a dar una vuelta por un momento o compartir un café dentro de la oficina que haga las veces de mejorar nuestras relaciones interpersonales y potenciar los vínculos. Siempre es importante distraer a la mente de las responsabilidades laborales, aunque sea por unos minutos”, resalta Sharon.