El embajador y secretario general de la Unesco en Italia, Lucio Alberto Savoia, recibió este martes cerca de 30 mil firmas con las que un grupo de personas han solicitado que el organismo de Naciones Unidas condecore a la pizza con dicho reconocimiento.
Plato fundamental de la gastronomía italiana y auténtico emblema del país, la pizza napolitana pugna ahora por hacerse un espacio entre el selecto elenco en el que la Unesco incluye los bienes que considera Patrimonio de la Humanidad.
Por esta razón, el embajador y secretario general de la Unesco en Italia, Lucio Alberto Savoia, recibió este martes cerca de 30 mil firmas con las que un grupo de personas han solicitado que el organismo de Naciones Unidas condecore a la pizza con dicho reconocimiento.
Impulsada por el exministro de Agricultura y Medio Ambiente italiano Alfonso Pecoraro Scanio esta reivindicación surgió el pasado septiembre mediante una petición publicada en la página change.org, cosechando rápidamente el apoyo de miles de internautas.
"Perseguimos que se reconozca la pizza como patrimonio de la humanidad porque constituye una parte elemental del Made in Italy y de la cultura de este país", señaló Pecoraro Scanio.
El ex ministro justificó la necesidad de reconocer el "arte de la pizza napolitana" con este sello porque se trata de "un gran saber con más de 200 años de antigüedad".
Cada año la comisión nacional de la Unesco en el país transalpino presenta una candidatura de bienes inmateriales para competir a nivel internacional por convertirse en Patrimonio de la Humanidad.
Y ese es precisamente el objetivo de la recogida de firmas: mostrar el apoyo de los ciudadanos para que la pizza napolitana y el arte de prepararla sea la elegida en 2016.
"Venceremos primero en Italia para vencer luego en el resto del mundo", auguró el impulsor de la iniciativa.
En caso de alzarse con este reconocimiento, la pizza napolitana se unirá a otros bienes inmateriales italianos ya catalogados como Patrimonio de la Humanidad, como las obras de marionetas sicilianas, el canto de los tenores sardos, el arte del violín de Cremona y los pasos de las procesiones religiosas.
Pecoraro Scanio destacó también que esta marca de la Unesco ayudará a garantizar que las pizzas de todo el mundo se elaboren con productos de origen italiano.
Asimismo, recordó que ya en febrero de 2010 la pizza napolitana fue reconocida por la Unión Europea (UE) como una "Especialidad Tradicional Garantizada" (ETG).
Esta certificación, que tienen algunos alimentos como el jamón serrano, no hace referencia al origen del producto sino que tiene como objetivo destacar una composición o un modo de producción tradicional.
La pizza napolitana, según recoge la UE, debe presentar un diámetro no superior a los 35 centímetros y la masa ha de tener un peso que oscile entre los 180 y los 250 gramos.
Cocinada a 485 grados para conseguir una consistencia suave y elástica, el espesor en la parte central no debe estar por encima de los 0.4 centímetros, mientras que el borde no superará los 1-2 centímetros y presentará un color dorado.
El evento sirvió también para reivindicar por parte del presidente de la Asociación de Pizzeros de Nápoles, Sergio Micc, la necesidad de que la elaboración de la pizza se imparta de una forma reglada en escuelas de formación.
"Los pizzeros serán los embajadores de este arte en todo el mundo", comentó al explicar por qué deben estar bien preparados.
Los impulsores de esta iniciativa estarán presentes el viernes y el sábado en la localidad italiana de Cernobbio, donde se celebra el XIV Foro Internacional de la Agricultura y la Alimentación, para continuar con la divulgación de esta campaña y la recogida de firmas.
En dicho municipio lombardo se habilitará un horno de leña para que todos los asistentes puedan degustar la pizza y concienciarles sobre la importancia de reconocerla como Patrimonio de la Humanidad.
Asimismo, los artífices del proyecto acudirán al Salón del Gusto y Tierra Madre de Turín a finales de este mes para proseguir con la demanda de apoyos a esta iniciativa.
Ya en noviembre, planean también la organización de un evento en Milán para difundir las virtudes de la pizza napolitana.